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Lamentaciones 1:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

7 Y ahora, en medio de toda su aflicción, Jerusalén recuerda toda su historia de sufrimiento, como cuando cayó en poder del enemigo y nadie la ayudó, y cuando sus enemigos vieron su caída se burlaron de ella.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Jerusalén, cuando cayó su pueblo en mano del enemigo y no hubo quien la ayudase, Se acordó de los días de su aflicción, y de sus rebeliones, Y de todas las cosas agradables que tuvo desde los tiempos antiguos. La miraron los enemigos, y se burlaron de su caída.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 En medio de su tristeza y sus andanzas, Jerusalén recuerda su antiguo esplendor. Pero ahora ha caído en manos de su enemigo y no hay quien la ayude. Su enemigo la derribó y se burlaba cuando ella caía.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 En sus días de miseria y destierro Jerusalén recuerda cuando caía en manos del enemigo sin que ninguno la socorriera; sus enemigos la miraban y se burlaban de su ruina.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 z En los días de su aflicción y angustia Jerusalem se acuerda de todos los tesoros que tenía desde tiempos antiguos, Hoy que su pueblo cae por mano del adversario, nadie la ayuda. Los enemigos la ven y se burlan de su final.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Zain. Jerusalén se acuerda, en sus días de aflicción y de extravío, de todos sus tesoros, que databan de tiempo inmemorial. Cuando cayó su pueblo en manos del opresor, sin que nadie la ayudara, sus opresores la vieron e hicieron burla de su ruina.

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Lamentaciones 1:7
23 Referans Kwoze  

«¡Cómo extraño aquellos tiempos en que Dios cuidaba de mí,


Mi corazón se consume en la tristeza al recordar aquellos tiempos —¡cómo olvidarlos!— cuando guiaba a una gran multitud hacia el templo en días de fiesta, cantando con gozo, alabando al Señor.


Pienso en Dios y me lamento, agotado por el ansia de recibir su ayuda.


Nuestros vecinos se mofan de nosotros; somos el centro de las burlas de quienes nos rodean.


Tus santas ciudades están destruidas, Jerusalén está desierta.


Nuestro santo y hermoso templo, en donde nuestros padres te alababan, está quemado, y todos sus hermosos objetos destruidos.


El Señor, el Dios de Israel, dice: Dile al rey de Judá que envió a preguntarme qué va a ocurrir, que el ejército del faraón, aunque vino acá para ayudarte, está a punto de volverse huyendo a Egipto. Los babilonios derrotarán a los egipcios y los harán regresar corriendo a su país.


Y todo esto es porque hiciste sufrir a Israel, te burlabas de él como si hubiera sido sorprendido robando.


Miramos esperanzados que nuestros aliados nos vengan a salvar, pero es en vano. Estamos en espera de una nación que no puede ayudarnos.


Diles: Escuchen lo que el Señor Dios dice: “¡Por cuanto se burlaron cuando mi templo fue destruido, y se burlaron de Israel en su angustia, y se rieron de Judá cuando fue llevada cautiva,


»Pues el Señor Dios dice: “¡Por cuanto aplaudieron y bailotearon y vitorearon alegremente ante la destrucción de mi pueblo,


Se empeñará en correr tras sus amantes, pero no los alcanzará. Los buscará, pero no los encontrará. Entonces pensará: “Quizás sea mejor que vuelva a mi marido, pues me iba mejor con él que con mis amantes”.


Muchas naciones se han reunido en tu contra, y gritan: «¡Qué grandioso será ver la derrota de Jerusalén! ¡Será un hermoso espectáculo!».


Un día, se puso a pensar: “En la casa de mi padre, los jornaleros tienen comida en abundancia, y yo aquí me estoy muriendo de hambre.


»Pero Abraham le respondió: “Hijo, recuerda que cuando ustedes vivían, a ti te fue muy bien pero a Lázaro muy mal. Ahora a él le toca recibir consuelo aquí y a ti te toca sufrir.


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