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Isaías 51:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

16 Y yo he puesto en sus labios mis palabras y les he dado seguro refugio dentro de mi mano. Yo puse las estrellas en su sitio y modelé toda la tierra. Yo soy quien dice a Israel: «Tú eres mío».

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Biblia Reina Valera 1960

16 Y en tu boca he puesto mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí, extendiendo los cielos y echando los cimientos de la tierra, y diciendo a Sion: Pueblo mío eres tú.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Y he puesto mis palabras en tu boca y te he escondido a salvo dentro de mi mano. Yo extendí el cielo como un dosel y puse los cimientos de la tierra. Yo soy el que le dice a Israel: “¡Tú eres mi pueblo!”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Cuando estaba estirando los cielos y echando los cimientos de la tierra, coloqué mis palabras en tu boca y te escondí bajo mi mano. Y dije a Sión: 'Tú eres mi pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Yo extendí los cielos y cimenté la tierra, Y he puesto mis palabras en tu boca, Y te he cubierto con la sombra de mi mano, Para que digas a Sión: Tú eres mi siervo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Puse mis palabras en tu boca y a la sombra de mi mano te escondí para plantar los cielos, para fundar la tierra y decir a Sión: 'Eres mi pueblo'.

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Isaías 51:16
31 Referans Kwoze  

Cuando la tierra tiemble y todos sus habitantes vivan agitados, sus columnas estarán firmes porque yo soy quien las sostiene».


Él te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas encontrarás refugio. ¡Sus fieles promesas son tu armadura y protección!


Porque son transplantados al huerto del Señor, y están en los atrios de nuestro Dios.


y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la roca y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado.


Yo te diré lo que tienes que decirle; yo los ayudaré a ambos para que hablen bien, y les diré lo que deben hacer.


Porque el Señor creó el cielo y la tierra y lo puso todo en su sitio, e hizo el mundo para que fuera habitado, y no un caos vacío. Yo soy el Señor, dice él, y no hay otro.


Mi mano fue la que echó los cimientos de la tierra, la palma de mi mano derecha extendió el cielo alto. Hablé y existieron.


Dios hizo que mis palabras fueran como espadas afiladas. Él me ha ocultado en la sombra de su mano, soy como aguda flecha en su aljaba.


El Señor dice: En momento oportuno llegó tu petición. Te libraré de perjuicio prematuro, y te daré a Israel como prenda y señal, como prueba de que restableceré la tierra de Israel y la volveré a dar a su propio pueblo. Por medio de ti llamo a los cautivos de las tinieblas: «¡Salgan! ¡Salgan! ¡Yo les doy libertad!». Ellos serán ovejas mías que pastarán en verdes prados y en hermosas colinas.


El Señor Dios me ha dado sus palabras de sabiduría para que yo sepa qué debo decirles a todos estos fatigados. Cada mañana me despierta y abre mi entendimiento a su voluntad.


¡La paz, la paz esté con ellos, los cercanos y los lejanos, pues a todos los sanaré!


El Señor dice así: Yo hago un pacto con ustedes y les prometo que mi poder y mis enseñanzas nunca se apartarán de ustedes ni de sus descendientes.


Todo los habitantes de Jerusalén practicarán la justicia y poseerán por siempre la tierra, porque aquí los plantaré con mis propias manos, y así se manifestará mi gloria.


A todos los que guardan luto en Israel les dará: belleza en vez de cenizas, júbilo en vez de llanto, y alabanza en vez de abatimiento. Porque para gloria de Dios, él mismo los ha plantado como vigorosos y esbeltos robles.


Pues miren, estoy creando un nuevo cielo, y una tierra nueva, tan admirables que nadie volverá a recordar las cosas pasadas.


Tan ciertamente como mi nuevo cielo y nueva tierra permanecerán, así serán ustedes para siempre pueblo mío, con un nombre que jamás perecerá.


Luego el Señor me tocó la boca y dijo: Mira, te he dado la capacidad de comunicar mis mensajes.


Les daré un corazón que esté en sintonía con mi voluntad. Serán mi pueblo y yo seré su Dios, porque con gran alegría volverán a mí.


Este es el nuevo convenio que voy a celebrar con ellos: Grabaré mis instrucciones en el corazón de ellos, para que tengan la voluntad de honrarme; entonces serán verdaderamente pueblo mío y yo seré su Dios.


Y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.


A este tercio restante lo someteré a una dura prueba, será como hacerlo pasar por el fuego para purificarlo, así como se hace con el oro y la plata para refinarlos. Entonces se dirigirán a mí con oraciones fervientes y yo les pondré atención. Diré: “¡Este es mi pueblo!”, y ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.


Yo los haré volver a su casa nuevamente, y ellos vivirán tranquilos en Jerusalén, y serán mi pueblo, y yo seré su Dios, un Dios justo y fiel».


porque les he dado el mensaje que me diste, y ellos lo aceptaron. Ellos están seguros que vine de ti, y han creído que tú me enviaste.


Aquel a quien Dios ha enviado habla lo que Dios le dice, porque Dios mismo le da su Espíritu en abundancia.


Levantaré de en medio de ellos un profeta como tú. Yo le diré lo que tiene que decir y él les dirá todo lo que yo ordene.


El Dios eterno es tu refugio, y abajo están los brazos eternos. Arroja a tus enemigos delante de ti y grita: “¡Destrúyelos!”.


Por eso, este es el pacto que haré con el pueblo de Israel después de aquellos días, —dice el Señor—: Escribiré mis leyes en su mente y en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.


Pero nosotros esperamos, según Dios ha prometido, nuevos cielos y una tierra nueva en la que morará la justicia.


Esta es la revelación que Dios le dio a Jesucristo para que él le muestre a sus servidores los acontecimientos que ocurrirán pronto. Jesucristo se los reveló por medio de un ángel a su siervo Juan.


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