Salmos 28:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

⁷ Él es mi fuerza, el escudo que me protege de todo peligro. En él confié y él me ayudó. En mi corazón hay tanto gozo que prorrumpo en un cántico de alabanza a él.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁷ Jehová es mi fortaleza y mi escudo; En él confió mi corazón, y fui ayudado, Por lo que se gozó mi corazón, Y con mi cántico le alabaré.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁷ El Señor es mi fortaleza y mi escudo; confío en él con todo mi corazón. Me da su ayuda y mi corazón se llena de alegría; prorrumpo en canciones de acción de gracias.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁷ El Señor es mi fuerza y mi escudo, mi corazón confiaba en él, y me socorrió; por eso mi corazón se alegra y le canto agradecido.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁷ YHVH es mi fortaleza y mi escudo, En Él confió mi corazón, y fui ayudado, Por lo que mi corazón se regocija, Y lo alabo con mi cántico.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁷ El Señor es mi fortaleza, él mi escudo, en él espero y él me ayuda: mi corazón se regocija y con mi canto le doy gracias.

Salmos 28:7 Referans Kwoze

Génesis 15:1

Poco tiempo después, el Señor le dijo a Abram: ―Abram, no tengas miedo, porque yo te protejo, y te voy a dar una recompensa muy grande.

Salmos 13:5

Pero yo, desde ya, confío en tu gran amor. Me gozo porque tú me has salvado.

Salmos 13:6

Te canto, Señor, por el bien que me has hecho.

Salmos 19:14

Que mis palabras y mis más íntimos pensamientos sean agradables a ti; Señor, roca mía y redentor mío.

Salmos 21:1

En tu fuerza, Señor, se regocija el rey, ¡qué gozo siente en tus victorias!

Salmos 22:4

Ellos confiaron en ti y tú los libraste.

Salmos 28:8

El Señor protege a su pueblo y da victoria a su rey ungido.

Salmos 3:3

Pero, Señor, tú eres mi escudo, mi gloria, tú mantienes en alto mi cabeza.

Salmos 3:4

Clamé al Señor a voz en cuello, y él me respondió desde su monte santo.

Salmos 33:21

Razón tenemos para regocijarnos en el Señor. Porque confiamos en él. Confiamos en su santo nombre.

Salmos 37:39

El Señor salva a los santos. Él es su refugio y salvación en tiempos de tribulación.

Salmos 40:3

Me ha dado un nuevo cántico para que lo entone, con alabanzas a nuestro Dios. Ahora muchos oirán de las cosas admirables que él hizo; maravillados estarán ante el Señor, y en él pondrán su confianza.

Salmos 43:2

Porque tú eres Dios, mi único refugio. ¿Por qué me has echado a un lado? ¿Por qué tengo que llorar oprimido por mis enemigos?

Salmos 46:1

Dios es nuestro amparo y nuestra fuerza, nuestra pronta ayuda en tiempos de tribulación.

Salmos 46:2

Por eso no temeremos aunque el mundo se desintegre y los montes se derrumben y caigan al mar.

Salmos 69:30

¡Entonces alabaré el nombre de Dios con mi cántico! Mi gratitud será su alabanza,

Salmos 84:11

Porque el Señor es nuestra luz y nuestra protección. Él nos da gracia y gloria. Ningún bien se les negará a quienes hagan lo que es justo.

Salmos 91:4

Él te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas encontrarás refugio. ¡Sus fieles promesas son tu armadura y protección!

Isaías 12:2

¡Miren! ¡Dios ha acudido a salvarme! Estaré confiado y no temeré, porque el Señor es mi fuerza y mi canción, ¡él es mi salvación!

Isaías 45:24

«En el Señor reside toda mi justicia y fortaleza», dirá todo el pueblo. Y todos los que contra él estaban enojados, acudirán a él avergonzados.

Isaías 61:10

Dice el profeta: ¡Dejen que les cuente la felicidad que Dios me ha dado! Me ha cubierto con vestiduras de salvación y me ha puesto un manto de justicia. Soy como novio vestido para celebrar la boda o como una novia enjoyada para el desposorio.

Efesios 6:10

Por último, recuerden que su fortaleza debe venir del gran poder del Señor.

Apocalipsis 15:3

y cantaban el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero: «Formidables y maravillosas son tus obras, Señor, Dios Todopoderoso. Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de las naciones.

Apocalipsis 5:9

y dedicaron al Cordero este nuevo canto: «Eres digno de recibir el pergamino y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado y con tu sangre compraste para Dios un pueblo de entre todos los linajes, pueblos, lenguas y naciones.