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Salmos 84:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

5 Dichosos quienes son fuertes en el Señor y desean por sobre todo seguir tus pasos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 ¡Qué alegría para los que reciben su fuerza del Señor, los que se proponen caminar hasta Jerusalén!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Dichosos los hombres cuya fuerza eres tú y que gustan de subir hasta ti.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 ¡Cuán bienaventurado es el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están las sendas!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Dichosos los que habitan en tu casa, para alabarte sin cesar. Selah

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Salmos 84:5
17 Referans Kwoze  

Me alegré mucho cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor».


Bendigan al Señor, todos sus siervos, ustedes que sirven por la noche en la casa del Señor.


Me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío, tu ley la llevo dentro de mí».


Mi corazón se consume en la tristeza al recordar aquellos tiempos —¡cómo olvidarlos!— cuando guiaba a una gran multitud hacia el templo en días de fiesta, cantando con gozo, alabando al Señor.


Como disfrutábamos nuestra amistad mientras juntos caminábamos a la casa de Dios.


Tú fielmente respondes a nuestras oraciones con imponentes obras, oh Dios, Salvador nuestro. Tú eres la esperanza de cada uno en esta tierra, aun de aquellos que navegan en los más lejanos mares.


¡El Señor nos fortalece! ¡Entonemos alabanzas! ¡Cantemos al Dios de Israel!


Toda la noche te busco; busco a Dios con todo fervor; sólo cuando vengas a juzgar la tierra y a castigarla, el pueblo se apartará de su maldad y hará lo que es justo.


«En el Señor reside toda mi justicia y fortaleza», dirá todo el pueblo. Y todos los que contra él estaban enojados, acudirán a él avergonzados.


Este es el nuevo convenio que voy a celebrar con ellos: Grabaré mis instrucciones en el corazón de ellos, para que tengan la voluntad de honrarme; entonces serán verdaderamente pueblo mío y yo seré su Dios.


Llegará un día cuando los vigías de los montes de Efraín te llamarán diciendo: «¡Levántate y vamos a Sion, donde está el Señor Dios nuestro!».


Pueblos numerosos llegarán y dirán: «Vengan, subamos al monte del Señor, entremos al templo del Dios de Israel para que él nos diga qué debemos hacer. Y nosotros seguiremos sus enseñanzas». Porque de Sion, esto es, de Jerusalén, saldrá la instrucción del Señor, la sabiduría y la justicia para vivir en paz.


»Yo mismo fortaleceré a mi pueblo, y haré que avancen confiados en mi permanente ayuda. Lo afirmo yo, que soy el Señor Todopoderoso».


y las tres veces me ha respondido: «Debe bastarte mi amor. Mi poder se manifiesta más cuando la gente es débil». Por eso, de muy buena gana me siento orgulloso de mis debilidades; gracias a ellas, se muestra en mí el poder de Cristo.


Todo lo puedo en Cristo que me da fortaleza.


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