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Apocalipsis 19:7 - Palabra de Dios para ti 2022

7 ¡Gocemos, saltemos de alegría y demos la gloria a Él! Porque llegó la boda del Cordero, y su esposa se preparó.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Alegrémonos y llenémonos de gozo y démosle honor a él, porque el tiempo ha llegado para la boda del Cordero, y su novia se ha preparado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Alegrémonos, regocijémonos démosle honor y gloria, porque han llegado las bodas del Cordero. Su esposa se ha engalanado,

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 ¡Alegrémonos° y regocijémonos y démosle gloria!, porque las bodas del Cordero han llegado, y su Esposa se ha preparado,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.

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Apocalipsis 19:7
29 Referans Kwoze  

Los rectos lo ven y se alegran, Pero toda injusticia cierra su boca.


¡Alégrese la Montaña Sion! ¡Regocíjense las hijas de Judá A causa de tus juicios!


Para que cuente todas tus alabanzas En las puertas de la hija de Sion, Y me regocije en tu salvación.


Cuando aumentan los justos, el pueblo se regocija. Cuando gobierna el impío, el pueblo gime.


¡Salgan, oh hijas de Sion, Y contemplen al rey Salomón, Con la diadema que le colocó su madre el día de su boda, El día del gozo de su corazón!


¡Despierta! ¡Despierta! Cúbrete con tu poder, oh Sion. Cúbrete con tu ropa de gala, oh Jerusalén, Ciudad Santa. Porque nunca jamás volverá a entrar en ti algún incircunciso o impuro.


Pues como el joven se desposa con la virgen, así se desposarán tus hijos contigo. Como el novio se regocija por la novia, así tu ʼElohim se regocijará por ti.


¡Alégrense con Jerusalén! ¡Gócense con ella todos los que la aman! Regocíjense todos los que están de duelo por ella,


Al verlo, su corazón se regocijará y sus huesos rejuvenecerán como la hierba tierna. La mano de Yavé se manifestará a sus esclavos, y su ira sobre sus enemigos.


¡Alégrate mucho, hija de Sion! ¡Da voces de júbilo, hija de Jerusalén! Mira a tu Rey que viene a ti, justo y victorioso, humilde, montado en un pollino de asna.


Al pensar él en esto, súbitamente un ángel del Señor se le apareció en un sueño y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu esposa, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo.


El reino celestial puede compararse a un rey que hizo fiesta de bodas para su hijo.


Sean semejantes a hombres que esperan cuando su señor regrese de las bodas, para que le abran de inmediato cuando llegue y llame a la puerta.


El que tiene la esposa es el esposo, pero el amigo del esposo, que lo acompaña y lo oye, se regocija mucho al oír la voz del esposo. Por eso este gozo mío se cumplió.


pues estoy celoso de ustedes con celo de Dios, porque los desposé con un solo Esposo para presentarlos como una virgen pura a Cristo.


porque el esposo es la cabeza de la esposa, como también Cristo es la Cabeza de la iglesia, el mismo Salvador del cuerpo.


Este misterio es grande, pero yo digo esto respecto a Cristo y a la iglesia.


Exalten, naciones, a su pueblo, Porque Él vengará la sangre de sus esclavos, Retribuirá venganza a sus adversarios, Y apaciguará por la tierra de su pueblo.


Porque nosotros somos los circuncidados, los que servimos por el Espíritu de Dios. Nos enaltecemos en Cristo Jesús sin tener confianza en el cuerpo,


En aquella hora ocurrió un gran terremoto, y cayó la décima parte de la ciudad. En el terremoto murieron 7.000 hombres. Los demás se llenaron de temor, y dieron gloria al Dios del cielo.


Me dijo: Escribe: Inmensamente felices los que fueron invitados a la cena de la boda del Cordero. Y me dijo: Éstas son las palabras verdaderas de Dios.


Vi que descendía del cielo, de Dios, la Ciudad Santa, la Nueva Jerusalén, preparada como una novia adornada para su novio.


Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas que estaban llenas de las siete últimas plagas, y habló conmigo: Ven, te mostraré la novia, la esposa del Cordero.


Entonces Ana oró y exclamó: Mi corazón se exalta en Yavé. Mi cuerno se exalta en Yavé. Mi boca habla osadamente contra mis enemigos, Porque me regocijo en tu salvación.


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