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Génesis 3:6 - Palabra de Dios para ti 2022

6 La mujer vio que el árbol era bueno para comer y agradable a los ojos, y que era el árbol deseado para alcanzar conocimiento. Tomó de su fruto y comió. Le dio también a su esposo que estaba con ella, y él comió.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 A la mujer le gustó ese árbol que atraía la vista y que era tan excelente para alcanzar el conocimiento. Tomó de su fruto y se lo comió y le dio también a su marido que andaba con ella, quien también lo comió.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Así, vio la mujer que el árbol era bueno para comer,° y que era agradable a los ojos, y que era el árbol deseado para alcanzar conocimiento. Y tomó de su fruto y comió, y dio también a su marido, que estaba con ella, y él comió.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Vio la mujer que el árbol tenía frutos sabrosos y que era seductor a la vista y codiciable para conseguir sabiduría; tomó de sus frutos y comió, y dio también a su marido, que estaba con ella. Y también él comió.

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Génesis 3:6
19 Referans Kwoze  

El hombre respondió: La mujer que pusiste conmigo me dio del árbol y yo comí.


Y dijo al hombre: Por cuanto atendiste la voz de tu esposa, Y comiste del árbol del cual te ordené: No comas de él, ¡Maldita sea la tierra por causa tuya! Con fatiga comerás de ella todos los días de tu vida.


Después de estas cosas, aconteció que la esposa de su ʼadón fijó sus ojos en José y le dijo: ¡Únete a mí!


los hijos de ʼElohim vieron que las hijas del hombre eran hermosas, y tomaron para ellos mujeres de entre todas las que les gustaron.


Sucedió que a la hora del atardecer David se levantó de su lecho y se paseaba por la azotea de la casa real. Desde la azotea vio a una mujer que se bañaba, y ella era muy hermosa.


Se volvió con él, comió pan en su casa y bebió agua.


Hice un pacto con mis ojos. ¿Cómo podría entonces fijar mi mirada en una doncella?


Hijo de hombre, mira, voy a quitarte de golpe el deleite de tus ojos. No lamentes, ni llores, ni corran tus lágrimas.


Dí a la Casa de Israel: ʼAdonay Yavé dice: Ciertamente voy a profanar mi Santuario, que es la exaltación, la fuerza de ustedes, el deseo de sus ojos y deleite de su alma. Sus hijos y sus hijas que queden caerán a espada.


Y tú, hijo de hombre, no estarás el día cuando Yo les quite su fortaleza, el gozo de su gloria, el deleite de sus ojos y el anhelo de sus almas y cuando les quite a sus hijos e hijas.


Ellos, como Adán, quebrantaron mi Pacto. Allí me fueron infieles.


Pero Yo les digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.


Adán no fue engañado, sino la esposa. Cuando fue engañada, cayó en transgresión.


Entre el botín vi un bello manto babilónico, 2,2 kilogramos de plata y una barra de oro de 550 gramos. Los codicié y los tomé. Ahí están escondidos bajo tierra dentro de mi tienda y la plata debajo de ello.


Porque todo lo que hay en el mundo: el deseo ardiente del cuerpo, el deseo ardiente de los ojos y la soberbia de la vida, no es del Padre, sino del mundo.


Lloró los siete días que duró su banquete, y aconteció que al séptimo día se la declaró, porque lo presionaba. Ella entonces declaró la adivinanza a los hijos de su pueblo.


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