Salmos 143:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

⁶ Extiendo las manos hacia ti; me haces falta como la lluvia a la tierra seca.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁶ Extendí mis manos a ti, Mi alma a ti como la tierra sedienta. Selah

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁶ A ti levanto mis manos en oración; tengo sed de ti como la tierra reseca tiene sed de lluvia. Interludio

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁶ Alargo a ti mis manos, mi alma es una tierra sedienta de ti.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁶ A ti alzo mis manos, Mi alma te anhela como la tierra sedienta. Selah

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁶ Yo tiendo hacia ti mis manos: como tierra extenuada, así va hacia ti mi alma.

Salmos 143:6 Referans Kwoze

Job 11:13

»Antes de enfrentarte a Dios y extender hacia él tus manos, deja tus pecados y despójate de toda iniquidad.

Job 7:2

¡Cómo anhela el fin de la jornada! ¡Cómo se esfuerza por llegar al fin de la semana y a su paga!

Salmos 42:3

Día y noche mi pan son mis lágrimas, y mientras tanto mis enemigos se mofan de mí. «¿Dónde está ese Dios tuyo?» dicen burlones.

Salmos 44:20

Si hubiéramos dejado de adorar a nuestro Dios o hubiéramos alzado nuestras manos en oración a dioses extraños,

Salmos 63:1

¡Oh Dios, mi Dios! ¡Cómo te busco! ¡Qué sed tengo de ti en esta tierra reseca y triste en donde no hay agua! ¡Cómo anhelo encontrarte!

Salmos 84:2

Casi me desmayo pues mi deseo más intenso es entrar en los atrios del Señor; con todo mi ser, alma y cuerpo, alabaré alegremente al Dios viviente.

Salmos 88:10

¿De qué valdrán tus milagros cuando esté yo en el sepulcro? ¿Pueden los muertos levantarse a alabarte?

Salmos 88:9

Los ojos se me nublan de llorar. Cada día te suplico que me ayudes; oh Señor, extiendo mis manos suplicantes pidiendo misericordia.

Éxodo 9:29

―Muy bien —respondió Moisés—. Tan pronto como yo haya salido de la ciudad, levantaré las manos hacia el Señor, y los truenos y el granizo se detendrán. Esto te probará que el Señor reina en la tierra.

Isaías 35:7

los terrenos resecos se convertirán en estanques, con arroyos en la tierra sedienta. Donde habitaban los chacales del desierto, habrá carrizos y cañas.

Juan 7:37

El último día de la fiesta, que era el más importante, Jesús se puso de pie y dijo con fuerte voz: ―¡Si alguno tiene sed, venga a mí y beba!