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Jeremías 3:3 - Palabra de Dios para ti 2022

3 Por tanto, las lluvias fueron retenidas, no hubo lluvias tardías. Sin embargo, tuviste el descaro de prostituta. Te negaste a avergonzarte.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Por esta causa las aguas han sido detenidas, y faltó la lluvia tardía; y has tenido frente de ramera, y no quisiste tener vergüenza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Por eso incluso han faltado las lluvias de primavera. Pues eres una prostituta descarada y totalmente desvergonzada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Por eso, los aguaceros cesaron y no hubo más lluvia para ti en la primavera, pero tu rostro de mujer perdida ni siquiera ha enrojecido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Los aguaceros eran retenidos, Las lluvias tardías° no venían, Y tú, ramera descarada, Te negabas a avergonzarte.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Por eso quedaron bloqueados los chubascos y no hubo lluvia en primavera. Pero tú tienes cara de ramera, no quieres avergonzarte.

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Jeremías 3:3
28 Referans Kwoze  

Sucedió al día siguiente que la primogénita dijo a la más joven: Mira, anoche me uní con mi padre. Hagámosle beber vino también esta noche y vé, únete con él y preservemos descendencia de nuestro padre.


Rehusaron escuchar. Ni se acordaron de tus maravillas Que hiciste entre ellos, Sino se volvieron indómitos. En su rebelión designaron a un caudillo Que los devolviera a su esclavitud. Pero Tú eres un ʼEloha que perdonas, Clemente y compasivo, Lento para la ira, y grande en misericordia. No los abandonaste,


El perverso se presenta desafiante, Pero el recto examina su camino.


La dejaré desolada. No será podada ni labrada. Le crecerán las zarzas y los espinos. Mandaré a las nubes que no lluevan sobre ella.


Palabra de Yavé que vino a Jeremías con motivo de la sequía:


Entre los ídolos de los gentiles, ¿hay los que hagan llover? ¿O los cielos dar lluvias? ¿Oh Yavé, no eres Tú nuestro ʼElohim? Esperaremos en Ti, porque Tú haces todas estas cosas.


Los nobles envían a sus esclavos por agua. Van a las cisternas, pero no encuentran agua. Vuelven avergonzados y confusos con los cántaros vacíos. Cubren sus cabezas.


Porque se resquebrajó el suelo, pues no hay lluvia en la tierra. Los labradores están confusos. Cubren sus cabezas.


Toma un rollo y escribe en él todas las Palabras que te hablé contra Israel, Judá y todas las naciones, desde el día cuando comencé a hablarte, desde los días de Josías hasta hoy.


No dicen en su corazón: Temamos ahora a Yavé nuestro ʼElohim, Quien nos da la lluvia temprana y tardía en su tiempo, y nos cumple los tiempos establecidos para la cosecha.


Las iniquidades de ustedes alejaron estas cosas. Sus pecados apartaron de ustedes el bien.


Oh Yavé, ¿no buscan tus ojos la verdad? Los castigaste, pero no les dolió. Los consumiste, pero se negaron a recibir corrección. Endurecieron sus rostros más que la roca. Rehúsan regresar.


¿Se avergonzaron porque cometieron repugnancia? ¡No! Ciertamente de nada se avergüenzan, ni aun saben ruborizarse. Por tanto, caerán entre los que caen, en el tiempo cuando Yo los castigue. Serán derribados, dice Yavé.


¿Se avergonzaron cuando cometieron repugnancia? Ciertamente no se avergonzaron ni supieron ruborizarse. Por tanto, caerán con los que caigan. En el tiempo de su castigo tropezarán, dice Yavé.


¿Quién es un hombre sabio que entienda esto? ¿Y a quién habló la boca de Yavé para que lo declare? ¿Por qué pereció la tierra? Fue asolada como un desierto, y no hay quien pase por ella.


Sin embargo, la Casa de Israel no estará dispuesta a escucharte, porque no quieren escucharme a Mí. Ciertamente la Casa de Israel es indómita y obstinada.


Quebrantaré la soberbia de su poderío, y haré que su cielo sea como hierro y su tierra como bronce.


Les retuve la lluvia tres meses antes de la cosecha. Hice llover en un pueblo y en otro no. En una parcela llovía y otra se secaba sin lluvia.


De dos o tres pueblos iban a otro para beber agua, y no se saciaban, pero no se volvieron a Mí, dice Yavé.


¡Reúnanse en asamblea, oh nación desvergonzada!


Yavé es justo en medio de ella, no hará injusticia. Cada mañana saca a luz su justicia, nunca falla. Pero el injusto no conoce la vergüenza.


Llamé una sequía sobre la tierra, las montañas, el trigo, el mosto, el aceite, todo lo que produce la tierra, el hombre, el ganado y todo trabajo de tus manos.


El cielo que está sobre tu cabeza será de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de hierro.


Miren que no desechen al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros escaparemos si nos apartamos del que nos habla desde los cielos,


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