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Apocalipsis 12:11 - Palabra de Dios para ti 2022

11 Ellos lo vencieron por medio de la sangre del Cordero y por la palabra de su testimonio. No apreciaron su vida aun frente a la muerte.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el testimonio que dieron. Y no amaron tanto la vida como para tenerle miedo a la muerte.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Ellos lo vencieron con la sangre del Cordero, con su palabra y con su testimonio, pues hablaron sin tener miedo a la muerte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y ellos lo vencieron en virtud de la sangre del Cordero y por la palabra de su testimonio, y despreciaron su vida hasta la° muerte.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Pero ellos lo han vencido por la sangre del Cordero y por el testimonio que dieron, pues no amaron su vida tanto que rehuyeran la muerte.

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Apocalipsis 12:11
33 Referans Kwoze  

Si alguno viene a Mí, y no aborrece a padre y madre, esposa e hijos, hermanos y hermanas, y aun su propia vida, no puede ser mi discípulo.


Les he dicho esto para que en Mí tengan paz. En el mundo tienen aflicción, pero ¡tengan ánimo! Yo he vencido al mundo.


Pero por ningún motivo considero mi vida valiosa, con tal que termine mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús para proclamar solemnemente las Buenas Noticias de la gracia de Dios.


Entonces Pablo respondió: ¿Por qué lloran y quebrantan mi corazón? Pues no solo estoy dispuesto a ser atado, sino también a morir en Jerusalén por el Nombre de Cristo Jesús.


El Dios de paz aplastará pronto a Satanás debajo de los pies de ustedes. La gracia de nuestro Señor Jesús sea con ustedes.


Pero ¡gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!


Hijitos, ustedes son de Dios, y lo vencieron, porque mayor es el que está en ustedes que el que está en el mundo.


¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?


quien testificó la Palabra de Dios y la evidencia de Jesucristo, lo que vio.


Yo, Juan, su hermano y copartícipe en la aflicción, el reino y la paciencia en Jesús, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la Palabra de Dios y el testimonio de Jesús.


Cuando terminen su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos. Los vencerá y los matará.


Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, e hizo la guerra contra los demás de su descendencia, los cuales guardan los Mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús.


Caí ante sus pies para adorarlo, pero me dijo: ¡Mira, no! Soy consiervo tuyo y de tus hermanos, de los que retienen el testimonio de Jesús. ¡Adora a Dios! Porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.


Sé dónde vives: donde está el trono de Satanás. Pero retienes mi Nombre. No negaste mi fe, ni aun en los días de Antipas, mi testigo fiel, el cual fue asesinado entre ustedes, donde Satanás vive.


El que tiene oído, escuche lo que dice el Espíritu a las iglesias. Al que vence le daré del maná escondido. Le daré una piedrecita blanca, y escrito sobre la piedrecita un nombre nuevo que nadie conoce, sino el que lo recibe.


Al que vence y al que guarda mis obras hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones


El que tiene oído, escuche lo que dice el Espíritu a las iglesias. Al que vence le concederé que coma del árbol de la vida que está en el paraíso de Dios.


Vi tronos. A los que se sentaron en ellos se les dio autoridad para juzgar. También vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y de la Palabra de Dios. Éstos no adoraron a la bestia ni a su imagen, ni recibieron la marca en la frente ni en su mano. Vivieron y reinaron con Cristo 1.000 años.


Al que vence lo estableceré como columna en el Santuario de mi Dios, y que ya nunca jamás salga afuera. Y escribiré sobre él el Nombre de mi Dios y el nombre de la ciudad de mi Dios, la Nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo de mi Dios, y mi Nombre nuevo.


Al que vence le concederé que se siente conmigo en mi trono, como Yo también vencí, y me senté con mi Padre en su trono.


El que así vence se cubrirá con ropas blancas, y de ningún modo borraré su nombre del rollo de la vida. Confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus santos ángeles.


Cuando el Cordero abrió el quinto sello, miré debajo del altar las almas de los que habían sido asesinados por causa de la Palabra de Dios y del testimonio que tenían.


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