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Génesis 44:16 - Palabra de Dios para ti 2022

16 Entonces Judá contestó: ¿Qué diremos a nuestro ʼadón? ¿Qué hablaremos? ¿Cómo nos justificaremos? ʼElohim descubrió la iniquidad de tus esclavos. Aquí estamos. Somos esclavos de mi ʼadón, nosotros y también aquél en cuyo saco fue hallada la copa.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 Entonces dijo Judá: ¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablaremos, o con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos; he aquí, nosotros somos siervos de mi señor, nosotros, y también aquel en cuyo poder fue hallada la copa.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 —Oh, mi señor —contestó Judá—, ¿qué podemos responderle? ¿Cómo podemos explicar esto? ¿Cómo podemos probar nuestra inocencia? Dios nos está castigando por nuestros pecados. Mi señor, todos hemos regresado para ser sus esclavos, todos nosotros, y no solo nuestro hermano que tenía la copa en su costal.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Contestó Judá: '¿Qué podemos decir a mi señor, y cómo podemos justificarnos? Dios ha descubierto alguna falta en tus servidores. En adelante seremos esclavos de mi señor, junto con aquél en cuyo poder se encontró la copa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Entonces dijo Judá: ¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablaremos? ¿Cómo nos justificaremos? ’Elohim ha descubierto la iniquidad de tus siervos. He aquí, somos esclavos de mi señor, nosotros, y también aquél en cuya mano fue hallada la copa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Contestó Judá: '¿Qué podemos decir a mi señor? ¿Cómo le hablaremos para poder justificarnos? Es Dios quien manifiesta la culpa de tus siervos. Seremos, pues, esclavos de mi señor, nosotros y también aquél en cuyo poder fue hallada la copa'.

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Génesis 44:16
25 Referans Kwoze  

Estábamos ahí en medio del campo y atábamos gavillas. Miré que mi gavilla se levantaba y seguía erguida. Y las gavillas de ustedes la rodeaban y se inclinaban ante la mía.


Tuvo otro sueño y lo contó a sus hermanos: Miren, me vino otro sueño: que el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí.


Pero él dijo: Lejos de mí hacer esto. El hombre en cuyo saco fue hallada la copa será mi esclavo. Ustedes suban en paz a su padre.


Porque yo, tu esclavo, quedé como fiador del joven ante mi padre, y dije: Si no te lo traigo, entonces yo seré culpable ante mi padre para siempre.


Aquel de tus esclavos en quien sea hallada la copa, que muera, y nosotros también seremos esclavos de mi ʼadón.


Ella preguntó a Elías: ¿Qué tengo yo contigo, varón de ʼElohim? ¿Viniste aquí a recordarme mis iniquidades y para que muera mi hijo?


Pero ahora, oh ʼElohim nuestro, ¿qué diremos después de esto? Porque abandonamos tus Mandamientos


¡Oh Yavé, ʼElohim de Israel! Tú eres justo, porque nos quedó un remanente hasta hoy. Aquí estamos en tu Presencia, a pesar de nuestros delitos, porque nadie puede estar en pie delante de Ti a causa de esto.


Ciertamente, soy insignificante. ¿Qué puedo responderte? Pongo mi mano sobre mi boca.


El que justifica al impío y el que condena al justo, Ambos igualmente son repugnancia a Yavé.


El hombre culpable de homicidio hacia la fosa huye. ¡Nadie lo detenga!


De esta manera será perdonada la iniquidad de Jacob. Éste será el precio completo de perdonar su pecado, cuando él convierta todas las piedras del altar en piedras de cal pulverizadas, y no se levanten los símbolos de Asera, ni las imágenes del sol.


Y ahora, oh habitantes de Jerusalén y varones de Judá, juzguen entre Mí y mi viña.


Oh ʼAdonay, tuya es la justicia. Nuestra es la confusión de rostro que hoy lleva todo hombre de Judá, los habitantes de Jerusalén y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todos los países adonde los echaste a causa de sus obras infieles que cometieron contra Ti.


Pero si no lo hacen así, ciertamente habrán pecado contra Yavé, y sepan que su pecado los alcanzará.


Porque con el juicio con el cual juzgan, serán juzgados, y con la medida con la cual midan, se les medirá.


Nada hay encubierto que no sea descubierto, ni oculto que no sea conocido.


Al oír esto, les remordió el corazón y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?


Cuando se presente un pleito entre algunos, y acudan al tribunal para que los jueces los juzguen, éstos absolverán al justo y condenarán al culpable.


Pero los hijos de Israel fueron infieles en cuanto a lo maldito, porque Acán, hijo de Carmi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, se apropió de lo maldito, por lo cual la ira de Yavé se encendió contra los hijos de Israel.


Mandó que los varones de su familia se acercaran, y Acán, hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, fue señalado.


Entonces Adoni-bezec dijo: 70 reyes, a quienes corté los pulgares de sus manos y sus pies, recogían migajas debajo de mi mesa. ¡Como hice yo, así me hizo ʼElohim! Lo llevaron a Jerusalén, y murió allí.


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