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Apocalipsis 8:7 - Palabra de Dios para ti 2022

7 El primero tocó la trompeta. Hubo granizo y fuego mezclados con sangre, los cuales fueron lanzados a la tierra. Y se quemó la tercera parte de la tierra, de los árboles y de toda hierba verde.

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Biblia Reina Valera 1960

7 El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 El primer ángel tocó su trompeta, y granizo y fuego mezclados con sangre fueron lanzados sobre la tierra. Se incendió la tercera parte de la tierra, y se quemó la tercera parte de los árboles y toda la hierba verde.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Tocó el primero, y se produjo granizo y fuego mezclado con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra: se quemó la tercera parte de la tierra, la tercera parte de los árboles ardió y toda la hierba verde se abrasó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 El primero tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego° mezclados con sangre, y fueron lanzados a la tierra; y la tercera parte de la tierra fue quemada, y la tercera parte de los árboles fue quemada, y toda hierba verde fue quemada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Tocó el primero. Hubo granizada y fuego mezclado con sangre, que fueron arrojados sobre la tierra y quedó abrasada la tercera parte de la tierra; abrasada la tercera parte de los árboles, abrasada toda la hierba verde.

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Apocalipsis 8:7
29 Referans Kwoze  

Les dio lluvia de granizo y llamas de fuego en su tierra.


Cuando Moisés salió de la presencia de Faraón y de la ciudad, extendió sus manos hacia Yavé. Cesaron los truenos y el granizo, y la lluvia no cayó más sobre la tierra.


Ciertamente ʼAdonay tiene uno que es fuerte y poderoso, como aguacero de granizo, como tormenta trastornadora, y como aguacero de recias aguas desbordantes que derriban la tierra con fuerza.


serás castigada de parte de Yavé de las huestes con terremotos y el estruendo de grandes truenos, gran ruido, huracán, tempestad y llama de fuego consumidor.


Yavé resonará la majestad de su voz y mostrará su brazo que descarga con furor su ira con llamas de fuego devorador, con aguacero, tempestad y granizo.


Pero caerá granizo cuando el bosque sea talado. La ciudad será completamente abatida.


Yo entraré a juicio contra él con pestilencia y sangre. Caerá una lluvia torrencial, piedras de granizo, fuego y azufre sobre él, sus tropas y los numerosos pueblos que están con él.


Haré prodigios en los cielos y en la tierra, sangre, fuego y columnas de humo.


Porque el sol sale con calor abrasador, seca la hierba, su flor cae y perece la belleza de su apariencia. Así también el rico se marchitará en todos sus negocios.


Sucedió que cuando ellos huían de los israelitas por la bajada de Bethorón, Yavé lanzó desde el cielo grandes piedras sobre ellos, hasta Azeca, y murieron. Fueron más los muertos por las piedras de granizo, que los que los hijos de Israel mataron a espada.


Porque: Toda carne es como hierba, Y todo su esplendor como la flor de hierba. La hierba se marchita y la flor se cae.


Su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo y las echó a la tierra. El dragón se paró delante de la mujer que estaba a punto de dar a luz, para devorar a su Hijo cuando diera a luz.


Salió el primero y derramó su copa en la tierra. Se produjo una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia y que adoraban su imagen.


Un enorme granizo cayó del cielo sobre los hombres, como de entre 26 y 36 kilogramos. Y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo, porque esta plaga era extremadamente grande.


Miré, y ahí estaba un caballo pálido. Su jinete se llamaba Muerte, y el Hades seguía con él. Y le fue concedida autoridad sobre la cuarta parte de la tierra para matar con espada, hambre, pestilencia y las fieras de la tierra.


Después de esto, vi a cuatro ángeles puestos en pie sobre los cuatro puntos cardinales de la tierra, los cuales detenían los cuatro vientos de la tierra para que no soplara viento sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre algún árbol.


Fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres.


Por estas tres plagas, el fuego, el humo y el azufre que salían de sus bocas, murió la tercera parte de los hombres.


Se les dijo que no hicieran daño a la hierba de la tierra, ni a ninguna cosa verde, ni a ningún árbol, sino solo a los hombres que no tienen el sello de Dios en su frente.


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