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Éxodo 23:31 - Palabra de Dios para ti 2022

31 Estableceré tu frontera desde el mar Rojo hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Río, porque entregaré en tus manos a los habitantes de la tierra y tú los expulsarás de tu presencia.

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Biblia Reina Valera 1960

31 Y fijaré tus límites desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Éufrates; porque pondré en tus manos a los moradores de la tierra, y tú los echarás de delante de ti.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 Y estableceré los límites de tu territorio desde el mar Rojo hasta el mar Mediterráneo, y desde el desierto oriental hasta el río Éufrates. Entregaré en tus manos a los pueblos que ahora viven en esa tierra, y tú los expulsarás de tu paso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 Fijaré tus fronteras desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos (Mediterráneo) y desde el desierto hasta el río Eufrates. Pondré en tus manos a los que ocupan el país y tú los echarás fuera.

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 Y estableceré tu frontera desde el Mar Rojo hasta el Mar de los Filisteos,° y desde el desierto hasta el Río,° porque entregaré en vuestras manos a los moradores de la tierra y tú los expulsarás de tu presencia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 Fijaré tus confines desde el mar de los Juncos hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Río. Pondré en tu mano a los habitantes del país y los arrojaré de tu presencia.

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Éxodo 23:31
37 Referans Kwoze  

Aquel día Yavé hizo Pacto con Abram: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el Río Grande, el río Éufrates,


que eran de pueblos de los cuales Yavé dijo a los hijos de Israel: No se unan a ellas, ni ellas se unan a ustedes, no sea que desvíen sus corazones tras sus ʼelohim. Salomón se apegó a éstas con pasión,


Ciertamente un profeta se acercó a Acab, rey de Israel, y le dijo: Yavé dice: ¿Ves todo ese inmenso ejército? Mira, Yo lo entrego hoy en tu mano para que reconozcas que Yo soy Yavé.


Salomón gobernaba sobre todos los reinos, desde el río Éufrates hasta la tierra de los filisteos y el límite con Egipto. Llevaban tributo y sirvieron a Salomón todos los días de su vida.


Porque él tenía dominio en toda la región al oeste del río Éufrates, desde Tifsa hasta Gaza, sobre todos los reyes del lado oeste del río. Tuvo paz por todos lados alrededor de él.


Así Salomón y todo Israel, una inmensa congregación que acudió desde la entrada de Hamat hasta el arroyo de Egipto, celebraron la solemnidad delante de Yavé nuestro ʼElohim durante siete días, y aun durante otros siete días, es decir, durante 14 días.


Dominaba sobre todos los reyes desde el río Éufrates hasta la tierra de los filisteos y hasta la frontera de Egipto.


Que Él también domine de mar a mar, Y desde el río hasta los confines de la tierra.


Pero Yavé dijo a Moisés: No le temas, porque en tu mano lo entregué, a él, a todo su pueblo y su tierra. Harás con él como hiciste con Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón.


Manda a los hijos de Israel: Cuando entren en la tierra de Canaán, esta es la tierra que les caerá en herencia, la tierra de Canaán según sus límites.


Vuelvan y vayan a la montaña del amorreo, a todos los lugares circunvecinos en el Arabá, en la región montañosa, en los valles, en el Neguev, en la costa del mar, a la tierra del cananeo, al Líbano y hasta el gran río Éufrates.


Miren que pongo delante de ustedes la tierra que Yavé juró a sus antepasados, Abraham, Isaac y Jacob, que la daría a ellos y después de ellos a su descendencia. Entren y tomen posesión de la tierra.


Todo lugar que pise la planta de su pie será suyo desde el desierto y el Líbano, y desde el río Éufrates hasta el mar Occidental.


Yavé nuestro ʼElohim lo entregó delante de nosotros y lo matamos a él, a sus hijos y a todo su pueblo.


