Proverbios 6:25 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

²⁵ No la desees en tu corazón por su belleza, no te dejes seducir por sus ojos,

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

²⁵ No codicies su hermosura en tu corazón, Ni ella te prenda con sus ojos;

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁵ No codicies su belleza; no dejes que sus miradas coquetas te seduzcan.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁵ No sueñes con su belleza, ni te dejes conquistar por sus miradas.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁵ No codicies en tu corazón su hermosura, Ni te dejes prender por su mirada,°

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁵ No desees su hermosura en tu corazón, no te seduzca con sus miradas,

Proverbios 6:25 Referans Kwoze

2 Reyes 9:30

Cuando Jezabel supo que Jehú había regresado a Jezrel, se pintó los ojos, se adornó el pelo y se sentó junto a la ventana.

Job 31:1

»Yo había convenido con mis ojos no mirar con lujuria a ninguna mujer.

Cantares 4:9

Cautivaste mi corazón, hermosa mía, novia mía; me cautivaste con una sola mirada de tus ojos, con una sola cuenta de tu collar.

Isaías 3:16

Luego juzgará a las altivas mujeres judías, que orgullosas pasan contoneándose con sus pulseras tintineantes en los tobillos, con ojos lascivos que recorren la multitud para atraerse la mirada de los hombres.

Jeremías 4:30

¿Y ahora tú, Jerusalén, por qué te pones tu vestido más lindo y las joyas más valiosas y te esmeras tanto con tu maquillaje? ¡No tiene sentido nada de lo que haces! ¡Tus aliados, a los que buscaste para que fueran tus amantes, ahora te desprecian y lo que quieren es verte muerta!

Ezequiel 23:40

»Aun enviaron a tierras distantes por sacerdotes para que vinieran con otros dioses a quienes rendir homenaje también, ¡y ellos han llegado y han sido acogidos! Y ellas se han lavado, pintado sus párpados y puesto sus más finas joyas para agradarles a ellos.

Mateo 5:28

Pero yo les digo: Cualquiera que mira a una mujer y desea acostarse con ella, comete adulterio en su corazón.

Deuteronomio 5:21

Tampoco codiciarás la esposa de otro hombre, ni su casa, ni su tierra, ni sus esclavos, ni sus bueyes, ni sus burros ni cosa alguna que él posea.