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Génesis 21:17 - Palabra de Dios para ti 2022

17 Pero ʼElohim oyó la voz del muchacho. El Ángel de ʼElohim llamó a Agar desde el cielo y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas, porque ʼElohim oyó la voz del muchacho en donde está.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Pero Dios escuchó llorar al muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo: «Agar, ¿qué pasa? ¡No tengas miedo! Dios ha oído llorar al muchacho, allí tendido en el suelo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Dios oyó los gritos del niño, y el Angel de Dios llamó desde el cielo a Agar y le dijo: '¿Qué te pasa, Agar? No temas, porque Dios ha oído al niño gritando de donde está.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Pero ’Elohim oyó la voz del muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar desde los cielos, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas, porque ’Elohim ha oído la voz del muchacho en donde está.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Oyó Dios la voz del niño, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: '¿Qué te ocurre, Agar? No temas, pues Dios ha escuchado la voz del niño desde el lugar donde él está.

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Génesis 21:17
31 Referans Kwoze  

Después de estas cosas, la Palabra de Yavé vino a Abram en visión: No temas Abram. Yo soy tu Escudo. Tu galardón será muy grande.


El Ángel de Yavé también le dijo: Mira, estás embarazada y darás a luz un hijo. Lo llamarás Ismael, porque Yavé escuchó tu aflicción.


Pero el Ángel de Yavé la halló junto a un pozo de agua en el desierto, junto al pozo que está en el camino de Shur,


y le dijo: Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y a dónde vas? Ella respondió: Huyo de la presencia de mi señora Saray.


Entonces el Ángel de Yavé le dijo: Vuelve a tu señora y humíllate bajo sus manos.


Pero el Ángel de Yavé lo llamó desde el cielo: ¡Abraham! ¡Abraham! Y él respondió: ¡Aquí estoy!


Yavé, el ʼElohim del cielo, Quien me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mi parentela, y Quien me habló y me juró: A tu descendencia daré esta tierra, Él mismo enviará su Ángel delante de ti y de allá tomarás esposa para mi hijo.


Aquella noche se le apareció Yavé, y le dijo: Yo soy el ʼElohim de tu padre Abraham. No temas, porque estoy contigo. Te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor a mi esclavo Abraham.


Entonces le dijo: Yo soy ʼEL, el ʼElohim de tu padre. No temas bajar a Egipto, porque allí te convertiré en una gran nación.


Pero Yavé tuvo misericordia y se compadeció de ellos. Se volvió hacia ellos a causa de su Pacto con Abraham, Isaac y Jacob. No los destruyó, ni los echó de su Presencia hasta ahora.


Pero Joacaz oró a Yavé, y Yavé lo escuchó, porque Él veía la aflicción de Israel, cómo los oprimía el rey de Siria.


Sin embargo Tú lo ves, Porque observas el agravio y la vejación, Para retribuirlos con tu mano. ¡A Ti se encomienda el desvalido! ¡Tú eres el defensor del huérfano!


Invócame en el día de la angustia. Te libraré, Y tú me honrarás.


Apártense de mí todos los que hacen iniquidad, Porque Yavé oyó la voz de mi llanto.


Tú escuchas la oración. A Ti acudirá todo hombre.


Me invocará Y Yo le responderé. Estaré con él en la angustia. Lo libraré y lo glorificaré.


Pero Moisés respondió al pueblo: ¡No teman! ¡Estén firmes y vean la salvación que Yavé hará hoy por ustedes, porque los egipcios que ustedes vieron hoy, no los volverán a ver jamás!


Porque si los afligen, y ellos elevan su clamor a Mí, ciertamente escucharé el clamor de ellos


pues la ropa es su único cobertor para su piel. ¿En qué se va a acostar? Y si clama a Mí, sucederá que Yo lo escucharé, porque soy misericordioso.


Entonces el Ángel de Yavé se le apareció en una llama de fuego en medio de una zarza. Él vio que la zarza ardía con fuego, pero no se consumía.


Y Yavé dijo: Ciertamente vi la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y escuché su clamor por causa de sus opresores, porque conozco sus padecimientos.


Carga sobre el Valle de la Visión: ¿Qué pasa que todos ustedes subieron a las azoteas?


No temas, porque Yo estoy contigo. No desmayes, porque Yo soy tu ʼElohim que te esfuerzo. Te ayudaré siempre. Te sostendré siempre con la mano derecha de mi justicia.


Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: Tengo compasión de la muchedumbre, porque hace tres días están conmigo y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino.


Pero Jesús oyó lo que se hablaba y le dijo al jefe de la congregación: No temas, solo cree.


Entonces clamamos a Yavé, ʼElohim de nuestros antepasados, y Yavé oyó nuestra voz y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo forzado y la opresión a la cual estábamos sometidos.


les gritaron. Pero los hijos de Dan, al volver su rostro, dijeron a Micaía: ¿Qué pasó que te hizo reunir gente?


Aconteció que Saúl llegaba del campo tras los bueyes, y preguntó: ¿Qué le pasa al pueblo? ¿Por qué llora? Y le hablaron las palabras de los hombres de Jabes.


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