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Isaías 42:21 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

21 El Señor ha enaltecido su ley y la ha hecho verdaderamente gloriosa. Mediante ella había planeado mostrarle al mundo que él es justo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

21 Jehová se complació por amor de su justicia en magnificar la ley y engrandecerla.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Debido a que el Señor es justo, él ha exaltado su ley gloriosa;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Yavé quiso, movido por su justicia, dar fama a su ley;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 YHVH, por causa de su propia justicia, Quería engrandecer y magnificar la Ley,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Yahveh quería, por amor de su justicia, hacer grande y gloriosa la ley.

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Isaías 42:21
32 Referans Kwoze  

Al adorarte me inclino ante tu santo templo. Agradeceré a tu nombre por tu gran amor y fidelidad. Porque has exaltado tu nombre y tu palabra por sobre todas las cosas.


Me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío, tu ley la llevo dentro de mí».


Soberano Señor, alabaré tus poderosas obras. A todos les contaré que sólo tú eres justo y bueno.


Oh Dios, tú has hecho grandes cosas, tu justicia llega a la alturas. ¿Quién como tú, oh Dios?


y no se dará por satisfecho hasta que la verdad y la justicia prevalezcan en toda la tierra, y hasta que las lejanas tierras de ultramar hayan puesto en él su confianza.


¡Escúchame, pueblo mío; escucha, oh Israel, porque yo haré que el bien triunfe!


Pero mientras hablaba, una nube resplandeciente los cubrió y una voz dijo desde la nube: «Este es mi Hijo amado; en él me complazco. Obedézcanlo».


―Juan —le respondió Jesús—, bautízame, porque nos conviene cumplir lo que Dios manda. Y Juan lo bautizó.


y una voz de los cielos dijo: «Este es mi Hijo amado, y en él me complazco».


Si obedecen mis mandamientos, no se apartarán de mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y su amor no se aparta de mí.


El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque siempre hago lo que a él le agrada.


A todo el que cree, Dios lo declara justo, pues en Cristo la ley llegó a su cumplimiento.


¿Quiere decir esto que si tenemos fe la ley no tiene valor alguno? ¡Por supuesto que no! Más bien, reafirmamos la ley.


Así que, como ven, la ley en sí es santa, justa y buena.


Cristo nos redimió de la maldición de la ley, tomando sobre sí mismo la maldición por amor a nosotros. Porque dicen las Escrituras que es «maldito el que es colgado en un madero».


Luego entonces, ¿es la ley de Dios contraria a las promesas de Dios? ¡Por supuesto que no! Si pudiéramos salvarnos por la ley, Dios no nos habría proporcionado otro medio para escapar de la esclavitud del pecado, como dicen las Escrituras. La única manera de recibir la promesa de Dios es por fe en Jesucristo.


Si las obedecen, obtendrán reputación de sabiduría e inteligencia. Cuando las naciones que los rodeen oigan estas leyes, exclamarán: “¿Qué otra nación es tan sabia y prudente como Israel?”.


¿Qué nación, no importa cuán grande sea, tiene leyes tan justas como las que les estoy dando hoy?


y encontrarme unido a él. No quiero la justicia propia que viene de obedecer la ley, sino la que se obtiene por la fe en Cristo. Esa es la justicia que viene de Dios y está basada en la fe.


Por eso, este es el pacto que haré con el pueblo de Israel después de aquellos días, —dice el Señor—: Escribiré mis leyes en su mente y en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.


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