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Jeremías 20:5 - Palabra de Dios para ti 2022

5 Entregaré también todas las riquezas de esta ciudad, todo el producto de su labor y todos los tesoros de los reyes de Judá, y los saqueará. Los tomarán y los llevarán a Babilonia.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Entregaré asimismo toda la riqueza de esta ciudad, todo su trabajo y todas sus cosas preciosas; y daré todos los tesoros de los reyes de Judá en manos de sus enemigos, y los saquearán, y los tomarán y los llevarán a Babilonia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 y dejaré que tus enemigos saqueen a Jerusalén. Todos los tesoros famosos de la ciudad —las joyas preciosas, el oro y la plata de tus reyes— serán llevados a Babilonia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Entregaré a toda la gente de Judá en manos del rey de Babilonia para que sean llevados a esa ciudad o muertos a espada. Entregaré a los enemigos las riquezas de Jerusalén, tanto sus reservas como sus cosas preciosas, y los tesoros de los reyes de Judá. Los enemigos saquearán y tomarán todo, llevándoselo a Babilonia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Entregaré asimismo todas las riquezas de esta ciudad, todos sus productos y bienes, y pondré en mano de sus enemigos todos los tesoros de los reyes de Judá, y los saquearán y los llevarán a Babilonia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Entregaré, además, toda la riqueza de esta ciudad, toda su fortuna y todos sus objetos preciosos. Y entregaré también todos los tesoros de los reyes de Judá en mano de sus enemigos, que los saquearán, los tomarán y los llevarán a Babilonia.

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Jeremías 20:5
24 Referans Kwoze  

Después del año el rey Nabucodonosor lo detuvo y lo llevó a Babilonia juntamente con los utensilios preciosos de la Casa de Yavé. Proclamó a su hermano Sedequías como rey de Judá y Jerusalén.


Mira, vienen días cuando todo lo que hay en tu palacio, cuanto tus antepasados atesoraron hasta hoy, será llevado a Babilonia. Nada quedará, dice Yavé.


Llegaron los destructores sobre todas las alturas del desierto, porque la espada de Yavé devora, desde un extremo de la tierra hasta el otro. Para nadie hay paz.


Entregaré tus bienes y tus tesoros al saqueo, y no por precio, sino por todos tus pecados en todo tu territorio.


en el campo, sobre mi Montaña. Entregaré al saqueo tus riquezas y todos tus tesoros por el pecado de tus lugares altos en todo tu territorio.


Lo vergonzoso consumió el esfuerzo de nuestros antepasados desde nuestra juventud: sus rebaños y sus manadas de ganado vacuno, sus hijos y sus hijas.


Ciertamente con arietes atacaron la ciudad para tomarla. La ciudad será entregada en mano de los caldeos que pelean contra ella a causa de la espada, del hambre y de la pestilencia. Sucedió lo que Tú dijiste y aquí lo ves.


El año 11 de Sedequías, el mes cuarto, el día nueve del mes, una brecha fue abierta en el muro de la ciudad.


Los caldeos destruyeron con fuego la casa del rey y las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén.


Se anuncia quebrantamiento sobre quebrantamiento, porque toda la tierra está devastada. Súbitamente son destruidas mis tiendas, y mis cortinas, en un momento.


El adversario extendió su mano Sobre todos sus tesoros. Porque ella vio entrar a los gentiles en su Santuario, Aquellos a quienes diste orden de no entrar en tu congregación.


En los días de su aflicción y angustia Jerusalén se acuerda de todas sus cosas agradables que tenía antaño Cuando su pueblo cayó en mano del enemigo, Y no hubo quien lo ayudara. Los enemigos la vieron Y se burlaron de su caída.


No creyeron los reyes de la tierra Ni cualquier habitante del mundo Que los adversarios y enemigos entrarían por las puertas de Jerusalén.


Hay conspiración de tus profetas dentro de ti, como león rugiente que arrebata presa. Devoraron vidas, arrebataron riqueza y cosas preciosas, y dejaron en ti muchas viudas.


ʼAdonay entregó a Joacim, rey de Judá, en su mano, y parte de los utensilios de la Casa de ʼElohim. Los llevó al templo de su ʼelohim en tierra de Sinar. Puso los utensilios en el tesoro del templo.


Aunque él fructifique entre sus hermanos, vendrá un viento del este. El viento de Yavé subirá del desierto. Entonces su manantial se secará. Se agotará su fuente. Él despojará el tesoro de todos sus objetos preciosos


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