Desde Aroer, que está junto a la orilla del arroyo Arnón, y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad. No hubo ciudad que fuera demasiado fuerte para nosotros. Yavé nuestro ʼElohim nos lo entregó todo.


Pero de las ciudades de estos pueblos que Yavé tu ʼElohim te da como herencia, no dejarás con vida a ninguna persona.


Entonces Yavé me dijo: No le tengas temor, porque lo entregué en tu mano, junto con todo su pueblo y su tierra. Harás con él como hiciste con Sehón, el rey amorreo que vivía en Hesbón.


para que Él eche a todos tus enemigos de delante de ti, como Yavé prometió.


Por tanto, entiende hoy que Yavé tu ʼElohim es el que pasa delante de ti como Fuego Consumidor. Él los destruirá y los someterá delante de ti para que tú los eches y los extermines rápidamente, como dijo Yavé.


Desde el desierto y este Líbano hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el mar Grande, hacia la puesta del sol, será el territorio de ustedes.


Pero ustedes no se detengan, persigan a sus enemigos y maten su retaguardia. No los dejen entrar en sus ciudades, porque Yavé su ʼElohim los entregó en su mano.


Yavé dijo a Josué: No temas a ellos porque los entregué en tu mano, y ninguno de ellos resistirá delante de ti.


Todos los que habitan en la región montañosa desde el Líbano hasta Misrefot-maim, todos los sidonios, los echaré de delante de los hijos de Israel. Tú solo repártela por sorteo como herencia a Israel, como te di mandamiento.


Dijeron a Josué: ¡Ciertamente Yavé entregó en nuestra mano toda esta tierra, porque todos los habitantes de la tierra desmayan a causa de nosotros!


Yavé les dio reposo alrededor, según todo lo que juró a sus antepasados. Ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, porque Yavé entregó a todos sus enemigos en sus manos.


Mira, hoy yo voy por el camino de toda la tierra. Reconozcan, pues, con todo su corazón y toda su alma, que no cayó ni una palabra de todas las buenas cosas que Yavé su ʼElohim habló acerca de ustedes. Todas ellas les fueron cumplidas sin caer una de ellas.


Luego cruzaron el Jordán y llegaron a Jericó. Los hombres de Jericó pelearon contra ustedes. También el amorreo, el ferezeo, el cananeo, el heteo, el gergeso, el heveo y el jebuseo, pero Yo los entregué en mano de ustedes.


Envié también delante de ustedes el avispón que echó de delante de ustedes a los dos reyes de los amorreos, pero no con tu espada, ni con tu arco.


Por cuanto Yavé echó de delante de nosotros a todos los pueblos y a los amorreos que habitaban en esta tierra, nosotros también serviremos a Yavé, porque Él es nuestro ʼElohim.


Después los introduje en la tierra de los amorreos, que habitaban en la otra parte del Jordán. Lucharon contra ustedes, pero los entregué en sus manos. Poseyeron su tierra, y los destruí de delante de ustedes.


Entonces Yavé dijo a Josué: Extiende la lanza que llevas en tu mano hacia Hai, porque la entregaré en tu mano. Y Josué extendió hacia la ciudad la lanza que tenía en su mano.


Mientras huimos de ellos, ustedes saldrán de la emboscada y tomarán la ciudad, pues Yavé su ʼElohim la entregó en su mano.


Los hombres de Israel respondieron a aquellos heveos: Tal vez ustedes viven en medio de nuestra tierra, ¿cómo, pues, haremos un pacto con ustedes?


Judá subió, y Yavé entregó a los cananeos y a los ferezeos en su mano, y mataron a 10.000 hombres en Bezec.


Pero Yavé, ʼElohim de Israel, entregó a Sehón y a todo su pueblo en la mano de Israel y los derrotó. E Israel tomó posesión de toda la tierra de los amorreos que vivían en aquella tierra.


De nuevo David consultó a Yavé, Quien le respondió: Levántate, baja a Queila, pues entregaré a los filisteos en tu mano.


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