Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Apocalipsis 7:9 - Palabra de Dios para ti 2022

9 Después de estas cosas miré, y ahí estaba una gran multitud de toda nación, tribus, pueblos y lenguas que nadie podía contar. Estaban delante del trono y del Cordero, vestidos con mantos blancos. Tenían palmas en sus manos y

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos;

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Después de esto vi una enorme multitud de todo pueblo y toda nación, tribu y lengua, que era tan numerosa que nadie podía contarla. Estaban de pie delante del trono y delante del Cordero. Vestían túnicas blancas y tenían en sus manos ramas de palmeras.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Después de esto vi un gentío inmenso, imposible de contar, de toda nación y raza, pueblo y lengua, que estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos,

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

9 Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de toda nación y tribu, y pueblos y lenguas, que estaban en pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de ropas blancas, con palmas en sus manos.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Después miré y apareció una muchedumbre inmensa que nadie podía contar, de toda nación, tribus, pueblos y lenguas, que estaban de pie ante el trono y ante el Cordero, vestidos de túnicas blancas y con palmas en las manos.

Gade chapit la Kopi




Apocalipsis 7:9
41 Referans Kwoze  

Mira, tu descendencia será como el polvo de la tierra. Si alguien puede contar el polvo de la tierra, tu descendencia podrá ser contada.


No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que llegue Siloh, Y sea suya la obediencia de los pueblos.


Pídeme y te daré los pueblos en posesión, Y como herencia tuya los confines de la tierra.


Se acordarán y volverán a Yavé de todos los confines de la tierra, Y todas las familias de las naciones se postrarán delante de Ti.


¡Eres esplendoroso! ¡Más majestuoso que las montañas de caza!


En el día de mi angustia busqué a ʼAdonay. A Él levanté mi mano de noche sin descanso. Mi alma rehusaba ser consolada.


Ha recordado su misericordia y su fidelidad a la casa de Israel. Todos los confines de la tierra vieron la salvación de nuestro ʼElohim.


Oh Yavé, Fuerza mía y Fortaleza mía, mi Refugio en tiempo de aflicción. A ti vendrán las naciones desde los extremos de la tierra y dirán: En verdad, nuestros antepasados heredaron mentira, vanidad en la cual no hay provecho.


En aquel tiempo Jerusalén será llamada Trono de Yavé. Serán reunidas todas las naciones en ella, pues el Nombre de Yavé estará en Jerusalén. Ya no andarán en la terquedad de su perverso corazón.


Midió otros 500 metros, y era un río por el cual no podía pasar. El agua creció de manera que el río no se podía pasar sino a nado.


El rey Nabucodonosor a todos los pueblos, naciones y lenguas que viven en toda la tierra: ¡Que abunde su paz!


El rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas de la tierra: Paz les sea multiplicada.


Sin embargo, el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar donde les fue dicho: Ustedes no son mi pueblo, se les dirá: Son hijos del ʼEL que vive.


El primer día tomarán para ustedes el fruto de árboles hermosos, ramas de palmeras y de árboles frondosos y sauces del arroyo. Durante siete días se regocijarán en la Presencia de Yavé su ʼElohim.


Los reuniré con un silbo, porque los redimí. Serán tan numerosos como antes.


Aquel día se unirán a Yavé muchas naciones y serán mi pueblo. Viviré en medio de ti, y conocerán que Yavé de las huestes me envió a ti.


Entretanto, al reunirse una multitud de miles y miles, hasta pisotearse unos a otros, comenzó a decir primero a sus discípulos: Guárdense de la levadura de los fariseos, que es una hipocresía.


Así que velen en todo tiempo, rueguen que tengan completa fuerza para escapar de todo esto que va a suceder y estar en pie delante del Hijo del Hombre.


tomaron ramas de palmera y salieron a recibirlo. Clamaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el Nombre del Señor, el Rey de Israel!


Hermanos, para que no presuman de sabios, quiero que sepan este misterio: que a Israel en parte le ocurrió un endurecimiento hasta que entre la plenitud de los gentiles.


Tomen la armadura completa de Dios, para que puedan resistir en el día malo y, después de conquistar todo, estar firmes.


Por lo cual también de uno y éste ya casi muerto, salieron descendientes en multitud como las estrellas del cielo y como la arena innumerable de la orilla del mar.


Ustedes, en cambio, se acercaron a la Montaña Sion, a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial, a muchos millares de ángeles,


El séptimo ángel tocó la trompeta, y se produjeron grandes voces en el cielo, que decían: ¡El reino del mundo es de nuestro Señor y de su Cristo, y reinará por los siglos de los siglos!


Ya no habrá alguna maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en ella. Sus esclavos le rendirán culto


Te aconsejo que compres de Mí oro refinado en fuego para que seas rico, ropas blancas para que te cubras y no sea mostrada la vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos a fin de que mires.


En torno al trono había 24 tronos, y sobre los tronos, 24 ancianos sentados, vestidos con ropas blancas y coronas de oro sobre sus cabezas.


Miré, y escuché una voz de muchos ángeles alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. El número de ellos era miríadas de miríadas y millares de millares


Entonaban un cántico nuevo, que decía: ¡Digno eres de tomar el rollo y de abrir sus sellos Porque fuiste inmolado! ¡Con tu sangre compraste para Dios Personas de toda tribu, lengua, pueblo y nación!


Se le dio a cada uno una túnica blanca, y se les dijo que descansaran aún un corto tiempo, hasta que fuera completado el número tanto de sus consiervos como de sus hermanos que estaban a punto de ser asesinados como ellos.


de la tribu de Zabulón 12.000, de la tribu de José 12.000, de la tribu de Benjamín 12.000 sellados.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite