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Isaías 49:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

5 El Señor me formó desde el vientre de mi madre para que le sirviera, él fue quien me encargó restaurar para él a su pueblo Israel y el que me ha dado fuerza para realizar esta tarea y me ha honrado por cumplirla. El Señor me dijo:

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Biblia Reina Valera 1960

5 Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob y para congregarle a Israel (porque estimado seré en los ojos de Jehová, y el Dios mío será mi fuerza);

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Y ahora habla el Señor, el que me formó en el seno de mi madre para que fuera su siervo, el que me encomendó que le trajera a Israel de regreso. El Señor me ha honrado y mi Dios me ha dado fuerzas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Y ahora ha hablado Yavé, que me formó desde el seno materno para que fuera su servidor, para que le traiga a Jacob y le junte a Israel:

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Ahora pues, YHVH, que me formó desde el vientre como siervo suyo para que le trajera a Jacob y le reuniera a Israel (tanto así me ha honrado YHVH, y mi Dios ha sido mi fortaleza),

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Así fui estimado a los ojos de Yahveh y mi Dios era mi fuerza. Ahora dice Yahveh, el que me formó desde el seno materno para siervo suyo, para que lo devuelva a Jacob y para que Israel le sea reunido:

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Isaías 49:5
30 Referans Kwoze  

Además, Esdras les dijo: «¡Vayan a sus casas a celebrar este día! Preparen buena comida, beban vino dulce y compartan con los que no tienen nada preparado. No, no se entristezcan porque el gozo del Señor es nuestra fortaleza».


Alzará una bandera entre las naciones como señal para que estas se congreguen. De todos los confines de la tierra recogerá a los israelitas dispersos.


¡Miren! ¡Dios ha acudido a salvarme! Estaré confiado y no temeré, porque el Señor es mi fuerza y mi canción, ¡él es mi salvación!


¡Oh Señor, honraré y alabaré tu nombre, porque tú eres mi Dios, tú haces grandes maravillas! Hace tiempo las planeaste y ahora las has ejecutado, tal como dijiste.


Pero vendrá el tiempo en que uno por uno los recogerá el Señor como quien escoge granos con la mano, seleccionándolos de aquí y de allá de entre su gran era que se extiende desde el río Éufrates hasta los límites de Egipto.


Otros murieron para que tú vivieras. Yo cambié la vida de ellos por la tuya porque me eres precioso y honorable, y yo te amo.


Oh siervo mío, el Señor, quien te hizo, quien te ayudará, dice: ¡No temas, oh Jerusalén, mis elegidos, no teman!


Escúchenme, todos los habitantes de lejanas tierras: El Señor me llamó antes de mi nacimiento, desde el vientre de mi madre me llamó por mi nombre.


El Señor Dios me ha dado sus palabras de sabiduría para que yo sepa qué debo decirles a todos estos fatigados. Cada mañana me despierta y abre mi entendimiento a su voluntad.


Miren, mi Siervo será prosperado, será grandemente exaltado.


Porque el Señor que hace volver a los desterrados de Israel dice: «A otros traeré además de mi pueblo Israel».


Yo había determinado tu futuro desde que te estabas formando en el vientre de tu madre; antes que nacieras te escogí y te consagré como vocero mío ante el mundo.


Él construirá el templo del Señor, luego se sentará sobre su trono real para gobernar. También un sacerdote se sentará sobre otro trono, a su lado, y habrá completa paz y armonía entre ellos”.


»El Padre me ha confiado todas las cosas. Sólo el Padre conoce al Hijo y sólo el Hijo conoce al Padre, y también aquellos a quienes el Hijo se lo revela.


Entonces Jesús le dijo a la mujer: ―Me enviaron a ayudar a las ovejas perdidas de Israel, no a los gentiles.


Pero mientras hablaba, una nube resplandeciente los cubrió y una voz dijo desde la nube: «Este es mi Hijo amado; en él me complazco. Obedézcanlo».


»¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los enviados de Dios! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina junta a sus polluelos debajo de sus alas, pero no quisiste!


Pero él se les acercó y les dijo: ―He recibido toda autoridad en el cielo y en la tierra.


y una voz de los cielos dijo: «Este es mi Hijo amado, y en él me complazco».


Y dijo: ―¡Cómo me gustaría que hoy entendieras lo que puede traerte paz! Pero ahora eso no lo puedes ver.


El Padre ama al Hijo y le ha dado poder sobre todo lo que existe.


Estoy seguro de que ya ustedes habrán oído hablar de las buenas noticias que recibió el pueblo de Israel sobre la paz con Dios, que se puede obtener mediante Jesús el Mesías, Señor de todos. Este mensaje empezó en Galilea y ha estado resonando en Judea desde que Juan el Bautista comenzó a predicar el bautismo.


Recuerden que Jesucristo vino a demostrar que Dios es fiel a las promesas dadas a los patriarcas, y por eso les sirvió a los judíos.


Sin embargo, Dios me había escogido desde antes que yo naciera, y me llamó por su gracia. Y cuando él quiso


que subió al cielo y tomó su lugar a la derecha de Dios. A él, a Jesucristo, están sometidos los ángeles y todos los seres espirituales que tienen autoridad y poder.


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