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Apocalipsis 6:10 - Palabra de Dios para ti 2022

10 Clamaban a gran voz y preguntaban: ¿Oh Soberano, Santo y Verdadero, hasta cuándo no juzgas a los que viven en la tierra y vengas nuestra sangre?

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Biblia Reina Valera 1960

10 Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Ellos clamaban al Señor y decían: «Oh Señor Soberano, santo y verdadero, ¿cuánto tiempo hasta que juzgues a la gente de este mundo y tomes venganza de nuestra sangre por lo que nos han hecho?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Se pusieron a gritar con voz muy fuerte: 'Santo y justo Señor, ¿hasta cuándo vas a esperar a hacer justicia y tomar venganza por nuestra sangre a los habitantes de la tierra?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Soberano° Señor, Santo y Verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Y clamaron con gran voz, diciendo: '¿Hasta cuándo, oh Soberano, santo y veraz, estarás sin juzgar a los que moran sobre la tierra y sin vengar nuestra sangre?'.

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Apocalipsis 6:10
33 Referans Kwoze  

Pero Él dijo: ¿Qué hiciste? ¡La voz de la sangre de tu hermano clama a Mí desde la tierra!


¿Cuántos son los días de tu esclavo? ¿Cuándo juzgarás a los que me persiguen?


¿Hasta cuándo, oh Yavé? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?


Oh ʼAdonay, ¿hasta cuándo consentirás esto? ¡Libra mi vida de sus destrucciones, Mi única vida de los leones!


¿Por qué deben decir los gentiles: Dónde está su ʼElohim? Sea proclamada a los gentiles y ante nuestros ojos La venganza de la sangre de tus esclavos que fue derramada.


Porque Aquel que demanda la sangre se acuerda de ellos. No olvida el clamor de los afligidos.


a promulgar el año de la buena voluntad de Yavé y el día de venganza de nuestro ʼElohim y a consolar a todos los que lloran.


Tú, oh Yavé, les recompensarás Según la obra de sus manos.


Y uno preguntó al varón vestido de lino que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuándo será el fin de estas maravillas?


Entonces oí a un santo que hablaba. Y otro santo preguntó al que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del sacrificio continuo, la transgresión desoladora, y la entrega del Santuario y el ejército para que sean pisoteados?


Entonces el Ángel de Yavé tomó la palabra: ¡Oh Yavé de las huestes! ¿Hasta cuándo no te compadecerás de Jerusalén y de las ciudades de Judá, contra las cuales estuviste airado estos 70 años?


Ahora, Soberano, despide a tu esclavo en paz, según tu Palabra.


Porque estos serán días de retribución para que se cumpla lo que está escrito.


No se venguen ustedes mismos, amados, sino den lugar a la ira de Dios. Porque está escrito: Mía es la venganza. Yo pagaré, dice el Señor.


a Jesús, el Mediador del Nuevo Pacto, y a su sangre rociada que habla mejor que la de Abel.


Sin embargo, hubo falsos profetas entre el pueblo como también habrá falsos maestros entre ustedes quienes introducirán herejías destructivas de manera encubierta. Aun se negarán a reconocer al Soberano que los compró y traerán destrucción repentina sobre ellos.


Las naciones se airaron. Pero llegó tu ira y el tiempo para juzgar a los muertos, dar el galardón a tus esclavos profetas, a los santos, a los que temen tu Nombre, a los pequeños y a los grandes, y para destruir a los que destruyen la tierra.


¡Oh cielo, regocíjate con respecto a ella! ¡También los santos, los apóstoles y los profetas, porque Dios decidió el juicio de ustedes contra ella!


En ella se halló sangre de profetas, santos y de todos los que fueron asesinados en la tierra.


Porque sus juicios son verdaderos y justos, porque juzgó a la gran prostituta, la cual corrompía la tierra con su inmoralidad sexual y vengó la sangre de sus esclavos de mano de ella.


Puesto que guardaste la Palabra de mi paciencia, Yo también te guardaré de la hora de la prueba que viene sobre el mundo entero para probar a los que moran sobre la tierra.


Escribe al ángel de la iglesia de Filadelfia. Estas cosas dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cuando cierra ninguno abre:


Entonces Sansón invocó a Yavé: ¡Oh ʼAdonay Yavé, te ruego que te acuerdes de mí! ¡Dame fuerza solo esta vez, oh ʼElohim, para que yo de una sola vez me vengue de los filisteos por mis dos ojos!


¡Yavé juzgue entre tú y yo, y que Yavé me vengue de ti! Pero mi mano no se levantará contra ti.


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