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Isaías 50:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

4 El Señor Dios me ha dado sus palabras de sabiduría para que yo sepa qué debo decirles a todos estos fatigados. Cada mañana me despierta y abre mi entendimiento a su voluntad.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 El Señor Soberano me ha dado sus palabras de sabiduría, para que yo sepa consolar a los fatigados. Mañana tras mañana me despierta y me abre el entendimiento a su voluntad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 El Señor Yavé me ha concedido el poder hablar como su discípulo. Y ha puesto en mi boca las palabras para fortalecer al que está aburrido. A la mañana él despierta mi mente y lo escucho como lo hacen los discípulos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Adonay YHVH me dio lengua de sabios,° Para saber sustentar con palabras al cansado. Cada mañana me despierta, Cada mañana despierta mi oído, para que escuche como discípulo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 El Señor Yahveh me ha dado lengua de discípulos, para que sepa sostener al cansado con una palabra. Él me despierta mañana tras mañana, para que escuche como los discípulos.

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Isaías 50:4
31 Referans Kwoze  

Muy de mañana, antes de salir el sol, clamo a ti pidiendo ayuda; en tus palabras he puesto mi esperanza.


En la mañana, muéstrame tu bondad para conmigo, pues en ti confío. Muéstrame a dónde ir, porque a ti elevo mi oración.


Por eso dije: «Aquí me tienes —como el libro dice de mí—.


Eres entre todos el más apuesto; tus labios son fuente de elocuencia, ya que Dios te ha bendecido para siempre.


Cada mañana, Señor escucha mi clamor; por la mañana te presento mis súplicas y atento espero tu presencia.


Oh Señor, a ti clamo y seguiré rogándote día tras día.


La angustia desalienta el corazón del hombre, pero una palabra alentadora lo anima.


Qué grato es dar la respuesta adecuada, y todavía más grato cuando es oportuna.


El consejo oportuno es como naranjas de oro con incrustaciones de plata.


Una y otra vez volverá aquel torrente y los arrastrará hasta que finalmente comprendan con horror lo verdaderas que son mis advertencias».


«¿Quién se imagina ser este Isaías», dice el pueblo, «para hablarnos de esta forma? ¿Somos acaso niños que casi no saben hablar?


Y cuando él venga abrirá los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos,


Él da fuerzas al cansado y extenuado, y vigor al débil.


¿Quién entre ustedes teme al Señor y obedece a su siervo? Si alguno de ustedes anduviere en tinieblas, sin un solo rayo de luz, confíe en el Señor, pónganse en las manos de su Dios.


Y yo seré el maestro de todos tus ciudadanos y grande será la prosperidad de ellos.


Escribe todo lo que voy a hacer, dice el Señor, y séllalo para el futuro. Encárgalo a algún hombre justo para que lo haga llegar a los justos de las generaciones futuras.


Luego el Señor me tocó la boca y dijo: Mira, te he dado la capacidad de comunicar mis mensajes.


Porque he dado reposo a los fatigados y gozo a los afligidos.


»”Cada mañana un cordero de un año debe ser sacrificado como ofrenda quemada al Señor.


Vengan a mí los que estén cansados y afligidos y yo los haré descansar.


a Nazaret de Galilea, el pueblo de su niñez, y allí enseñaba en la sinagoga. La gente estaba maravillada con su sabiduría y por sus milagros.


―No —le respondieron—. Y desde entonces nadie se atrevió a preguntarle nada.


pues yo les daré las palabras adecuadas y sabias para responder, y ninguno de sus enemigos podrá estar en contra de ustedes ni contradecirlos.


Todos se expresaban bien de él y estaban admirados por las hermosas palabras que él hablaba. Estaban intrigados y se preguntaban: ―¿No es este el hijo de José?


Los guardias contestaron: ―¡Nadie ha hablado nunca como ese hombre!


»“Bien”, me dijo el Señor, “haré lo que me han pedido.


Levantaré de en medio de ellos un profeta como tú. Yo le diré lo que tiene que decir y él les dirá todo lo que yo ordene.


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