Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





2 Reyes 8:4 - Palabra de Dios para ti 2022

4 El rey habló a Giezi, esclavo del varón de ʼElohim: Cuéntame ahora todos los prodigios que Eliseo hizo.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Y había el rey hablado con Giezi, criado del varón de Dios, diciéndole: Te ruego que me cuentes todas las maravillas que ha hecho Eliseo.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Cuando ella entró, el rey estaba conversando con Giezi, el sirviente del hombre de Dios, y acababa de decirle: «Cuéntame algunas de las grandes cosas que ha hecho Eliseo».

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

4 El rey estaba hablando con Guejazí, sirviente del hombre de Dios: 'Cuéntame, le decía, todas las cosas extraordinarias que ha hecho Eliseo'.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y el rey hablaba a Giezi, siervo del varón de Dios, diciendo: Cuéntame ahora todos los prodigios que ha hecho Eliseo.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Estaba el rey hablando con Guejazí, el criado del varón de Dios, y le decía: 'Cuéntame todos los prodigios que hizo Eliseo'.

Gade chapit la Kopi




2 Reyes 8:4
24 Referans Kwoze  

Al tomar el manto de Elías que se le cayó, golpeó las aguas y dijo: ¿Dónde está Yavé, el ʼElohim de Elías? Cuando Eliseo golpeó las aguas, también se dividieron a uno y otro lado, y Eliseo cruzó.


Él se volvió para verlos. Los miró y los maldijo en el Nombre de Yavé. Y salieron del bosque dos osas que destrozaron a 42 de aquellos muchachos.


Luego dijo a su esclavo Giezi: Llama a esta sunamita. Cuando la llamó, ella se presentó ante él.


Fue y llegó al varón de ʼElohim en la montaña Carmelo. Y sucedió que cuando el varón de ʼElohim la vio de lejos, dijo a su esclavo Giezi: Aquí está la sunamita.


Entonces bajó y se sumergió siete veces en el Jordán, según la palabra del varón de ʼElohim. Y su cuerpo se volvió como el cuerpo de un niño y quedó limpiado.


Eliseo estaba sentado en su casa. Los ancianos estaban sentados con él cuando el rey envió a uno de sus hombres. Pero antes que el mensajero llegara a él, Eliseo dijo a los ancianos: ¿Vieron como este hijo de homicida envió a cortarme la cabeza? Observen cuando llegue el emisario, cierren la puerta e impídanle la entrada. ¿No se escucha tras él el ruido de los pasos de su ʼadón?


Y el varón de ʼElohim preguntó: ¿Dónde cayó? Y le mostró el lugar. Entonces él cortó un palo, lo echó allí e hizo flotar el hierro.


Eliseo dijo: Escuchen la Palabra de Yavé: ¡Mañana a esta hora, una medida de flor de harina se venderá por 11 gramos de plata, y dos medidas de cebada por 11 gramos de plata en la puerta de Samaria!


Fueron y llamaron al centinela de la ciudad. Le informaron: Fuimos al campamento de los sirios. Ciertamente allí no hay hombre, ni alguna voz de hombre, sino caballos y asnos atados, y las tiendas intactas.


Había cuatro leprosos en la entrada de la puerta. Se dijeron: ¿Por qué nos quedamos aquí hasta morir?


Sucedió al terminar los siete años que la mujer volvió de la tierra de los filisteos, y salió para implorar al rey que le entregara su casa y su tierra.


Los envió a Belén y les dijo: Vayan, infórmense diligentemente con respecto al Niño, y tan pronto como lo encuentren, avísenme para que yo también vaya y lo adore.


Al ver a Jesús, Herodes se regocijó mucho porque hacía largo tiempo que deseaba verlo, pues había oído muchas cosas acerca de Él y esperaba ver algún milagro.


Pero Herodes decía: Yo decapité a Juan. ¿Quién es Éste de quien oigo estas cosas? Y procuraba verlo.


Les respondió: Ya les dije y no escucharon. ¿Por qué quieren oír otra vez? ¿También ustedes quieren ser sus discípulos?


Después de algunos días, cuando Félix se presentó con su esposa Drusila, quien era judía, llamó a Pablo y lo oyó con respecto a la fe en Cristo Jesús.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite