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Job 23:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

10 Pero él conoce cada detalle de lo que a mí me ocurre; y cuando me haya examinado, me declarará completamente inocente: tan puro como oro macizo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 Mas él conoce mi camino; Me probará, y saldré como oro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 »Sin embargo, él sabe a dónde yo voy; y cuando me ponga a prueba, saldré tan puro como el oro.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Mas El me conoce, sea que ande o que me pare, y si me prueba en el crisol, saldré puro.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Pero ya que Él conoce el camino que yo sigo,° Que me pruebe, y saldré como el oro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Mas él conoce todos mis pasos; que me pruebe en el crisol, y saldré como oro puro.

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Job 23:10
32 Referans Kwoze  

Estoy seguro de que enseñará a sus descendientes a obedecerme, de modo que cuando él muera ellos continúen practicando la justicia y la honestidad. Yo, por mi parte, le cumpliré a Abraham todo lo que le he prometido».


Yo he vivido en la voluntad del Señor, y nunca me he apartado de mi Dios,


«Por favor, Señor, recuerda que siempre he tratado de obedecerte y agradarte en todo lo que hago». Y rompió a llorar.


Los hombres justos y honrados podrían discutir con él, y ser absueltos por mi juez.


Lo busco en donde realiza sus obras en el norte, y no lo encuentro allí. Tampoco puedo hallarlo en el sur, donde también se esconde.


El ve todo lo que hago y cada paso que doy.


que Dios me pese en una balanza justa y así sabrá que soy inocente.


“Soy puro, soy inocente; no he pecado”.


No me presumas culpable, pues soy un hombre recto. No seas tan injusto.


¿Has de ser su inquisidor cada mañana, y ponerlo a prueba cada instante del día?


Porque el Señor protege los pasos de los justos; pero los pasos de los impíos conducen a la perdición.


Él pone a prueba al justo y al malvado; aborrece a los que aman la violencia.


Has probado mis pensamientos; aun de noche has examinado mi corazón. Has buscado dentro de mí sin hallar nada incorrecto y sabes que he dicho la verdad.


Nos has puesto a prueba, nos has purificado, oh Señor, como a plata en el crisol.


Pon fin a toda maldad, Señor, y bendice a todos los que genuinamente te adoran porque tú, el justo Dios, miras hasta lo profundo del corazón de todo hombre y mujer, y examinas todas sus intenciones y pensamientos.


La plata y el oro se prueban con el fuego, pero al corazón lo prueba el Señor.


En cuanto a mí respecta, tú conoces mi corazón, bien sabes cuánto anhelo serte fiel. ¡Sin embargo, soy pobre, oh Señor! ¡Señor, llévalos arrastrados como ovejas silenciosas al matadero! ¡Júzgalos, oh Dios!


A este tercio restante lo someteré a una dura prueba, será como hacerlo pasar por el fuego para purificarlo, así como se hace con el oro y la plata para refinarlos. Entonces se dirigirán a mí con oraciones fervientes y yo les pondré atención. Diré: “¡Este es mi pueblo!”, y ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.


Por tercera vez Jesús le preguntó: ―Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se puso triste de que Jesús le preguntara por tercera vez: «¿Me quieres?». Entonces le dijo: ―Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: ―Cuida de mis ovejas.


Pero si a su obra el fuego la consume, el constructor sufrirá una gran pérdida. Se salvará, sí, pero como quien escapa del fuego.


¿Recuerdas cómo te condujo el Señor a través del desierto durante estos cuarenta años, humillándote y probándote para saber dónde estaban tus prioridades y si realmente obedecerías o no sus mandamientos?


Pero la verdad de Dios es un cimiento que se mantiene firme y sólido, y tiene esta inscripción: «El Señor conoce a los que son suyos, y el que adora al Señor debe apartarse del mal».


Por la fe, Abraham, que había recibido las promesas, cuando fue puesto a prueba ofreció a Isaac, su único hijo,


Dichoso el que permanece firme durante la prueba, porque cuando la supera, recibe la corona de la vida que Dios ha prometido a los que lo aman.


La fe de ustedes es como el oro que tiene que probarse por medio del fuego. Así también su fe, que vale mucho más que el oro, tiene que probarse por medio de los problemas y, si es aprobada, recibirá gloria y honor cuando Jesucristo aparezca.


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