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Proverbios 23:32 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

32 Porque al final muerde como serpiente y envenena como víbora.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

32 Mas al fin como serpiente morderá, Y como áspid dará dolor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

32 Pues al final muerde como serpiente venenosa; pica como una víbora.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

32 Acabará mordiéndote como una serpiente, te picará como una víbora.

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La Biblia Textual 3a Edicion

32 Pero al fin, muerde como una serpiente; Pica como una víbora.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

32 Termina por morder como un áspid y pica como una víbora.

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Proverbios 23:32
18 Referans Kwoze  

Para él son veneno y muerte.


Pisotearás al león y a la serpiente venenosa; aplastarás a leones feroces y víboras bajo tus pies.


Pero la serpiente de Aarón se tragó a todas las serpientes de ellos.


El vino lleva al hombre a la desvergüenza, las bebidas embriagantes al escándalo; ¡el que está bajo sus efectos no puede ser sabio!


Si lo haces así, acabarás quejándote de angustia porque todo tu cuerpo se irá consumiendo.


Cavas un pozo, y caes en él; derribas un muro viejo, y una serpiente te muerde. Trabajas en la cantera, y cae una piedra y te aplasta. Hay peligro en cada golpe de hacha que das.


Los pequeñitos andarán seguros gateando entre las serpientes venenosas, y el niñito que meta la mano en un nido de víboras no sufrirá ningún daño.


La altiva ciudad de Samaria —sí, el gozo y deleite de los borrachos de Israel— será lanzada a tierra y pisoteada por pies enemigos.


Dedican su tiempo y energía a trazar planes perversos cuyo fin es sangriento.


los profetas anunciando mentiras y los sacerdotes muy contentos apoyándolos. Y al pueblo parece que le gusta esta situación. ¡¿Dónde irá a parar toda esta locura?!


Porque yo enviaré contra ustedes estos ejércitos enemigos como serpientes venenosas a las que no pueden engañar. Hagan lo que hagan, los atacarán y morirán.


En aquel día serán como un hombre que al huir de un león, se topa de frente con un oso; o como un hombre que en una habitación oscura se apoya en una pared y lo muerde una víbora.


»Aunque se escondan entre las rocas en la cima del monte Carmelo, yo los buscaré allá y los capturaré. Aunque se escondan en el fondo del océano, yo enviaré la serpiente marina tras ellos para morderlos y destruirlos.


¿Con qué resultado? No muy bueno, por cierto; y por eso se avergüenzan ahora al pensar en lo que antes hacían, que les llevaba a la muerte.


No se embriaguen, pues no se podrán controlar; más bien dejen que el Espíritu Santo los llene y controle.


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