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Salmos 36:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

2 Por el contrario, en su vanidad no pueden ver lo malvado que son.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos, De que su iniquidad no será hallada y aborrecida.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Ciegos de presunción, no pueden ver lo perversos que son en realidad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Se mira con tan buen concepto, que se niega a admitir su culpa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Se ilusiona de que su culpa no será descubierta ni aborrecida.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Un dictamen de culpa destinado al impío llevo en mi corazón: El temor de Dios no existe delante de sus ojos.

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Salmos 36:2
15 Referans Kwoze  

Estos hombres se vanaglorian de todos sus malos deseos, injurian a Dios y felicitan al ambicioso.


Aunque alguien se diga feliz toda la vida, y la gente lo elogie por sus logros,


Nada hay tan engañoso ni tan absolutamente perverso como el corazón. Nadie es capaz de conocer a fondo su maldad.


Pero tú dices que no es verdad, que no has adorado ídolos. ¿Cómo puedes decir tal cosa? ¡Ve y mira en cualquier valle del país todas las señales de tu ligereza e idolatría! ¡Toma nota de los muchos delitos que has cometido, oh camella inquieta en busca de macho!


Y nadie protestó, sino Elnatán, Delaías y Guemarías. Suplicaron al rey que no quemara el rollo, pero no les hizo caso. Ninguno de los otros dignatarios del rey dio señales de temor o ira por lo que había hecho.


Pero él, queriendo justificarse, le volvió a preguntar: ―¿Y quién es mi prójimo?


Como no conocen la manera en que Dios nos declara justos, tratan de hacerse justos a su propia manera, y así terminan rechazando la manera en que Dios quiere aceptarlos.


Bueno, ¿somos los judíos mejores que los demás? En ninguna manera. Ya hemos demostrado que todos los hombres son pecadores, ya sean judíos o gentiles.


Por eso, antes de entender lo que la ley demanda, me sentía bien. Pero cuando llegó el mandamiento, cobró vida el pecado y morí.


»Que ninguno de ustedes, al oír las advertencias de esta maldición, piense livianamente y se diga: “Prosperaré aun cuando me conduzca de acuerdo con mi propio capricho”. Porque será la ruina de todos.


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