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Jeremías 18:11 - Palabra de Dios para ti 2022

11 Ahora pues, habla a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén: Yavé dice: En verdad, Yo preparo un mal, y trazo un designio contra ustedes. Cada uno regrese de su mal camino, y mejore sus caminos y sus obras.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Ahora, pues, habla luego a todo hombre de Judá y a los moradores de Jerusalén, diciendo: Así ha dicho Jehová: He aquí que yo dispongo mal contra vosotros, y trazo contra vosotros designios; conviértase ahora cada uno de su mal camino, y mejore sus caminos y sus obras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 »Por lo tanto, Jeremías, advierte a todo Judá y a Jerusalén y diles: “Esto dice el Señor: ‘En vez de algo bueno, les tengo preparado un desastre. Así que cada uno de ustedes abandone sus malos caminos y haga lo correcto’”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Pues bien, oigan lo que dice Yavé a la gente de Judá y a los habitantes de Jerusalén: Sepan que yo estoy preparando contra ustedes una desgracia. Arrepiéntanse cada uno de su mal proceder, y mejoren su conducta y sus obras.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Ahora pues, habla a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalem, y diles: Así dice YHVH: He aquí, Yo doy forma° a un mal contra vosotros, y tramo un diseño contra vosotros. Volveos pues cada uno de su mal camino, y mejorad vuestros caminos y vuestras obras.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Ahora, pues, habla a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén en estos términos: Así dice Yahveh: 'Mirad: estoy preparando contra vosotros un mal y planeando contra vosotros un plan. Convertíos, pues, cada uno de su mala conducta, y enmendad vuestro proceder y vuestras obras'.

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Jeremías 18:11
40 Referans Kwoze  

Vamos, descendamos ya y confundamos allí su lengua para que nadie entienda el lenguaje del otro.


Ahora, ciertamente Yavé puso un espíritu de mentira en la boca de todos estos profetas tuyos, pues Yavé decretó el mal contra ti.


Yavé amonestaba a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y de todo vidente: Regresen de sus malos caminos y guarden mis Mandamientos y mis Preceptos, según toda la Ley que Yo prescribí a sus antepasados y les envié por medio de mis esclavos profetas.


Vayan y consulten a Yavé por mí, por el pueblo y por todo Judá, con respecto a las Palabras de este rollo que se halló. Grande es la ira de Yavé que se encendió contra nosotros, porque nuestros antepasados no escucharon las Palabras de este rollo con el fin de hacer según todo lo que fue escrito para nosotros.


Y el rey de Siria dijo: Vé allí con una carta para el rey de Israel. Salió y llevaba consigo 330 kilogramos de plata, 7.000 piezas de oro y diez mudas de ropa.


Les mostraré, pues, lo que haré con mi viña. Le quitaré su cerco de tierra apisonada para que sirva de pasto. Derribaré su cerca para que sea pisoteada.


El justo perece y no hay quien piense en ello. Mueren los piadosos. No hay quien entienda que el justo es quitado ante la aflicción.


Por tanto, Yavé dice: En verdad Yo traigo una aflicción sobre ellos de la cual no podrán escapar. Clamarán a Mí, pero Yo no los escucharé.


Pero yo era como un cordero manso llevado al matadero. No sabía que ellos tramaban designios contra mí y decían: Destruyamos el árbol con su fruto. Cortémoslo de la tierra de los vivientes para que nadie recuerde su nombre.


Entonces ellos dijeron: ¡Vengan, tramemos nosotros un plan contra Jeremías! Porque la enseñanza no le faltará al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta. Vengan, causémosle una herida en la lengua, y no atendamos ninguna de sus palabras.


Yavé de las huestes, ʼElohim de Israel, dice: Ciertamente Yo traigo sobre esta ciudad y todas sus aldeas toda calamidad que pronuncié contra ella, porque se volvieron indómitos para no escuchar mis Palabras.


Y dí: Oh reyes de Judá y habitantes de Jerusalén, oigan la Palabra de Yavé. Yavé de las huestes, el ʼElohim de Israel, dice: Ciertamente Yo traigo una desgracia sobre este lugar de tal clase que a todo el que lo oiga le vibrarán los oídos.


