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Isaías 47:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

11 Por eso te sobrevendrá súbito desastre, tan repentino que no sabrás de dónde viene, y no habrá entonces expiación que limpie tus pecados.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Vendrá, pues, sobre ti mal, cuyo nacimiento no sabrás; caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar; y destrucción que no sepas vendrá de repente sobre ti.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Por eso te alcanzará el desastre, y serás incapaz de alejarlo por medio de encantos. La calamidad caerá sobre ti, y no podrás comprar tu libertad. Una catástrofe te sorprenderá, una para la cual no estás preparada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Pero te va a ocurrir una desgracia que no podrás evitar, una calamidad caerá sobre ti, y no podrás hacerle el quite. De repente te va a pasar algo muy grave, en lo que no pensabas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Pero vendrá sobre ti una desgracia que no sabrás conjurar, Caerá sobre ti una calamidad de la que no te podrás librar; Antes que puedas darte cuenta, la devastación vendrá sobre ti de repente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Pero te vendrá una desgracia que no sabrás conjurar; te caerá una calamidad que no podrás alejar. Te vendrá de repente un desastre que no te imaginas.

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Isaías 47:11
28 Referans Kwoze  

Mientras tanto, nuestros enemigos estaban planeando caer sobre nosotros y matarnos, para poner fin a nuestro trabajo.


Que les sobrevenga ruina súbita. Que caigan en su propia trampa, en la fosa que ellos cavaron para mí.


Arrepiéntanse todos los que se han olvidado de Dios, antes que los despedace y nadie pueda ayudarlos.


Que a mis enemigos la muerte los tome por sorpresa. Que el sepulcro se los trague vivos, pues en ellos habita la maldad.


En un instante serán destruidos, consumidos por el terror.


Al pecador lo persiguen los problemas; pero al justo lo recompensan las bendiciones.


Griten aterrorizados, porque ha llegado el día del Señor, el tiempo en que el Todopoderoso los aplastará.


Pero súbitamente sus implacables enemigos serán rechazados como si fueran paja barrida por el viento.


inesperada calamidad les sobrevendrá, como muro alto y agrietado que está a punto de derrumbarse.


Aquella noche el ángel del Señor salió y fue al campo de los asirios y mató a ciento ochenta y cinco mil soldados. Cuando al día siguiente se despertaron los sobrevivientes, vieron ante sí los millares de cadáveres.


Yo formo la luz y hago las tinieblas. Yo envío los buenos tiempos y los malos. Yo, el Señor, soy el que hace esto.


Pues bien, ambas cosas te ocurrirán en un instante, en un día te abrumará su plenitud: la viudez y la pérdida de tus hijos, a despecho de tu magia y brujería.


Sí, les voy a decir cosas totalmente nuevas, pues bien sé lo traidores que son, rebeldes desde la más tierna infancia, podridos por completo.


Mueren los buenos, perecen los justos antes de tiempo sin que nadie parezca preocuparse o preguntarse la razón. Nadie pareciera darse cuenta de que Dios los aleja de los malos días que vendrán.


Babilonia tiembla y se retuerce de dolor, porque todo lo que el Señor ha planeado contra ella se mantiene firme. Babilonia quedará desierta, sin persona viva.


Sus ciudades están en ruinas; es tierra desierta donde nadie habita, por donde ni siquiera pasan los viajeros.


Pero ahora, de pronto, también cayó Babilonia. Lloren por ella; denle medicina, quizá pueda aún ser sanada.


¡Escucha mis lamentos, Señor, porque tú eres el único que puede consolarme! Cuando mis enemigos escuchan del mal que tú me has hecho, se alegran. ¡Haz que llegue el día en que a ellos les vaya como me ha ido a mí!


¡Calamidad tras calamidad caerán sobre ti; dolor sobre dolor, desastre tras desastre! Anhelarás a algún profeta que pueda guiar a tus habitantes, pero no lo hallarás.


Tan enojado estaba el rey que lo envió a las cámaras de tortura hasta que pagara el último centavo.


Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo».


comían, bebían y se casaban, hasta el día en que Noé entró en el barco, llegó el diluvio y los destruyó a todos.


Cuando la gente esté diciendo: «Hay paz y seguridad», entonces, de repente vendrá sobre ellos la destrucción. Llegará como le llegan a la mujer embarazada los dolores de parto. No habrá forma de que escapen.


Vuélvete a lo que oíste y creíste al principio; guárdalo firmemente y arrepiéntete. Si no lo haces, iré a ti como ladrón, cuando menos lo esperes.


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