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Jeremías 24:10 - Palabra de Dios para ti 2022

10 Enviaré la espada, el hambre y la pestilencia contra ellos hasta que sean exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus antepasados.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Y enviaré sobre ellos espada, hambre y pestilencia, hasta que sean exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus padres.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Les enviaré guerra, hambre y enfermedad hasta que desaparezcan de la tierra de Israel, tierra que les di a ellos y a sus antepasados».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Enviaré contra ellos la espada, el hambre, la peste, hasta que hayan desaparecido de la tierra que les había dado a ellos y a sus padres.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Y enviaré contra ellos la espada, el hambre y la pestilencia, hasta que sean exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus padres.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 y enviaré contra ellos la espada, el hambre y la peste, hasta que sean extirpados del país que les di a ellos y a sus padres'.

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Jeremías 24:10
27 Referans Kwoze  

Porque Yavé sacudirá a Israel como una caña es agitada en el agua. Desarraigará a Israel de esta buena tierra que dio a sus antepasados y los esparcirá más allá del río Éufrates, porque hicieron sus imágenes de asera y provocaron a ira a Yavé.


Esos dos males te vinieron: desolación y quebrantamiento, hambre y espada. ¿Quién se compadecerá de ti? ¿Quién te consolará?


Cuando ayunen, no escucharé su clamor. Cuando ofrezcan holocaustos y ofrenda, no los aceptaré, sino los consumiré con espada, hambre y pestilencia.


Si te preguntan: ¿A dónde iremos? Les dirás: Yavé dice así: Los que a muerte, a muerte, los que a espada, a espada, los que a hambre, a hambre, los que a cautiverio, a cautiverio.


Morirán de muerte cruel. No serán llorados ni sepultados. Serán como abono sobre la superficie de la tierra. Serán consumidos por la espada y el hambre. Sus cadáveres servirán de comida para las aves del cielo y las bestias de la tierra.


Anularé el consejo de Judá y de Jerusalén en este lugar. Caerán a espada ante sus enemigos y en mano de los que buscan su vida. Daré sus cadáveres como comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra.


El que permanezca en esta ciudad morirá a espada, de hambre y de pestilencia. Pero el que salga y se entregue a los caldeos que los asedian, vivirá. Su vida le será como despojo.


La nación o el reino que no sirva a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y que no se someta al yugo del rey de Babilonia, la castigaré con espada, con hambre y pestilencia, dice Yavé, hasta que destruya a esa nación por medio de él.


Yavé de las huestes dice: Ciertamente Yo envío contra ellos la espada, el hambre y la pestilencia. Los pondré como los higos malos, que por ser tan malos no se pueden comer.


Los perseguiré con espada, con hambre y pestilencia. Los convertiré en escarnio de todos los reinos de la tierra, en maldición, espanto, burla y afrenta entre todas las naciones a donde los echaré,


Ciertamente con arietes atacaron la ciudad para tomarla. La ciudad será entregada en mano de los caldeos que pelean contra ella a causa de la espada, del hambre y de la pestilencia. Sucedió lo que Tú dijiste y aquí lo ves.


Oh ʼAdonay Yavé. ¿Tú me dijiste: Compra la heredad por dinero y llama testigos, aunque la ciudad sea entregada en la mano de los caldeos?


Por tanto, Yavé dice: Ustedes no me obedecieron al no proclamar cada uno la libertad para su hermano y su prójimo. Miren, dice Yavé, Yo proclamo la libertad para la espada, la pestilencia y el hambre. Los pondré como espanto ante todos los reinos de la tierra.


Por tanto todos los hombres que fijen su mente en ir a Egipto para residir allí, morirán a espada, de hambre y por pestilencia. No tendrán sobrevivientes ni refugios de la calamidad que enviaré sobre ellos.


Por tanto, ahora deben saber y entender claramente que morirán a espada, de hambre y por pestilencia en el lugar adonde desean ir para residir.


Negaron a Yavé: ¡Él no existe! No vendrá sobre nosotros la calamidad, ni veremos espada ni hambre.


Por tanto, Yavé de las huestes, ʼElohim de Israel, dice: Ciertamente Yo daré a comer ajenjo a este pueblo y les daré a beber agua con hiel.


Los dispersaré entre naciones que ellos no conocieron ni sus antepasados. Enviaré la espada tras ellos hasta exterminarlos.


Les dirás esto: ʼAdonay Yavé dice: Vivo Yo, que los que estén en aquellas ruinas ciertamente caerán a espada. Al que esté en campo abierto lo entregaré a las fieras para que lo devoren y los que estén en las fortalezas y en las cuevas morirán de pestilencia.


ʼAdonay Yavé dice: Bate tus manos, pisotea y dí: ¡Ay, por causa de todas las graves repugnancias de la Casa de Israel, caerán por la espada, la hambruna y la pestilencia!


Afuera la espada, adentro la pestilencia y el hambre. El que esté en el campo morirá a espada, y el que esté adentro de pestilencia y hambre.


Yavé ordenará que se te pegue la mortandad, hasta que Él te extermine de la tierra a la cual entras para poseerla.


Miré, y ahí estaba un caballo pálido. Su jinete se llamaba Muerte, y el Hades seguía con él. Y le fue concedida autoridad sobre la cuarta parte de la tierra para matar con espada, hambre, pestilencia y las fieras de la tierra.


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