Isaías 61:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

¹ El Espíritu del Señor Todopoderoso está sobre mí, porque me eligió para traer buenas noticias a los pobres, para consolar a los afligidos y para anunciarles a los prisioneros que pronto van a quedar en libertad.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹ El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹ El Espíritu del Señor Soberano está sobre mí, porque el Señor me ha ungido para llevar buenas noticias a los pobres. Me ha enviado para consolar a los de corazón quebrantado y a proclamar que los cautivos serán liberados y que los prisioneros serán puestos en libertad.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹ ¡El Espíritu del Señor Yavé está sobre mí! sepan que Yavé me ha ungido. Me ha enviado con un buen mensaje para los humildes, para sanar los corazones heridos, para anunciar a los desterrados su liberación, y a los presos su vuelta a la luz.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹ El Espíritu de Adonay YHVH está sobre mí, porque YHVH me ha ungido. Me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, A vendar los corazones desgarrados, A proclamar libertad a los cautivos Y a los presos apertura de la cárcel;

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹ El espíritu de Yahveh está sobre mí, pues Yahveh me ha ungido. Para dar la buena nueva a los humildes me envió, para vendar los corazones quebrantados, para proclamar a los cautivos libertad, a los prisioneros amnistía,

Isaías 61:1 Referans Kwoze

Salmos 102:20

para escuchar los gemidos de su pueblo en esclavitud, y liberar a los condenados a muerte.

Salmos 147:3

Él sana a los quebrantados de corazón y les venda las heridas.

Salmos 149:4

Porque el Señor se goza en su pueblo; él corona al humilde con la salvación.

Salmos 2:6

El Señor declara: «Este es el rey que he elegido. Lo he puesto en el trono de Jerusalén, mi santo monte».

Salmos 22:26

Los pobres comerán y se saciarán; cuantos busquen al Señor lo hallarán. De gozo constante tendrán lleno el corazón.

Salmos 25:9

Tú diriges a los humildes en la justicia y les enseñas su camino.

Salmos 34:18

El Señor está cerca de los que tienen el corazón quebrantado; libra a los de espíritu abatido.

Salmos 45:7

Amas el bien, y el mal detestas, por eso Dios, el Dios tuyo, te ha ungido, derramando sobre ti más perfume de alegría que sobre los demás.

Salmos 51:17

Lo que quieres es un espíritu quebrantado. Al corazón quebrantado y contrito, Dios, no lo despreciarás tú.

Salmos 68:7

Oh Dios, cuando saliste al frente de tu pueblo y con ellos marchaste por el desierto,

Salmos 69:32

Los humildes verán a su Dios manifestándose en su favor. Con razón se alegrarán. Cuantos buscan a Dios vivirán en gozo.

Éxodo 28:41

Les pondrás a Aarón y a sus hijos estas vestiduras y luego los dedicarás al ministerio, ungiéndolos en la cabeza con aceite de oliva y santificándolos como sacerdotes y ministros míos.

Éxodo 29:7

Tomarás el aceite de la unción y lo derramarás sobre su cabeza.

Isaías 29:19

Los mansos rebosarán nuevo júbilo procedente del Señor y los pobres se gozarán en el Santo de Israel.

Isaías 30:19

¡Oh, pueblo mío de Jerusalén, no llores más, pues al oír el clamor de tu llanto él derramará su gracia sobre ustedes, él les responderá!

Isaías 30:26

La luna será tan brillante como el sol, y la luz de este más esplendorosa que la de siete días claros. Así será el tiempo cuando el Señor comience a sanar a su pueblo y a curarle las heridas que le causó.

Isaías 32:7

Se descubrirán las triquiñuelas de los malvados, así como las mentiras con las cuales oprimían a los pobres en los tribunales.

Isaías 40:9

¡Oh heraldo de buenas noticias, grítale a Jerusalén desde la cumbre de los montes! ¡Grítale más alto! ¡Sin temor! Diles a las ciudades de Judá: «¡Ya viene Dios!».

Isaías 42:1

Vean a mi Siervo, a quien yo sostengo, mi elegido, en quien me deleito. En él he puesto mi Espíritu, él mostrará lo que es justicia a las naciones del mundo.

Isaías 42:7

Darás vista a los ciegos y libertarás a los que yacen en prisión de tinieblas y desaliento.

