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Isaías 28:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

1 ¡Ay de la ciudad de Samaria! Samaria, rodeada de su rico valle, orgullo y deleite de los borrachos de Israel. ¡Ay de su belleza que se marchita, máximo esplendor de una nación cuyos hombres yacen ebrios por las calles!

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Biblia Reina Valera 1960

1 ¡Ay de la corona de soberbia de los ebrios de Efraín, y de la flor caduca de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza del valle fértil de los aturdidos del vino!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 ¡Qué aflicción le espera a la orgullosa ciudad de Samaria, la corona gloriosa de los borrachos de Israel! Está asentada a la cabeza de un valle fértil, pero su belleza gloriosa se marchitará como una flor. Es el orgullo de un pueblo que el vino derribó.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 ¡Ay de esa ciudad, pretenciosa corona de los borrachos de Efraím, espléndido adorno de flores marchitas en lo alto del valle fértil! ¡Todos quedan tendidos por el vino!

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡Ay de la arrogante corona de los ebrios de Efraín; De la flor marchita de su gloriosa hermosura, Que está sobre la cabeza de los que se glorían en la abundancia, aturdidos por el vino!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 ¡Ay de la orgullosa corona de los ebrios de Efraín, y de la flor marchita de su espléndido atavío, que está en la cima del valle ubérrimo de los derribados por el vino!

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Isaías 28:1
28 Referans Kwoze  

Fue durante su reinado que el rey Tiglat Piléser, de los asirios, dirigió un ataque contra Israel. Capturó las ciudades de Iyón, Abel Betmacá, Janoa, Cedes, Jazor, Galaad, Galilea, y toda la tierra de Neftalí, y llevó al pueblo cautivo a Asiria.


En un solo día, Pecaj hijo de Remalías mató a ciento veinte mil de los hombres más valientes de Judá, porque se habían apartado del Señor, Dios de sus padres.


¿Quién tiene angustia? ¿Quién tiene tristeza? ¿Quién está siempre peleando? ¿Quién se está quejando siempre? ¿Quién es herido sin motivo? ¿Quién tiene los ojos enrojecidos?


¡Pero hoy está gobernada por borrachos! Sus sacerdotes y profetas vacilan y se tambalean, cometiendo estupideces y errores.


¡Ay de los que madrugan a embriagarse y siguen el jolgorio hasta altas horas de la noche! ¡Ay de ustedes, borrachos!


¡Ay de los valientes de la embriaguez, los que se vanaglorian de cuánto licor resisten!


Ese nombre profetiza que dentro de un par de años, antes que ese niño tenga edad para decir papá o mamá, el rey de Asiria invadirá a Damasco y a Samaria, y se llevará todas sus riquezas».


La respuesta del Señor a su jactancia es traer a sus enemigos contra él: los sirios al este y los filisteos al oeste. Con sus fauces devorarán a Israel y aun así la ira del Señor contra ustedes no estará satisfecha; todavía tiene cerrado el puño para aplastarlos.


El Señor ha hablado contra el jactancioso Israel que dice que si bien nuestra tierra yace ahora en ruinas, la reconstruiremos mejor que antes. ¡Han talado los sicómoros, pero los repondremos con cedros!, dicen.


»El vino, las mujeres y la música han embotado los sentidos de la gente de mi pueblo.


La misma arrogancia de Israel testifica en su contra en el juicio que le hago. Israel tropezará caerá debido al peso de todas las malas obras que carga, y Judá también caerá por seguirle los pasos.


Oye este anuncio, Israel, pues te doy a conocer lo que te pasará: Cuando tu día de juicio y castigo venga, llegarás a ser sólo un montón de escombros.


»Sí, yo he visto una cosa horrible en Israel: Efraín me ha sido infiel y se ha ido tras la idolatría; Israel se ha corrompido por completo.


En las fiestas que el rey celebra, los príncipes le dan vino hasta emborracharlo; y el rey se olvida de su posición de honor y se revuelca en el suelo con los que se burlan de él.


Quebrantaré su orgulloso poder, y haré que el cielo sea como acero y la tierra como bronce.


»Pero ustedes hicieron errar incluso a estos jóvenes consagrados a mi servicio al incitarlos a beber vino, lo que tenían prohibido, y silenciaron a mis profetas ordenándoles que no comunicaran mis mensajes.


Sobre cualquier altar se acuestan sobre la ropa que los pobres tuvieron que dejar empeñadas, y en el templo de sus dioses beben vino adquirido con el cobro de multas injustas.


Escúchenme «vacas gordas» de Basán, es decir, mujeres ricas de Samaria, que maltratan a los pobres y humillan a los necesitados, que les ordenan a sus esposos: «¡Tráigannos vino para emborracharnos!».


¡Cuánto van a sufrir aquellos que viven tan tranquilos en Jerusalén! ¡Cuánto van a sufrir aquéllos que viven tan seguros en Samaria! ¡Cuánto van a sufrir aquellos que se creen los más importantes del país, a quienes acuden los israelitas en busca de ayuda!


A ustedes sólo les interesa dormir sobre camas lujosas, recostarse sobre sofás muy cómodos y comer en sus fiestas corderos y terneros de la mejor calidad.


Les encanta beber vino en grandes cantidades y perfumarse con ungüentos aromáticos, pero no les importa el estado desastroso del país.


El Señor, el Dios Todopoderoso, ha jurado por su propia gran fama: «¡Yo desprecio el orgullo y la vanidad de Israel, y odio sus hermosos palacios! Por eso entregaré esta ciudad a sus enemigos; sí, la entregaré con todo lo que hay en ella».


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