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Marcos 11:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

14 dijo al árbol: «¡Nadie más va a volver a comer jamás de tu fruto!». Y lo oyeron los discípulos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Entonces Jesús dijo al árbol: «¡Que nadie jamás vuelva a comer tu fruto!». Y los discípulos lo oyeron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Entonces Jesús dijo a la higuera: '¡Que nadie coma fruto de ti nunca jamás!' Y sus discípulos lo oyeron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 No obstante, le dirigió la palabra, diciendo:° ¡Nunca jamás° coma nadie fruto de ti! Y lo oían sus discípulos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Y dirigiéndose a ella, le dijo: 'Nunca jamás coma ya nadie fruto de ti'. Sus discípulos lo estaban oyendo.

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Marcos 11:14
15 Referans Kwoze  

Se acercó a una higuera del camino con la esperanza de encontrar en ella higos, ¡pero sólo encontró hojas! ―¡Nunca jamás produzcas fruto! —le dijo. Y la higuera se secó.


Entonces les contó la siguiente parábola: «Cierto hombre plantó una viña, la cercó, construyó una torre de vigilancia, y la arrendó a varios labradores. Según el contrato, estos habrían de compartir con el dueño el producto de la viña. El dueño se fue a otra región.


El que tropiece con la Roca de la verdad se hará pedazos; y al que la piedra le caiga encima quedará pulverizado.


El hacha está lista para talar los árboles que no den fruto y arrojarlos al fuego.


Por eso los árboles que dan malos frutos se cortan y se queman.


por lo que se acercó a una frondosa higuera. Esperaba hallar algunos higos, pero al hallar sólo hojas, porque no era la temporada de higos,


Al llegar a Jerusalén, se dirigió al templo. Allí echó fuera a los que vendían y compraban, y volcó las mesas de los que cambiaban dinero y las sillas de los que vendían palomas.


El que no está unido a mí lo echan fuera y se seca. Así como le pasa a las ramas que se recogen, se echan al fuego y se queman.


Y si una persona que había escapado de la contaminación del mundo, por haber conocido a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, vuelve a caer en ella, queda peor que antes.


Mientras tanto, deja que el malo siga haciendo el mal, y que el impuro siga en su impureza; pero que el bueno siga haciendo el bien, y que el santo siga santificándose».


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