Isaías 48:16

¡Acérquense más y escuchen! Siempre les he dicho con claridad lo que ocurriría, para que pudieran entender claramente. Y ahora el Señor Dios y su Espíritu me han enviado con este mensaje:

Isaías 52:7

¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies de quienes traen la feliz noticia de paz y salvación, la nueva de que el Dios de Israel reina!

Isaías 52:9

Rompan en jubiloso cántico las ruinas de Jerusalén, porque el Señor ha consolado a su pueblo, ha redimido a Jerusalén.

Isaías 57:15

El que es alto y excelso y habita la eternidad, aquel cuyo nombre es santo, dice así: Yo moro en aquel elevado y santo sitio, pero también estoy donde habitan los pobres y los afligidos, y a ellos les doy ánimo y aliento.

Isaías 57:18

He visto lo que hacen, y sin embargo los sanaré, guiaré y consolaré, ayudándoles a llorar por sus pecados y a confesarlos.

Isaías 59:21

El Señor dice así: Yo hago un pacto con ustedes y les prometo que mi poder y mis enseñanzas nunca se apartarán de ustedes ni de sus descendientes.

Isaías 66:2

Mis manos hicieron la tierra y el cielo, los cuales son míos. Pero siento inclinación por el hombre de corazón humilde y contrito, que tiene reverencia ante mi palabra.

Jeremías 34:8

Este es el mensaje del Señor que llegó a Jeremías después de que el rey Sedequías de Judá había libertado a todos los esclavos de Jerusalén.

Jeremías 52:33

le dio ropa nueva y alimentación de la cocina real mientras vivió.

Daniel 9:24

»”Setenta semanas han de pasar para que tu pueblo y Jerusalén pongan fin a su terquedad y maldad, para que pidan perdón por su maldad, establezcan para siempre la justicia, para que se cumplan la visión y la profecía, y consagren el lugar más especial del templo.

Oseas 6:1

Ese día los israelitas dirán: «¡Vengan, volvamos al Señor! Él es quien nos ha desgarrado, y él será quien nos sane.

Levítico 7:35

De las ofrendas que se queman en honor al Señor, esta es la porción que les corresponde a Aarón y a sus hijos. Así ha sido desde el día que Moisés consagró como sacerdotes del Señor a Aarón y a sus hijos.

Miqueas 3:8

En cambio, yo estoy lleno de poder, de justicia y de fuerza. Estoy lleno del Espíritu del Señor para denunciar sin temor todas las maldades y la desobediencia de Israel.

Mateo 11:5

Cuéntenle que los ciegos ven, los paralíticos andan, los leprosos se curan, los sordos oyen, los muertos resucitan, y que anuncio las buenas nuevas a los pobres.

Mateo 3:16

Cuando Jesús salía de las aguas del bautismo, los cielos se abrieron y vio que el Espíritu de Dios descendía sobre él en forma de paloma;

Lucas 7:22

Luego les respondió: ―Vayan y cuéntenle a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan sanos, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncian las buenas nuevas.

Juan 1:41

Andrés, al primero que encontró fue a su hermano Simón y le dijo: ―Hemos encontrado al Mesías (es decir, al Cristo).

Juan 3:34

Aquel a quien Dios ha enviado habla lo que Dios le dice, porque Dios mismo le da su Espíritu en abundancia.

Hechos 10:38

»Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret y él anduvo haciendo el bien y sanando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.

Hechos 26:18

para que les abras los ojos y dejen las tinieblas para venir a la luz, para que dejen el poder de Satanás por el de Dios. Y así, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la herencia junto con el santo pueblo de Dios”.

Hechos 4:27

»Eso es exactamente lo que está sucediendo en esta ciudad: el rey Herodes, el gobernador Poncio Pilato y los demás romanos, así como el pueblo de Israel, están unidos contra Jesús, tu ungido, tu santo siervo.

2 Corintios 3:17

porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor allí hay libertad.

2 Corintios 7:6

Pero Dios, que alienta a los desalentados, nos alentó con la llegada de Tito

Hebreos 1:9

Amas lo justo y odias lo malo; y por eso Dios, el Dios tuyo, te ha dado más alegría que a los demás».