Daniel 9:3 - Palabra de Dios para ti 2022

³ Entonces volví mi rostro hacia ʼAdonay mi ʼElohim, y lo busqué en conversación con Él y ruego, con ayuno, tela áspera y ceniza.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

³ Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³ Así que dirigí mis ruegos al Señor Dios, en oración y ayuno. También me puse ropa de tela áspera y arrojé cenizas sobre mi cabeza.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³ Volví mi mirada hacia el Señor Dios para invocarlo en la oración y suplicarle por medio del ayuno, la penitencia y la ceniza.

La Biblia Textual 3a Edicion

³ Entonces volví mi rostro hacia Adonay Ha-’Elohim, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³ Volví mi rostro al Señor para dirigirle oraciones y súplicas, en ayuno, saco y ceniza.

Daniel 9:3 Referans Kwoze

2 Samuel 12:16

David rogó a ʼElohim por el niño. Ayunó, se retiró y pasó la noche acostado en el suelo.

Esdras 10:6

Esdras se levantó de delante del Templo de ʼElohim y entró en la cámara de Johanán, hijo de Eliasib. Cuando estuvo allí no comió pan ni bebió agua, pues estaba afligido por causa de la infidelidad de los deportados.

Esdras 8:21

Y allí, junto al río de Ahava, proclamé un ayuno para humillarnos delante de nuestro ʼElohim, a fin de suplicar de Él un buen viaje para nosotros, nuestros pequeños y también toda nuestra hacienda.

Esdras 9:5

A la hora del sacrificio de la llegada de la noche me levanté de mi aflicción. Me puse de rodillas con mi vestidura y manto rasgados. Extendí mis manos hacia Yavé mi ʼElohim

Nehemías 9:1

El día 24 del mismo mes, los hijos de Israel se reunieron en ayuno, cubiertos de tela áspera y con polvo sobre ellos.

Ester 4:16

Vé y reúne a todos los judíos que están en Susa. Ayunen por mí, y no coman ni beban durante tres días, ni de noche ni de día. Yo también ayunaré igualmente con mis doncellas, y entonces iré al rey, aunque es contra la ley, ¡y si perezco, que perezca!

Job 42:6

me aborrezco, me arrepiento y me echo en polvo y ceniza.

Salmos 35:13

Yo en cambio, al estar ellos enfermos, Me vestía de ropa áspera Y afligía mi alma con ayuno, Hasta que mi súplica a favor de ellos me era concedida.

Isaías 22:12

Aquel día ʼAdonay Yavé de las huestes los convoca al llanto y lamento, a raparse el cabello y a cubrirse de tela áspera.

Jeremías 33:3

Clama a Mí y Yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no sabes.

Ezequiel 36:37

ʼAdonay Yavé dice: Aún permitiré que la Casa de Israel me busque para hacerles esto: Multiplicaré hombres como un rebaño.

Daniel 6:10

Cuando Daniel supo que el edicto estaba firmado, entró en su casa y abrió las ventanas de su habitación que se abrían hacia Jerusalén. Se arrodillaba tres veces al día, hablaba con Dios y daba gracias a su ʼElah, como solía hacer antes.

Daniel 9:2

en ese primer año de su reinado, yo, Daniel, entendí por los rollos que, según la Palabra de Yavé dada al profeta Jeremías, el número de los años que debía durar la desolación de Jerusalén sería 70 años.

Daniel 9:20

Aún hablaba con Dios, confesaba mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y presentaba mi súplica ante Yavé mi ʼElohim por la Montaña Santa de mi ʼElohim.

Daniel 9:4

Hablé con Yavé mi ʼElohim e hice confesión: Oh ʼAdonay, el grande y asombroso ʼEL, digno de ser temido, que guardas el Pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus Mandamientos:

Joel 1:13

Vístanse de luto, sacerdotes. Giman, ministros del altar. Pernocten con tela áspera, ministros de mi ʼElohim, porque a la casa de su ʼElohim se le negó la ofrenda vegetal y la libación.

Joel 2:12

Pero aun ahora, Yavé dice: ¡Regresen a Mí de todo corazón, con ayuno, llanto y lamento!

Jonás 3:5

Los hombres de Nínive creyeron a ʼElohim, proclamaron ayuno y se cubrieron de tela áspera, desde el mayor hasta el menor.

Mateo 17:21

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Lucas 2:37

Era viuda durante 84 años. No se alejaba del Templo y servía noche y día con ayunos y conversaciones con Dios.

Hechos 10:30

Cornelio respondió: Hace cuatro días a las tres de la tarde, yo hablaba con Dios en mi casa. Ahí apareció un hombre con ropa resplandeciente delante de mí