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1 Corintios 3:18 - Palabra de Dios para ti 2022

18 Nadie se engañe. Si alguno de ustedes supone que es sabio en este mundo, vuélvase necio para que sea sabio.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

18 Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Dejen de engañarse a sí mismos. Si piensan que son sabios de acuerdo con los criterios de este mundo, necesitan volverse necios para ser verdaderamente sabios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Que nadie se engañe. Si uno es sabio según el mundo y pasa por tal entre ustedes, que se haga tonto y llegará a ser sabio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Nadie se engañe a sí mismo. Si alguno entre vosotros piensa ser sabio en el tiempo presente, hágase necio para llegar a ser sabio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Que nadie se llame a engaño. Si alguno entre vosotros se tiene por sabio según este mundo, que se haga necio para hacerse sabio;

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1 Corintios 3:18
29 Referans Kwoze  

¿Has visto a alguien sabio en su propia opinión? Más se puede esperar de un necio que de él.


Confía en Yavé con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia inteligencia.


No seas sabio en tu propia opinión. Teme a Yavé Y apártate del mal,


Ahora, pues, hijos, escúchenme. No se aparten de las palabras de mi boca:


Se alimenta de ceniza. Una mente ilusa lo extravía para que no libre su alma, ni diga: ¿No es pura mentira lo que tengo en mi mano derecha?


¡Ay de los que se consideran sabios, y de los prudentes ante sus propios ojos!


Yavé dice: No se engañen ustedes mismos, al decir: Ciertamente los caldeos se apartarán de nosotros, porque no se apartarán.


¿Cómo dicen: Somos sabios, la Ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la pluma engañosa del escriba la convirtió en mentira.


Y el que fue sembrado entre espinas es el que oye la Palabra, pero el afán del mundo y el engaño de la riqueza ahogan la Palabra y no da fruto.


Por tanto cualquiera que se humille como este niñito es el mayor en el reino celestial.


En verdad les digo que el que no recibe el reino de Dios como un niño, que de ningún modo entre en él.


En verdad les digo: El que no reciba el reino de Dios como un niño, que de ningún modo entre en él.


Él respondió: Cuidado, no se engañen. Porque vendrán muchos en mi Nombre y dirán: ¡Yo soy! Y: ¡El tiempo llegó! No los sigan.


Hermanos, para que no presuman de sabios, quiero que sepan este misterio: que a Israel en parte le ocurrió un endurecimiento hasta que entre la plenitud de los gentiles.


Sientan lo mismo los unos hacia los otros. No sean altivos, sino asóciense con los humildes. No sean sabios según su propia opinión.


No se engañen. Los malos compañeros corrompen las buenas costumbres.


Si alguno destruye el Santuario de Dios, Dios lo destruirá, porque el Santuario de Dios es santo. Ustedes son ese Santuario.


Nosotros somos necios por causa de Cristo, pero ustedes, prudentes en Cristo. Nosotros somos débiles, pero ustedes, fuertes; ustedes, honrados, pero a nosotros se nos deshonra.


¿No saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se engañen: Ni inmorales sexuales, ni idólatras, ni adúlteros, ni afeminados, ni homosexuales,


Porque si alguno que es nada, supone ser algo, se engaña él mismo.


No sean engañados. Dios no es burlado, porque lo que siembre un hombre, esto también cosechará.


Nadie los engañe con palabras vanas, porque por medio de estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos desobedientes.


En cambio los hombres malos e impostores avanzarán hacia lo peor, pues engañan y son engañados.


Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, desobedientes, extraviados. Éramos esclavos de deseos apasionados y placeres diversos, y vivíamos en malicia y envidia, aborrecibles y nos odiábamos unos a otros.


Así que no se engañen ustedes mismos. Sean hacedores de la Palabra y no solo oidores.


Si alguno supone ser religioso y no refrena su lengua, sino engaña su corazón, su religión no tiene valor.


Si decimos que no pecamos, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.


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