27 ¿No piensan cómo hacen que mi pueblo se olvide de mi nombre con sus sueños que cada uno cuenta a su compañero, al modo que sus padres se olvidaron de mi nombre por Baal?
27 Pretenden, con los sueños que unos a otros se cuentan, hacer olvidar mi Nombre a mi pueblo, como sus padres se olvidaron de mi Nombre por seguir a Baal.
Reedificó los santuarios de las colinas, que su padre Ezequías había destruido. Edificó altares a Baal e hizo una abominable imagen de la diosa Aserá, tal como lo había hecho Acab, rey de Israel. Levantó altares al dios sol, a la diosa luna, y a los dioses de las estrellas en el templo del Señor, ¡precisamente en la ciudad y el edificio que el Señor había elegido para honrar su propio nombre!
¿Cómo pueden desconocer así a su Dios? ¿Podrá una muchacha olvidar arreglarse linda? ¿Qué novia tratará de ocultar lo más lindo de su ajuar? ¡Pero por largos años mi pueblo se ha olvidado de mí, del más precioso de sus tesoros!
»El Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, dice también: No permitan que los falsos profetas y agoreros que hay entre ustedes los engañen. No hagan caso de los sueños que inventan,
caigas en el orgullo y te olvides del Señor tu Dios que te sacó de la esclavitud en la tierra de Egipto. Por eso, ten mucho cuidado, ¡no te olvides del Señor tu Dios,
Recuerda siempre que el Señor tu Dios es el que te da el poder para obtener las riquezas, y él lo hace para cumplir la promesa hecha a tus antepasados.
El pueblo de Israel se apartó del Señor nuevamente y adoró los dioses paganos Baal y Astarté, y los dioses de Siria, Sidón, Moab, Amón y Filistea. No sólo esto, sino que también habían dejado completamente la adoración del Señor.