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Salmos 77:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

2 Cuando estoy en medio de grandes problemas, voy ante el Señor. Paso la noche entera orando, alzando mis manos al cielo, suplicando. Para mí no podrá haber gozo hasta que él se manifieste.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Al Señor busqué en el día de mi angustia; Alzaba a él mis manos de noche, sin descanso; Mi alma rehusaba consuelo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Cuando estaba en graves dificultades, busqué al Señor. Toda la noche oré con las manos levantadas hacia el cielo, pero mi alma no encontró consuelo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Busqué al Señor en el momento de la prueba, de noche sin descanso hacia él tendí mi mano y mi alma se negó a ser consolada.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 En el día de mi angustia busqué a Adonay; A Él alzaba mis manos de noche sin descanso, Mi alma rehusaba consuelo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Mi voz hacia el Señor, yo me lamento, mi voz hacia el Señor, y él me escucha.

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Salmos 77:2
29 Referans Kwoze  

―Ese ya no será tu nombre —le dijo el varón—. A partir de hoy te llamarás Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has ganado.


Toda su familia trató en vano de consolarlo. Pero él decía: «No dejaré de llorar hasta que muera y me reúna con mi hijo». Y seguía llorando.


»Si hay hambre en la tierra, o epidemias, o plagas que afecten los productos agrícolas, o invasiones de langostas o de gusanos, o si los enemigos de tu pueblo están en la tierra asediando nuestras ciudades, cualesquiera que sean las dificultades,


»Antes de enfrentarte a Dios y extender hacia él tus manos, deja tus pecados y despójate de toda iniquidad.


En mi angustia clamé al Señor pidiendo ayuda. Y él me escuchó desde su templo; mi clamor llegó a sus oídos.


Confía en mí en tus tribulaciones para que yo te libre y puedas darme la gloria.


Oraré de mañana, al medio día y de noche, suplicándole a Dios; él escuchará.


Paso la noche despierto en mi lecho pensando en ti,


A ti clamaré cuando me llegue la angustia, y tú me responderás.


El ánimo del hombre puede sostener al enfermo, ¿pero quién puede levantar al abatido?


Señor, angustiados te buscaron. Cuando les llegó tu castigo, entonces exhalaron su temerosa oración.


Toda la noche te busco; busco a Dios con todo fervor; sólo cuando vengas a juzgar la tierra y a castigarla, el pueblo se apartará de su maldad y hará lo que es justo.


El Señor dice: Hay amargo llanto en Ramá. Raquel llora por sus hijos y nadie puede consolarla, pues han desaparecido.


»Cuando Efraín y Judá vean cuán enfermos están, Efraín acudirá al gran rey de Asiria para que le ayude, pero él no podrá ayudarlos ni sanarlos. También Judá buscará ayuda en un poderoso rey, quien tampoco lo ayudará.


Ese día los israelitas dirán: «¡Vengan, volvamos al Señor! Él es quien nos ha desgarrado, y él será quien nos sane.


Los judíos que estaban en la casa consolando a María, al ver que se levantaba y salía de prisa, la siguieron. Ellos pensaban que iba al sepulcro a llorar.


Cuando Cristo estaba en la tierra, con voz fuerte y muchas lágrimas ofreció ruegos y súplicas a Dios, quien podía librarlo de la muerte. Y Dios escuchó sus oraciones en virtud de su ferviente deseo de obedecer a Dios.


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