Salmos 30:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

⁶ Dije yo en mi prosperidad: «Esto es para siempre. ¡Ahora nada puede detenerme!

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁶ En mi prosperidad dije yo: No seré jamás conmovido,

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁶ Cuando yo tenía prosperidad, decía: «¡Ahora nada puede detenerme!».

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁶ Cuando me iba bien, decía entre mí: 'Nada jamás me perturbará'.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁶ En medio de mi seguridad, me decía: No seré conmovido jamás,

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁶ Su ira es de un instante, su favor, de por vida; si por la noche llanto, a la aurora, alegría.

Salmos 30:6 Referans Kwoze

Salmos 10:6

Se jactan de que ni Dios ni el hombre pueden hacer nada contra ellos; siempre estarán libres de problemas.

Salmos 119:117

Sostenme, y estaré a salvo; y meditaré en tus decretos continuamente.

Salmos 126:6

Plantarán llorando sus semillas, y regresarán cantando, trayendo su cosecha.

Salmos 15:5

que no cobra intereses sobre el dinero que presta y se niega a ser testigo contra el inocente por mucho que se le quiera sobornar. Una persona así permanecerá siempre firme.

Salmos 16:8

Yo sé que el Señor continuamente está conmigo, jamás tendré por qué tropezar y caer, pues él está a mi lado.

Isaías 47:7

Creíste que tu reino no terminaría jamás, reina de los reinos del mundo. No te diste la menor molestia por mi pueblo o en pensar en el destino de quienes lo maltratan.

Isaías 54:7

Por un breve momento te abandoné, pero con mucha compasión te tomaré de nuevo.

Isaías 56:12

«Vamos», dicen. «Conseguiremos vino y haremos fiesta; embriaguémonos. ¡Esto se llama vivir; que siga la fiesta, y mañana será aún mejor!».

Daniel 4:30

e iba diciendo: «¡Miren qué gran ciudad es Babilonia! Yo, con mi propio poder, he construido esta hermosa ciudad como mi residencia real y como capital de mi imperio».

Lucas 12:19

Entonces diré: Alma mía, ya tienes muchas cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y disfruta de la vida”.

2 Corintios 12:7

Es tal la grandeza de las revelaciones que he recibido que, para que no me enorgullezca demasiado, el Señor clavó en mi carne un aguijón, un mensajero de Satanás que me atormenta.