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Génesis 2:17 - Palabra de Dios para ti 2022

17 Pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comerás de él, porque el día cuando comas de él, ciertamente morirás.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes de su fruto, sin duda morirás».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 pero no comerás del árbol de la Ciencia del bien y del mal. El día que comas de él, ten la seguridad de que morirás.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comerás de él, porque el día que comas de él, ciertamente° morirás.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comas, pues el día en que comas, morirás sin remedio'.

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Génesis 2:17
43 Referans Kwoze  

Yavé ʼElohim hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer. En medio del huerto estaba el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.


Devuelve ahora a la esposa de ese hombre, porque es profeta. Él conversará con Dios por ti, y vivirás. Pero si no la devuelves, sabes que de cierto morirás, tú y todos los tuyos.


Le preguntó: ¿Quién te enseñó que estás desnudo? ¿Comiste del árbol del cual te ordené que no comieras?


Y dijo al hombre: Por cuanto atendiste la voz de tu esposa, Y comiste del árbol del cual te ordené: No comas de él, ¡Maldita sea la tierra por causa tuya! Con fatiga comerás de ella todos los días de tu vida.


Con el sudor de tu rostro comerás pan Hasta que regreses a la tierra. Porque de ella fuiste tomado, Pues polvo eres y al polvo volverás.


Porque el día cuando salgas y cruces el arroyo de Cedrón, sabe que sin duda morirás y tu sangre recaerá sobre tu cabeza.


El rey mandó llamar a Simei y le dijo: ¿No me juraste por Yavé, y testifiqué contra ti: El día cuando salgas y vayas a cualquier parte, ten por cierto que morirás sin perdón? Y me respondiste: La palabra que oigo es buena.


Cuando Jeremías terminó de decir todo lo que Yavé le mandó decir a todo el pueblo, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo le echaron mano y dijeron: ¡Ciertamente morirás!


presta por interés y toma usura, ¿vivirá éste? No vivirá. Hizo todas estas repugnancias y ciertamente morirá. Su sangre caerá sobre él.


Porque Yo no me complazco en la muerte de alguno, dice ʼAdonay Yavé. Por tanto conviértanse y vivan.


Ciertamente todas las almas son mías. Tanto el alma del padre como el alma del hijo son mías. La persona que peque, ésa morirá.


Cuando Yo diga al perverso: Ciertamente morirás, si él se convierte de su pecado y hace lo que es lícito y justo;


Cuando Yo diga al perverso: Perverso, ciertamente morirás, y tú no le adviertas de ello para que se aparte de su mal camino. El perverso morirá por su pecado, pero Yo demandaré su sangre de tu mano.


Porque Yavé dijo de ellos: Morirán en el desierto. No quedó ningún varón de ellos, excepto Caleb, hijo de Jefone, y Josué, hijo de Nun.


Ellos, aunque entendieron exactamente el Mandamiento de Dios, según el cual los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino también se complacen con los que las practican.


¿No saben que son esclavos de aquel a quien se presentan para obedecerle, sea del pecado para muerte o de la obediencia para justicia?


Porque la consecuencia del pecado es muerte, pero el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús nuestro Señor.


porque la Ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús nos libró de la ley del pecado y de la muerte.


Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos volverán a vivir.


Pues el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la Ley.


Los que confían en las obras de la Ley están bajo maldición, pues está escrito: Maldito todo el que no permanece en todas las cosas que fueron escritas en el rollo de la Ley para hacerlas.


Todo lo que se manifiesta es luz. Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes. Levántate de entre los muertos, y Cristo te alumbrará.


¡Maldito el que no confirme las palabras de esta Ley para cumplirlas! Y todo el pueblo dirá: ¡Amén!


Ciertamente hoy presento delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal,


A los cielos y a la tierra llamo hoy como testigos contra ustedes con respecto a que les presenté delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tus descendientes,


Ustedes estaban muertos en las transgresiones y la incircuncisión de su cuerpo. Después de perdonarles todos sus delitos, les dio vida juntamente con Él.


Pero la que vive entregada a los placeres vanos, aunque vive, murió.


Entonces, después de concebir el deseo ardiente, da a luz el pecado. Luego de consumarse el pecado, da a luz la muerte.


Si alguno ve que su hermano comete un pecado que no sea para muerte, pedirá a Dios y se le dará vida. Me refiero a los que no pecan para muerte. Hay pecado para muerte, con respecto al cual no digo que ruegue.


El que tiene oído, escuche lo que dice el Espíritu a las iglesias. El que vence, que de ningún modo sufra la muerte segunda.


La muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Ésta es la muerte segunda: el lago de fuego.


Inmensamente feliz y santo el que tiene parte en la primera resurrección. La muerte segunda no tiene poder sobre éstos, sino serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él 1.000 años.


Pero para los cobardes, incrédulos, repugnantes, asesinos, los que practican inmoralidad sexual, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos, su destino será el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.


solo para que las generaciones de los hijos de Israel conocieran la guerra y la enseñaran a los que no la experimentaron antes:


porque ¡vive Yavé, Quien salva a Israel, que aunque sea mi hijo Jonatán, de seguro morirá! Pero ninguno del pueblo le respondió.


Saúl respondió: ¡Así me haga ʼElohim y aún me añada, sin duda morirás, Jonatán!


Porque mientras el hijo de Isaí viva sobre la tierra, no estarás firme, ni tú ni tu reino. Por tanto, envía ahora y tráemelo, porque morirá.


Pero el rey dijo: ¡Sin duda morirás, Ahimelec, y también los de la casa de tu padre!


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