Rehusaron escuchar. Ni se acordaron de tus maravillas Que hiciste entre ellos, Sino se volvieron indómitos. En su rebelión designaron a un caudillo Que los devolviera a su esclavitud. Pero Tú eres un ʼEloha que perdonas, Clemente y compasivo, Lento para la ira, y grande en misericordia. No los abandonaste,
Y le respondió: Yo mismo haré pasar toda mi bondad delante de ti, y proclamaré el Nombre de Yavé delante de ti. Tendré compasión del que tendré compasión y me compadeceré del que me compadeceré.
Recordaré las misericordias de Yavé, las alabanzas de Yavé, según todo lo que Yavé hizo por nosotros, y su gran bondad hacia la Casa de Israel, que Él les concedió según su compasión y la abundancia de sus misericordias.
Y habló a Yavé: ¡Oh Yavé! ¿No era esto lo que yo decía cuando aún estaba en mi tierra? Por eso huí a Tarsis, porque sabía que Tú eres un ʼEL clemente y misericordioso, lento para la ira y grande en misericordia, y que desistes del mal.
Hermanos amados por el Señor, nosotros tenemos que dar gracias siempre a Dios por ustedes, pues desde el principio Él los escogió para salvación por medio de la santificación del espíritu y fe en la verdad.
Quien nos salvó y llamó con vocación santa, no según nuestras obras, sino según su propio propósito y gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos eternos.
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Quien según su gran misericordia causó que renaciéramos para una esperanza viva por medio de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,