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Jeremías 31:33 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

33 Este es el nuevo convenio que voy a celebrar con ellos: Grabaré mis instrucciones en el corazón de ellos, para que tengan la voluntad de honrarme; entonces serán verdaderamente pueblo mío y yo seré su Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

33 «Pero este es el nuevo pacto que haré con el pueblo de Israel después de esos días —dice el Señor—. Pondré mis instrucciones en lo más profundo de ellos y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

33 Esta es la alianza que yo pactaré con Israel en los días que están por llegar, dice Yavé: pondré mi ley en su interior, la escribiré en sus corazones, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

33 Pero éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice YHVH: Daré mi Ley en su mente y la escribiré en su corazón, Y Yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

33 Ésta será la alianza que sellaré con la casa de Israel, después de aquellos días -oráculo de Yahveh-: Pongo mi ley en su interior y la escribo en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

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Jeremías 31:33
36 Referans Kwoze  

Tú escogiste a Israel para que sea tu pueblo para siempre, y tú has sido nuestro Dios.


Que él nos dé el deseo de hacer su voluntad en todo y de obedecer todos los mandamientos e instrucciones que dio a nuestros antepasados.


La ley de Dios está en su corazón, y jamás resbalan sus pies.


Me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío, tu ley la llevo dentro de mí».


A todos les he hablado de tu justicia. Sin timidez lo he proclamado, según te consta, Señor.


Yo los aceptaré como pueblo mío, y seré el Dios de ellos. Y ellos sabrán que yo soy el Señor su Dios, que los he rescatado de los egipcios.


Átalos a tus dedos, grábalos en lo profundo de tu corazón.


¡Escúchenme, los que disciernen entre el bien y el mal y en su corazón aman mis leyes: no teman a las mofas ni calumnias del populacho!


El Señor dice así: Yo hago un pacto con ustedes y les prometo que mi poder y mis enseñanzas nunca se apartarán de ustedes ni de sus descendientes.


Mi pueblo peca como por encargo, como si sus maldades fueran leyes esculpidas con cincel de hierro o punta de diamante sobre su empedernido corazón o en las esquinas de sus altares.


Les daré un corazón que esté en sintonía con mi voluntad. Serán mi pueblo y yo seré su Dios, porque con gran alegría volverán a mí.


Y ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios.


En aquel tiempo, dice el Señor, todas las familias de Israel me reconocerán como su Señor; se comportarán como pueblo mío.


Y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.


Y les daré corazón y mente dispuestos para honrarme y respetarme por siempre, por su propio bien y por el de todos sus descendientes.


Y celebraré un convenio eterno con ellos, prometiendo no volver a abandonarlos, y hacerles sólo bien. Pondré en sus corazones el deseo de honrarme y respetarme, y nunca me abandonarán.


Y viviré para siempre entre ellos. Sí, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


Me comprometeré contigo en fidelidad y amor, y me conocerás verdaderamente como tu Señor.


Ya no practicarán la maldad ni dirán mentiras ni engañarán a nadie. Vivirán en paz y ya no habrá quien los asuste».


A este tercio restante lo someteré a una dura prueba, será como hacerlo pasar por el fuego para purificarlo, así como se hace con el oro y la plata para refinarlos. Entonces se dirigirán a mí con oraciones fervientes y yo les pondré atención. Diré: “¡Este es mi pueblo!”, y ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.


Jesús le dijo: ―Suéltame, porque todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve a mis hermanos y diles: “Voy a reunirme con mi Padre, que es el Padre de ustedes; con mi Dios, que es el Dios de ustedes”.


Y este será mi pacto con ellos cuando perdone sus pecados».


En mi interior, quisiera obedecer la voluntad de Dios,


Ustedes son una carta de Cristo escrita por nosotros, no con tinta sino con el Espíritu del Dios viviente; no fue labrada en piedra, sino en las tablas del corazón humano.


Dios limpiará tu corazón y el de los hijos de tus hijos, para que ames al Señor tu Dios con toda tu mente y con todo tu ser, e Israel vivirá nuevamente.


Con respecto al amor entre los hermanos, no hace falta que les escriba, porque Dios mismo les ha enseñado a amarse unos a otros.


«Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, —dice el Señor: Pondré mis leyes en su corazón y las escribiré en su mente».


Por eso, este es el pacto que haré con el pueblo de Israel después de aquellos días, —dice el Señor—: Escribiré mis leyes en su mente y en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.


Oí entonces que una potente voz gritaba desde el trono: «La casa de Dios está ahora entre los seres humanos, y él vivirá con ellos. Ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos, y será su Dios.


El que salga vencedor heredará estas bendiciones y yo seré su Dios y él será mi hijo.


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