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Esdras 9:3 - Palabra de Dios para ti 2022

3 Cuando oí hablar de este suceso, rasgué mi vestidura y mi manto, arranqué cabellos de mi cabeza y mi barba, y me senté consternado.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Cuando oí esto, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté angustiado en extremo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Al oír esto, me rasgué el manto y la camisa, me arranqué el pelo de la cabeza y de la barba, y me senté completamente horrorizado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Al oír eso rasgué mi túnica y mi manto, me arranqué los cabellos y la barba y muy conmovido me fui a sentar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Cuando oí hablar de este suceso, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué cabellos de mi cabeza y de mi barba, y me senté consternado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Al oír esto, rasgué mis vestiduras y mi manto, me arranqué pelos de la cabeza y de la barba y me senté desolado.

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Esdras 9:3
21 Referans Kwoze  

Entonces David agarró sus ropas y las rasgó. Todos los hombres que estaban con él hicieron lo mismo.


Eliaquim, hijo de Hilcías, administrador del palacio, el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf, fueron a Ezequías con sus ropas rasgadas y le declararon las palabras del Rabsaces.


Cuando oí estas palabras me senté, lloré e hice duelo por algunos días. Ayuné y oré ante el ʼElohim del cielo.


Contendí con ellos y los maldije. Castigué a algunos de ellos y les arranqué su cabello. Los juramenté por ʼElohim que dijeran: No darán sus hijas a los hijos de ellos, ni tomarán de las hijas de ellos para sus hijos, ni para ustedes mismos.


Entonces Job se levantó, rasgó su manto y se rapó la cabeza. Cayó a la tierra, adoró


Indignación ardiente se apoderó de mí A causa de los perversos que abandonan tu Ley.


Por tanto, mi espíritu desfallece dentro de mí, Mi corazón está desolado.


Digan a ʼElohim: ¡Cuán asombrosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder Se someterán a Ti tus enemigos.


Subirán a los lugares altos y a Dibón para llorar. Moab gime sobre Nebo y Medeba. La cabeza de todos será rapada, y toda barba será rasurada.


Ni el rey ni alguno de sus magistrados que oyeron aquellas palabras tuvieron temor ni rasgaron sus ropas.


Corta tu cabello y tíralo. Levanta llanto en las alturas, porque Yavé desechó y abandonó a la generación que es objeto de su ira.


Fui a los cautivos que vivían junto al río Quebar en Tel-Abib y estuve allí siete días asombrado entre ellos.


Se atarán tela áspera a la cintura. Se cubrirán de terror. En toda cara habrá vergüenza y toda cabeza estará rapada.


Pero Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, quedó pasmado un buen rato, y sus pensamientos lo turbaron. Entonces el rey habló: Beltsasar, no te turbe el sueño ni su interpretación. Beltsasar respondió: ʼadón mío, sea este sueño para los que te aborrecen, y su interpretación para tus enemigos.


Y yo, Daniel, quedé quebrantado y estuve enfermo algunos días. Luego me levanté y atendí los negocios del rey, pero estaba espantado a causa de la visión. No la entendía.


No hará tonsura en su cabeza, ni cortará la punta de su barba, ni se sajará.


¡Rápate y trasquílate por los hijos de tus delicias! Ensancha tu calva como la del buitre, porque se irán de ti en cautiverio.


Entonces Josué y los ancianos de Israel rasgaron sus ropas y cayeron sobre sus rostros en tierra ante el Arca de Yavé hasta llegar la noche. Se echaron polvo sobre sus cabezas.


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