Salmos 94:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

⁸ Entiendan esto, gente necia; ¿cuándo, insensatos, lo van a comprender?

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁸ Entended, necios del pueblo; Y vosotros, fatuos, ¿cuándo seréis sabios?

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁸ ¡Piénsenlo mejor, necios! ¿Cuándo por fin se darán cuenta?

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁸ ¡Cuidado, más estúpidos que cualquiera! ¡Tontos, ¿cuándo van a comprender?

La Biblia Textual 3a Edicion

⁸ Entended, torpes del pueblo, Y vosotros necios: ¿Cuándo actuaréis sabiamente?

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁸ Entended, necios del pueblo, y vosotros, insensatos, ¿cuándo comprenderéis?

Salmos 94:8 Referans Kwoze

Salmos 49:10

Nadie puede negar que todos mueren, que sabios e insensatos perecen por igual y, que sus riquezas se quedan para otros.

Salmos 73:22

Vi lo necio e ignorante que era; a ti, Dios, debo de parecerte una bestia.

Salmos 92:6

Sólo un ignorante no sabría esto, sólo un necio no lo entendería:

Proverbios 1:22

«Jóvenes inexpertos, ¿hasta cuándo disfrutarán su inexperiencia, sus burlas y despreciarán el conocimiento?

Proverbios 12:1

Para aprender, se tiene que amar la disciplina, pero aborrecerla es ser un ignorante.

Proverbios 8:5

Ustedes los necios e inexpertos, ¡adquieran sentido común y aprendan a ser prudentes!

Isaías 27:11

Mi pueblo es como secas ramas de árbol, quebradas y puestas como leña debajo de las ollas. Son una nación necia, un pueblo fatuo e insensato, puesto que se aparta de Dios. Por lo tanto, no se apiadará de sus habitantes el que los hizo, ni les mostrará misericordia.

Jeremías 10:8

Los hombres más sabios, pero que adoran ídolos, en realidad son tontos e insensatos.

Romanos 3:11

Nadie entiende, ninguno busca a Dios.

Deuteronomio 32:29

¡Oh, si tuvieran sabiduría! ¡Oh, si tuvieran entendimiento! ¡Oh, si supieran el fin que les espera!

Tito 3:3

En otro tiempo, también nosotros éramos insensatos y desobedientes; con facilidad nos descarriábamos y vivíamos esclavos de los placeres y de los deseos pecaminosos. Estábamos llenos de rencor y envidia. Odiábamos a los demás y ellos nos odiaban a nosotros.