Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Jeremías 42:2 - Palabra de Dios para ti 2022

2 y dijeron al profeta Jeremías: Acepta ahora nuestro ruego delante de ti. Ora por nosotros a Yavé tu ʼElohim por todo este remanente, porque de muchos que éramos, quedamos pocos, como nos ven tus ojos,

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 y dijeron al profeta Jeremías: Acepta ahora nuestro ruego delante de ti, y ruega por nosotros a Jehová tu Dios por todo este resto (pues de muchos hemos quedado unos pocos, como nos ven tus ojos),

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Jeremías el profeta y le dijeron: —Por favor, ora al Señor tu Dios por nosotros. Como puedes ver, somos un pequeño remanente comparado con lo que éramos antes.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

2 para decirle:

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

2 y dijeron al profeta Jeremías: Acepta ahora nuestro ruego delante de ti, y ora por nosotros a YHVH tu Dios por todo este remanente, porque de muchos que éramos, hemos quedado pocos, así como nos están viendo tus ojos,

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 y dijeron al profeta Jeremías: '¡Ojalá llegue ante ti nuestra súplica! Ruega a Yahveh, tu Dios, por nosotros, por todo este resto, pues de muchos que éramos quedamos unos pocos, como estás viendo con tus propios ojos,

Gade chapit la Kopi




Jeremías 42:2
34 Referans Kwoze  

Entonces el rey tomó la palabra y dijo al varón de ʼElohim: Te ruego que implores a Yavé tu ʼElohim y ores por mí, para que sea restaurada mi mano. Por tanto el varón de ʼElohim imploró a Yavé. Le fue restaurada la mano al rey y volvió a ser como antes.


Llegue mi súplica ante Ti. Líbrame según tu Palabra.


Faraón respondió: Los dejaré salir para que ofrezcan sacrificio a Yavé su ʼElohim en el desierto, con tal que no vayan más lejos. ¡Supliquen por mí!


Supliquen a Yavé, porque ha habido suficientes truenos y granizo de ʼElohim. Entonces los dejaré salir y ya no los detendré más.


Cuando extiendan sus manos, esconderé de ustedes mi Presencia. Y aunque multipliquen sus oraciones, no escucharé. Sus manos están llenas de sangre.


Si Yavé de las huestes no nos hubiera dejado un pequeño remanente, seríamos como Sodoma, semejantes a Gomorra.


Quizás Yavé tu ʼElohim haya escuchado las palabras del Rabsaces, a quien su amo, el rey de Asiria, mandó para provocar al ʼElohim viviente, y reprenda las palabras que Yavé tu ʼElohim escuchó. Por tanto, haz oración por el remanente que queda.


Tú ves muchas cosas, pero no las guardas. Tienes abiertos los oídos, pero no escuchas.


Así sea, oh Yavé, si no te supliqué a favor del enemigo en tiempo de aflicción y en época de angustia.


los que dicen al leño: ¡Tú eres mi padre! Y a la piedra: ¡Tú me diste a luz! Ciertamente me dieron la espalda y no la cara, pero en el tiempo de su angustia me dicen: ¡Levántate y líbranos!


Te ruego que consultes a Yavé por nosotros, porque Nabucodonosor, rey de Babilonia, guerrea contra nosotros. Tal vez Yavé nos trate según todas sus maravillosas obras, a fin de que aquél se retire de nosotros.


Tal vez su oración llegue ante la Presencia de Yavé, y cada cual regrese de su mal camino, porque grande es la ira y el furor que Yavé pronunció contra este pueblo.


Pero ahora, oh rey, ʼadón mío, te ruego que me escuches. Permite que mi súplica llegue ante ti, y no me devuelvas a casa del escriba Jonatán para que no muera allí.


El rey Sedequías envió a Jucal, hijo de Selemías, y a Sofonías, hijo del sacerdote Maasías, para que dijeran al profeta Jeremías: Intercede ahora por nosotros ante Yavé nuestro ʼElohim.


Después el rey Sedequías llamó al profeta Jeremías ante su presencia, en la tercera entrada de la Casa de Yavé. Y el rey dijo a Jeremías: Te haré una pregunta. No me encubras alguna cosa.


Entonces Johanán, hijo de Carea, habló secretamente a Gedalías en Mizpa y le dijo: Yo iré ahora y mataré a Ismael, hijo de Netanías, y nadie lo sabrá. ¿Por qué te va a matar para que todos los judíos que se reunieron contigo se dispersen, y perezca el resto de Judá?


Porque ustedes mismos se engañan, pues me enviaron a Yavé su ʼElohim y dijeron: Ora por nosotros a Yavé nuestro ʼElohim. Infórmanos todas las cosas que Yavé nuestro ʼElohim diga, y las haremos.


¡Cómo quedó asolada la ciudad populosa! La grande entre las naciones es como una viuda. La señora de las provincias es tributaria.


Pero libraré a unos pocos de ellos de la espada, del hambre y de la pestilencia, para que cuenten todas sus repugnancias en las naciones adonde van. Y sabrán que Yo soy Yavé.


Pero aunque alquilen entre las naciones, ahora los reuniré y serán afligidos un poco por la carga del rey de los príncipes.


Enviaré contra ustedes las fieras del campo que arrebatarán a sus hijos, destruirán su ganado, y los reducirán en número de tal modo que sus caminos queden desolados.


Aconteció que cuando acababan de comer la hierba de la tierra, yo dije: ¡Oh ʼAdonay Yavé, te ruego que perdones! ¿Cómo podrá resistir Jacob, que es tan pequeño?


Si aquellos días no fueran acortados, ninguna persona sería salva. Pero aquellos días serán acortados por causa de los escogidos.


Simón respondió: Rueguen ustedes al Señor por mí para que no me sucedan estas cosas.


Así, después de ser tan numeroso como las estrellas del cielo, quedarán pocos en número por cuanto no obedeciste la voz de Yavé tu ʼElohim.


Sucederá que así como Yavé se gozó en ustedes para hacerles bien y multiplicarlos, así Yavé se gozará en ustedes para arruinarlos y destruirlos. Serán arrancados de la tierra a la cual entran para tomarla como posesión.


Yavé los esparcirá entre los pueblos, y serán pocos en número entre las naciones a las cuales Yavé los llevará.


Por tanto confiésense los pecados unos a otros, y hablen con Dios los unos por los otros para que sean sanados. La súplica del justo cuando obra eficazmente puede mucho.


Todo el pueblo dijo a Samuel: Ora por tus esclavos ante Yavé tu ʼElohim para que no muramos, porque añadimos a todos nuestros pecados este mal de pedir rey para nosotros.


Por tanto, lejos esté de mí que peque contra Yavé al cesar de orar por ustedes. Más bien los instruiré en el camino bueno y recto.


Los hijos de Israel dijeron a Samuel: No ceses de clamar a Yavé nuestro ʼElohim por nosotros para que nos salve de mano de los filisteos.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite