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Daniel 2:11 - Palabra de Dios para ti 2022

11 Porque el asunto que el rey demanda es cosa ardua, y no hay quien lo pueda declarar al rey, excepto los ʼelohim cuya morada no está entre los hombres.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Porque el asunto que el rey demanda es difícil, y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses cuya morada no es con la carne.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Es imposible cumplir con lo que el rey exige. Nadie, excepto los dioses, puede contar al rey su sueño, pero los dioses no habitan entre los hombres.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 El rey pide demasiado; sólo los dioses pueden satisfacer esa exigencia del rey, pero ellos no se encuentran en el mundo de los mortales'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Porque el asunto que el rey demanda es cosa ardua, y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses, cuya morada no está con la carne.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Lo que el rey pide es tan difícil que nadie se lo puede descubrir al rey, salvo los dioses, cuya morada no está entre los hombres'.

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Daniel 2:11
25 Referans Kwoze  

Faraón dijo a José: Puesto que ʼElohim te explicó todo esto, no hay entendido ni sabio como tú.


Sucedió que por la mañana su espíritu estaba perturbado, y mandó llamar a todos los hechiceros de Egipto y a todos sus sabios. Faraón les narró sus sueños, pero no había quien se los interpretara.


Aunque, ¿en verdad ʼElohim morará en la tierra? Ciertamente el cielo y el más alto cielo no pueden contenerte, ¡cuánto menos esta Casa que edifiqué!


Pero, ¿en verdad ʼElohim morará con el hombre en la tierra? Ciertamente el cielo y el más alto cielo no te pueden contener, ¡cuánto menos esta Casa que edifiqué!


Este es el lugar de mi reposo para siempre. Aquí moraré, porque lo deseé.


Ascendiste a lo alto, Llevaste cautivos a tus cautivos. Recibiste dones entre los hombres, Aun de los rebeldes, Para que YA ʼElohim more allí.


Viviré en medio de los hijos de Israel, y seré su ʼElohim.


Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: ¡Esto es el dedo de ʼElohim! Pero el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como dijo Yavé.


Persiste ahora en tus encantamientos y en tus numerosas hechicerías, con las cuales te desvelaste desde tu juventud. Quizás puedas sacar algún provecho, quizás puedas ocasionar terror.


Porque el Alto y Excelso, Morador Eterno, su Nombre es El Santo, dice: Yo moro en las alturas y en santidad, Pero estoy con los de espíritu que siente pesar porque me ofendió y está humillado. Estoy para reanimar a los de espíritu humilde y vivificar el corazón de los quebrantados.


ciertamente, yo y los hijos que Yavé me dio como señales y prodigios en Israel de parte de Yavé de las huestes, Quien mora en la Montaña Sion.


Yo, Nabucodonosor, estaba tranquilo en mi casa y floreciente en mi palacio.


En tu reino hay un hombre en el cual vive el Espíritu de los ʼelahs santos. En los días de tu padre fueron halladas en él luz, inteligencia y sabiduría, como la sabiduría de los ʼelahs. El rey Nabucodonosor, tu padre, oh rey, lo constituyó jefe de los magos, astrólogos, caldeos y adivinos,


Limpiaré la sangre de los que no limpié. Y Yavé morará en Sion.


No contaminarán la tierra donde ustedes viven, en medio de la cual Yo moro, porque Yo, Yavé, moro en medio de los hijos de Israel.


Jesús los miró y les dijo: Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todas las cosas son posibles.


El Verbo se encarnó y vivió entre nosotros. Contemplamos la gloria del Unigénito del Padre, lleno de gracia y verdad.


al Espíritu de Verdad, a Quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes lo conocen, porque mora con ustedes y estará en ustedes.


Jesús le respondió: Si alguno me ama, guardará mi Palabra. Mi Padre lo amará. Vendremos a él y viviremos con él.


¿Qué acuerdo hay entre el santuario de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos santuario del Dios que vive. Como Dios dijo: Moraré en ellos. Andaré entre ellos. Seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.


Escuché una gran voz del trono que decía: Aquí está el Tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos. Ellos serán pueblo de Él, y Dios estará con ellos.


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