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Hebreos 1:3 - Palabra de Dios para ti 2022

3 Quien es el resplandor de la Gloria y reproducción exacta de su esencia, Quien sustenta todas las cosas con la Palabra de su poder. Después de purificarnos de los pecados por medio de Él mismo, se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas.

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Biblia Reina Valera 1960

3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 El Hijo irradia la gloria de Dios y expresa el carácter mismo de Dios, y sostiene todo con el gran poder de su palabra. Después de habernos limpiado de nuestros pecados, se sentó en el lugar de honor, a la derecha del majestuoso Dios en el cielo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 El es el resplandor de la Gloria de Dios y en él expresó Dios lo que es en sí mismo. El, cuya palabra poderosa mantiene el universo, también es el que purificó al mundo de sus pecados, y luego se sentó en los cielos, a la derecha del Dios de majestad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 quien siendo el resplandor de su gloria y la imagen misma de su ser, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de los° pecados,° se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y después de realizar la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas,

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Hebreos 1:3
42 Referans Kwoze  

¡Tuya, oh Yavé, es la grandeza, el poder, la gloria, la victoria y el honor! ¡Porque todo cuanto existe en el cielo y en la tierra es tuyo! ¡Tuyo, oh Yavé, es el reino, y Tú te exaltas como soberano de todo!


Del norte asoma un dorado resplandor. ¡En ʼEloha hay una asombrosa majestad!


Dice Yavé a mi ʼAdonay: Siéntate a mi mano derecha, Hasta que pongas a tus enemigos como estrado de tus pies.


Cuando se disuelva la tierra y todos los que viven en ella, Yo mismo sostendré sus columnas. Selah


Pues la palabra del rey tiene poder. ¿Quién le pedirá cuenta de lo que hace?


El sacerdote los ofrecerá, el uno como sacrificio por el pecado y el otro como holocausto. Así el sacerdote hará sacrificio que apacigua por él delante de Yavé a causa de su flujo.


Él se levantará y apacentará con el poder de Yavé, con la majestad del Nombre de Yavé, su ʼElohim. Ellos permanecerán, porque entonces serán engrandecidos hasta los fines de la tierra.


Maestro, Moisés dijo: Si alguno muere y no tiene hijos, su hermano se casará con la esposa de él y levantará descendencia a su hermano.


El Verbo se encarnó y vivió entre nosotros. Contemplamos la gloria del Unigénito del Padre, lleno de gracia y verdad.


El día siguiente Juan vio a Jesús que iba hacia él, y dijo: ¡Ahí está el Cordero de Dios, Quien quita el pecado del mundo!


En Él había Vida, y la Vida era la Luz de los hombres.


Así que, exaltado a la mano derecha de Dios, y después de recibir del Padre la promesa del Espíritu Santo, derramó esto que ustedes ven y oyen.


y dijo: ¡Ciertamente veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre en pie a la mano derecha de Dios!


Porque no me avergüenzo de las Buenas Noticias, puesto que son poder de Dios para salvación a todo el que cree, primero al judío y luego al griego.


¿Quién es el que pronunciará sentencia? Cristo murió, y aun más, fue resucitado. También está a la mano derecha de Dios e intercede por nosotros.


El dios de este mundo cegó las mentes de los incrédulos para que no vean la iluminación de las Buenas Noticias de la gloria de Cristo, Quien es la Imagen de Dios.


Si fueron resucitados con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la mano derecha de Dios.


Quien se dio a sí mismo por nosotros para librarnos de toda iniquidad, y purificar para sí un pueblo escogido, celoso de buenas obras.


Y, ¿A cuál de los ángeles Dios dijo alguna vez: Siéntate a mi derecha, Hasta que ponga a tus enemigos como tarima para tus pies?


Pero Éste, después de ofrecer un solo sacrificio para siempre por los pecados, se sentó a la derecha de Dios,


Fijemos nuestros ojos en Jesús, el Autor y Perfeccionador de la fe, Quien despreció el oprobio, sufrió la cruz y se sentó a la derecha del trono de Dios, porque sabía el gozo que tenía delante de Él.


Puesto que tenemos a Jesús, el Hijo de Dios, el gran Sumo Sacerdote que traspasó los cielos, retengamos la confesión de fe.


que no necesita, como los sumos sacerdotes, ofrecer sacrificios cada día, primero por sus propios pecados y después por los del pueblo, porque esto lo hizo al ofrecerse una vez para siempre.


Lo principal de lo que decimos es que tenemos un Sumo Sacerdote que se sentó a la derecha del trono de la Majestad en los cielos,


Porque donde hay un testamento es necesaria la muerte del testador.


De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde la fundación del mundo, pero ahora se presentó una vez por todas al fin de los siglos para remoción de pecado por medio del sacrificio de Él mismo.


los que por medio de Él son fieles a Dios, Quien lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria para que su fe y esperanza estén en Dios.


Quien ascendió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ángeles, autoridades y potestades están sujetos a Él.


Cuando les proclamamos el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo no seguimos fábulas artificiosas, sino fuimos testigos oculares de su majestad.


Pues cuando recibió honra y gloria de Dios el Padre, se le dirigió una voz desde la majestuosa gloria: Éste es mi Hijo Amado, en Quien Yo me deleito.


Pero cuando andemos en la Luz, como Él está en la Luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado.


Ustedes saben que Él se manifestó para cargar los pecados, y Él no cometió pecado.


al único Dios, nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea gloria, majestad, soberanía y autoridad, tanto antes de todos los siglos, como ahora y por todos los siglos. Amén.


Al que vence le concederé que se siente conmigo en mi trono, como Yo también vencí, y me senté con mi Padre en su trono.


¡Digno eres, oh Señor y Dios nuestro de recibir la gloria, el honor y el poder! Porque Tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existieron y fueron creadas.


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