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Éxodo 2:25 - Palabra de Dios para ti 2022

25 ʼElohim miró a los hijos de Israel, y los reconoció.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

25 Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Miró desde lo alto a los hijos de Israel y supo que ya había llegado el momento de actuar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Y miró Dios con bondad a los hijos de Israel, y los atendió.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Y miró ’Elohim a los hijos de Israel, y ’Elohim los reconoció.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Miró Dios hacia los israelitas y Dios los reconoció.

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Éxodo 2:25
16 Referans Kwoze  

Quizás Yavé mire mi aflicción y me devuelva bien por sus maldiciones de hoy.


Él mira a los hombres y al que dice: Pequé y pervertí lo recto, pero nada me aprovechó,


Porque Yavé conoce el camino de los justos, Pero la senda de los impíos lleva a destrucción.


Sin embargo Tú lo ves, Porque observas el agravio y la vejación, Para retribuirlos con tu mano. ¡A Ti se encomienda el desvalido! ¡Tú eres el defensor del huérfano!


No me entregaste en mano del enemigo, Pusiste mis pies en lugar amplio.


Echa sobre Yavé tu carga, Y Él te sustentará. Jamás dejará caído al justo.


Entonces se levantó en Egipto un nuevo rey que no conoció a José.


Entonces Moisés relató a su suegro todo lo que Yavé hizo a Faraón y a los egipcios por amor a Israel y todas las adversidades que tuvieron en el camino, y cómo Yavé los libró.


Ahora, mira, el clamor de los hijos de Israel llegó hasta Mí. También vi la opresión de los egipcios contra ellos.


El pueblo creyó, y al oír que Yavé visitó a los hijos de Israel y vio su aflicción, se postraron y adoraron.


Entonces les diré: Nunca los conocí. ¡Apártense de Mí, obradores de maldad!


Así hizo conmigo el Señor en los días cuando me miró para quitarme una afrenta entre los hombres.


Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo en Egipto, escuché su gemido y descendí a librarlos. Ahora ven, te enviaré a Egipto.


Entonces clamamos a Yavé, ʼElohim de nuestros antepasados, y Yavé oyó nuestra voz y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo forzado y la opresión a la cual estábamos sometidos.


e hizo un voto: Yavé de las huestes, si te dignas mirar la aflicción de tu esclava, te acuerdas de mí y no te olvidas de tu esclava, sino das a tu esclava un hijo varón, yo lo dedicaré a Yavé todos los días de su vida. No pasará navaja sobre su cabeza.


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