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Job 1:21 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

21 Entonces dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y nada tendré cuando muera. El Señor me dio cuanto yo tenía; suyo era, y tenía derecho de llevárselo. Bendito sea el nombre del Señor».

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

21 y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 y dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo estaré cuando me vaya. El Señor me dio lo que tenía, y el Señor me lo ha quitado. ¡Alabado sea el nombre del Señor!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 empezó a decir: 'Desnudo salí del seno de mi madre, desnudo allá volveré. Yavé me lo dio, Yavé me lo ha quitado, ¡que su nombre sea bendito!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 y dijo: ¡Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá! ¡YHVH dio y YHVH quitó! ¡Bendito sea el nombre de YHVH!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 y dijo: 'Desnudo salí del seno de mi madre y desnudo volveré a él. Yahveh me lo dio, Yahveh me lo quitó. ¡Bendito sea el nombre de Yahveh!'.

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Job 1:21
35 Referans Kwoze  

Para obtener tu alimento tendrás que trabajar mucho, hasta el día de tu muerte; ese día volverás a la tierra de la cual fuiste hecho, pues eres polvo y al polvo tendrás que volver.


Jacob se enojó y le respondió: ―¿Acaso soy yo Dios? Él es el que no te ha permitido tener hijos.


Pero no se aflijan ni se condenen por ello, porque era plan de Dios. Dios me envió aquí antes que a ustedes para preservarnos la vida y la de nuestras familias.


Quizá el Señor tenga en cuenta mi profundo dolor, y en vez de maldiciones envíe bendiciones sobre mí.


De modo que Roboán no tuvo en cuenta las peticiones del pueblo. Esto estaba de acuerdo con la voluntad del Señor, y de esta forma se cumplió lo que él le había prometido a Jeroboán por medio de Ahías, el profeta de Siló.


―Bien —respondió Ezequías—. Si eso es lo que el Señor quiere, está bien. Pero realmente estaba pensando: «Por lo menos tendré paz y seguridad durante el resto de mi vida».


Y los levitas Jesúa, Cadmiel, Baní, Jasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías clamaron: «Pónganse de pie y adoren al Señor nuestro Dios, porque él vive desde la eternidad y hasta la eternidad. ¡Alaben su glorioso Nombre! Su gloria excede a cualquier bendición o alabanza.


Pero quítale sus riquezas, ¡y ya verás cómo te maldice en tu propia cara!


Pero él respondió: ―Hablas como una necia. ¿Pues qué? ¿Hemos de recibir de manos de Dios únicamente lo agradable y nunca lo desagradable? En todo esto Job no pecó ni de palabra.


Cuando envía la muerte a llevarse a un hombre, ¿quién puede impedírselo? ¿Quién osa preguntarle: “qué estás haciendo”?


Alabaré al Señor, pase lo que pase. Constantemente hablaré de sus glorias y de su gracia.


Me gloriaré de todas sus bondades para conmigo. Anímense todos los desalentados.


»Señor, ante ti estoy mudo. No abriré mi boca para decir ni una queja, pues mi castigo procede de ti.


Porque al morir nada se llevan consigo. Sus riquezas no los seguirán al sepulcro.


y el polvo vuelva a la tierra de donde vino, y el espíritu regrese a Dios que lo dio.


El que especula, pronto se halla en donde empezó: con las manos vacías.


Y, naturalmente, está muy bien. Si Dios le ha dado al ser humano riqueza y salud es para que lo disfrute. Gustar de nuestro trabajo y aceptar la suerte que la vida nos deparó, es en verdad un don de Dios. Quien tal haga no tendrá que mirar triste hacia el pasado, pues Dios llenará de gozo su corazón.


y los del oriente les responderán con alabanzas. Escúchenlos cantarle al Señor desde los puntos más alejados de la tierra, cantando la gloria del Justo. Pero yo tengo el corazón abrumado de dolor, porque aún prevalecen por todas partes la maldad y la traición.


¿Quién permitió que a Israel se le robara y dañara? ¿No fue el Señor? Fue el Señor contra el cual pecaron, porque no quisieron ir a donde él los enviaba ni escuchar sus leyes.


Yo formo la luz y hago las tinieblas. Yo envío los buenos tiempos y los malos. Yo, el Señor, soy el que hace esto.


¿Acaso no viene de Dios tanto lo bueno como lo malo?


¿Acaso no se asusta la gente cuando escucha sonar la alarma? ¿Acaso vendrá sobre la ciudad algún castigo que no lo haya mandado el Señor?


Pero sólo están haciendo lo que tú en tu plan ya habías decidido que sucediera.


También le darán gracias siempre y por todo a Dios, nuestro Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.


Den gracias a Dios en cualquier situación, porque esto es lo que Dios quiere de ustedes como creyentes en Cristo Jesús.


Después de todo, nada trajimos a este mundo y nada podremos llevarnos.


De lo alto nos viene todo lo bueno y perfecto. Allí es donde está el Padre que creó todos los astros del cielo, y que no cambia como las sombras.


En verdad, consideramos dichosos a los que se mantuvieron firmes. Ustedes han oído hablar de cómo Job se mantuvo firme y han visto lo que al final le dio el Señor. Es que el Señor es muy compasivo y misericordioso.


Salí de aquí llena, y el Señor me ha devuelto vacía. ¿Por qué habría de llamarme Noemí cuando el Señor me ha vuelto la espalda y me ha enviado tal calamidad?


Él empobrece a unos y enriquece a otros; él abate a algunos y enaltece a otros.


Él levanta al pobre desde el polvo, desde el montón de cenizas, y lo sienta entre los príncipes ubicándolo en un lugar de honor. »Porque el Señor tiene dominio sobre la tierra.


Samuel le contó lo que el Señor le había dicho. ―Es la voluntad del Señor —respondió Elí—. Haga él como mejor le parezca.


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