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Apocalipsis 6:12 - Palabra de Dios para ti 2022

12 Miré cuando el Cordero abrió el sexto sello. Hubo un gran terremoto, el sol oscureció como tela de crin y la luna entera se volvió como sangre.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Mientras yo miraba, el Cordero rompió el sexto sello, y hubo un gran terremoto. El sol se volvió tan oscuro como tela negra, y la luna se volvió tan roja como la sangre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Y mi visión continuó. Cuando el Cordero abrió el sexto sello, se produjo un violento terremoto, el sol se puso negro como vestido de luto, la luna entera se tiñó como de sangre

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y vi cuando abrió el sexto sello, y° hubo un gran terremoto,° y el sol se volvió negro como tela de crin, y la luna entera se volvió como sangre,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Cuando abrió el sexto sello, vi sobrevenir un gran terremoto, el sol se volvió negro como un tejido de crin, la luna, toda ella se volvió de sangre

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Apocalipsis 6:12
31 Referans Kwoze  

La luna se avergonzará, y el sol se confundirá, cuando Yavé de las huestes reine en la Montaña Sion y en Jerusalén, y la gloria esté ante sus ancianos.


serás castigada de parte de Yavé de las huestes con terremotos y el estruendo de grandes truenos, gran ruido, huracán, tempestad y llama de fuego consumidor.


Toda la hueste del cielo se disolverá. El cielo se envolverá como un rollo. Toda su hueste caerá como la hoja cae de la vid, como un higo seco cae de la higuera.


Yo cubro el cielo de oscuridad. Lo cubro de luto.


Delante de ellos tiembla la tierra y se estremecen los cielos, el sol y la luna se oscurecen y las estrellas retiran su fulgor.


El sol y la luna se oscurecen, y las estrellas no dan su resplandor.


Palabras de Amós, uno de los pastores de Tecoa. Visión que tuvo sobre Israel en los días de Uzías, rey de Judá, y en los días de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto.


En aquel día, dice ʼAdonay Yavé, ocultaré el sol al mediodía, oscureceré la tierra en pleno día,


Ustedes huirán por el valle de mis montañas porque el valle de las montañas llegará hasta Azal. Huirán como huyeron por causa del terremoto en los días del rey Uzías de Judá. Entonces vendrá Yavé, mi ʼElohim, y todos los santos con Él.


¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y Sidón se hubieran hecho los milagros que se hicieron en ustedes, hace tiempo hubieran cambiado de mente con tela áspera y ceniza.


Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, El sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor. Las estrellas se caerán del cielo y las potencias celestiales serán conmovidas.


Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá hambrunas y terremotos en diferentes lugares.


Desde las 12 del día hasta las tres de la tarde hubo oscuridad sobre toda la tierra.


Cuando el centurión y los que custodiaban a Jesús vieron el terremoto y lo que sucedía, se atemorizaron y dijeron: ¡En verdad Éste era Hijo de Dios!


Y había sucedido un gran terremoto, porque un ángel del Señor descendió del cielo, rodó la piedra y se sentó sobre ella.


Cuando llegó el mediodía hubo oscuridad en toda la tierra hasta las tres de la tarde.


En aquella hora ocurrió un gran terremoto, y cayó la décima parte de la ciudad. En el terremoto murieron 7.000 hombres. Los demás se llenaron de temor, y dieron gloria al Dios del cielo.


Hubo rayos, voces y truenos. Hubo un gran sismo, tan grande que no sucedió un sismo como éste desde que existió el hombre sobre la tierra.


El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, y se le permitió quemar a los hombres con fuego.


El cuarto ángel tocó la trompeta. Fue golpeada la tercera parte del sol, de la luna, y de las estrellas para que se oscureciera la tercera parte de ellos, y que no resplandecieran en la tercera parte del día ni de la noche.


El ángel tomó el incensario, lo llenó del fuego del altar y lo lanzó a la tierra. Y se produjeron truenos, ruidos, rayos y un terremoto.


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