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Ester 7:4 - Palabra de Dios para ti 2022

4 ¡Porque yo y mi pueblo fuimos vendidos para ser destruidos, asesinados y exterminados! Si como esclavos y esclavas fuéramos vendidos, yo habría callado, porque aun tal calamidad no sería digna de la molestia al rey.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para ser destruidos, para ser muertos y exterminados. Si para siervos y siervas fuéramos vendidos, me callaría; pero nuestra muerte sería para el rey un daño irreparable.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Pues mi pueblo y yo hemos sido vendidos para ser muertos, masacrados y aniquilados. Si solo nos hubieran vendido como esclavos, yo me quedaría callada, porque sería un asunto por el cual no merecería molestar al rey.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para ser masacrados, asesinados y exterminados. Si sólo hubiéramos sido vendidos como esclavos, no diría nada, pero ¿de qué manera podrá el enemigo compensar el daño que ha hecho al rey?»

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 ¡Porque yo y mi pueblo hemos sido vendidos para ser destruidos, matados y exterminados! Si como esclavos o esclavas hubiéramos sido vendidos, yo habría callado, porque aun tal calamidad no sería digna de la molestia del rey.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para ser exterminados, muertos y aniquilados. Si hubiéramos sido vendidos como esclavos y esclavas, me habría callado, pues esta calamidad no redundaría tanto en perjuicio del rey'.

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Ester 7:4
18 Referans Kwoze  

Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, sus hijos como nuestros hijos, y así sometemos a esclavitud a nuestros hijos e hijas. Hay hijas nuestras ya esclavizadas, sin que nosotros podamos rescatarlas, puesto que nuestros campos y viñas ya son de otros.


Los decretos fueron enviados por medio de mensajeros especiales a todas las provincias del rey, con la orden de destruir, asesinar y exterminar a todos los judíos, tanto jóvenes como viejos, niños y mujeres, en un mismo día, el 13 del mes duodécimo, el mes de Adar, y saquear sus bienes como despojo.


Si parece bien al rey, que se decrete su destrucción, y yo pesaré 330 toneladas de plata en manos de los que manejan la hacienda, para que las depositen en los tesoros del rey.


Y al tomar la palabra, el rey Asuero preguntó a la reina Ester: ¿Quién es y dónde está el que se atreve en su corazón a hacer tal cosa?


Ester dijo: ¡El adversario y enemigo es este perverso Amán! Y Amán quedó aterrorizado delante del rey y de la reina.


En estas cartas el rey concedía que los judíos que estaban en cada ciudad se reunieran para defender sus vidas, y destruyeran, mataran y exterminaran a cualquier fuerza armada que los atacara a ellos, a sus niños y sus mujeres, y para tomar los bienes de los enemigos como despojo


Porque, ¿cómo podré yo ver el mal que alcanzará a mi pueblo? ¿Y cómo podré contemplar la destrucción de mi parentela?


Pero cuando Ester presentó el asunto ante el rey, éste ordenó por decreto que recayera sobre la cabeza de Amán el perverso plan que tramó contra los judíos, y lo colgaran a él y a sus hijos en la horca.


y al frente de ellos tres gobernadores (uno de ellos era Daniel), a quienes estos sátrapas dieran cuenta para que el rey no sufriera pérdida.


Vendieron los hijos de Judá y de Jerusalén a los hijos de los griegos para alejarlos de su territorio.


Yavé dice: Por tres pecados de Israel, y por el cuarto, no revocaré su castigo: Porque venden al justo por dinero, y al necesitado por un par de sandalias.


Pero si aquel esclavo razona: Mi señor demora en venir, y comienza a golpear a los demás esclavos, a comer, beber y embriagarse,


Yavé te hará regresar a Egipto en naves por el camino del cual yo te dije: Nunca más volverás. Allí serán ofrecidos en venta a sus enemigos como esclavos y esclavas, y no habrá quien los compre.


Ahora pues, malditos son ustedes. Nunca faltarán de entre ustedes esclavos, ni leñadores y aguadores para la Casa de mi ʼElohim.


Quédate conmigo. No temas, porque el que busca mi vida busca la tuya, pero conmigo estás seguro.


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