El profeta Jeremías habló esa Palabra a todo el pueblo de Judá y a todos los habitantes de Jerusalén:


cuando decían: Que regrese cada uno de su mal camino y de la perversidad de sus obras, y vivirán en la tierra que Yavé les dio a ustedes y a sus antepasados para siempre.


Ahora pues, enmienden sus procedimientos y sus obras. Escuchen la voz de Yavé su ʼElohim, para que Yavé desista de hacerles el mal que predijo contra ustedes.


Tal vez escuchen y cada uno regrese de su mal camino, y Yo desista del mal que pensé causarles por la perversidad de sus obras.


Dicen: Si un esposo repudia a su esposa, y ella se va de él y se une a otro esposo, ¿regresará el primero a ella? ¿No quedará esa tierra completamente contaminada? Pero tú eres una prostituta que tienes muchos amantes, como un árabe en el desierto. Sin embargo, regresa a Mí, dice Yavé.


Regresen, oh hijos infieles, sanaré sus infidelidades. ¡Aquí estamos! Venimos a Ti, porque Tú, oh Yavé, eres nuestro ʼElohim.


Les envié a mis esclavos profetas de madrugada y sin cesar para decirles: Regrese ahora cada uno de su mal camino y enmienden sus obras. No vayan tras ʼelohim extraños para servirles, y vivirán en la tierra que les di a ustedes y a sus antepasados. Pero no inclinaron sus oídos, ni me obedecieron.


Tal vez la Casa de Judá escuche todo el mal que me propongo causarles, y cada cual regrese de su mal camino, para que Yo perdone su iniquidad y sus pecados.


Tal vez su oración llegue ante la Presencia de Yavé, y cada cual regrese de su mal camino, porque grande es la ira y el furor que Yavé pronunció contra este pueblo.


Palabra de Yavé: Cuando quieras regresar, oh Israel, regresa a Mí, si apartas de delante de Mí tus repugnancias y no vagas de una parte a otra.


¡Oh Jerusalén! Lava tu corazón de perversidad para que seas salvada. ¿Hasta cuándo se alojarán dentro de ti tus perversos pensamientos?


Miré la tierra y ciertamente estaba deformada y vacía. Miré los cielos y no tenían luz.


Levanten el estandarte hacia Sion. Busquen refugio y no se detengan. Porque Yo traigo del norte la aflicción, una gran destrucción.


¡Afilen las flechas y embracen el escudo! Yavé incita el espíritu de los reyes de Media, cuyo plan es destruir a Babilonia. Porque la retribución de Yavé es la venganza de su Templo destruido.


Yavé de las huestes, ʼElohim de Israel, dice: Enmienden sus caminos y sus obras, y los dejaré habitar en este lugar.


Porque con mentira entristecieron el corazón del justo, al cual Yo no entristecí. Animaron al perverso para que no se aparte de su perverso camino, y le preservaron su vida.


¿Quiero Yo la muerte del perverso? dice ʼAdonay Yavé. ¿No vivirá si se aparta de sus caminos?


¡Cúbranse de tela áspera tanto hombres como animales! ¡Clamen a ʼElohim fuertemente, y cambien de mente cada uno con respecto a su mal camino y al robo que hay en sus manos!


Por tanto, Yavé dice: Ahora ciertamente Yo traigo una calamidad contra esta familia de la cual ustedes no podrán apartar sus cuellos, ni andar con arrogancia. Porque será un tiempo de calamidad.


Ahora diles: Yavé de las huestes dice: Regresen a Mí, dice Yavé de las huestes, y Yo me volveré a ustedes.


Primero anuncié el cambio de mente a los de Damasco, Jerusalén, toda la región de Judea y a los gentiles: que volvieran a Dios y que hicieran obras dignas del cambio de mente.


Escuchen ahora los que dicen: Hoy o mañana iremos a tal y tal ciudad, estaremos allá un año, haremos negocios y ganaremos.


Vamos ahora a tratar con los ricos. ¡Lloren y laméntense por las miserias que les vienen!


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