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Isaías 17:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

10 ¿Por qué? Porque se han apartado del Dios que puede salvarlos, la Roca que puede esconderlos. Por lo tanto, aunque hagan raros y valiosos cultivos,

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y no te acordaste de la roca de tu refugio; por tanto, sembrarás plantas hermosas, y plantarás sarmiento extraño.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 ¿Por qué? Porque te has apartado del Dios que puede salvarte. Te has olvidado de la Roca que puede esconderte. Así que tal vez plantes las mejores vides e importes los tallos más costosos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Porque olvidaste a Dios que te salva, y no te acordaste de la Roca que te protege. Pues bien, si plantas plantas tempraneras y cultivas patillas traídas del extranjero,

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Pues olvidaste a Dios tu Salvador, Y no te acordaste de la Roca de tu fortaleza. Por ello, aunque siembres plantas deleitosas, E injertes vides importadas,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Porque olvidaste al Dios de tu salvación, no recordaste la roca de tu refugio. Por eso plantas plantaciones placenteras, amugronas mugrones extranjeros:

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Isaías 17:10
48 Referans Kwoze  

Clamen a él y díganle: “Sálvanos, Dios de nuestra salvación; permítenos regresar sin ningún contratiempo a nuestra tierra. Entonces expresaremos nuestra gratitud a tu Santo Nombre, y nos alegraremos en nuestra alabanza a ti”.


Pero ¡muy pronto olvidaron lo que él había hecho, y no esperaron para conocer sus planes.


Ellos se olvidaron de Dios, su Salvador, el que había hecho grandes cosas en Egipto:


El Señor es mi fortaleza, mi roca y mi salvación; mi Dios es la roca en la que me refugio. Él es mi escudo, el poder que me salva.


Respóndeme pronto cuando a ti clamo; inclina tu oído y escucha el susurro de mi súplica. Sé para mí la gran roca que me protege de mis enemigos.


Tú fielmente respondes a nuestras oraciones con imponentes obras, oh Dios, Salvador nuestro. Tú eres la esperanza de cada uno en esta tierra, aun de aquellos que navegan en los más lejanos mares.


¡Ayúdanos, Dios de nuestra salvación! Por la honra de tu nombre, ¡ayúdanos! ¡Sálvanos y perdona nuestros pecados! Por la honra de tu nombre.


Ahora regresa a nosotros, Dios de nuestra salvación. Haz a un lado tu enojo contra nosotros.


Los malvados serán enviados al sepulcro; este es el destino de las naciones que olvidan al Señor.


¡Miren! ¡Dios ha acudido a salvarme! Estaré confiado y no temeré, porque el Señor es mi fuerza y mi canción, ¡él es mi salvación!


Sus mayores ciudades quedarán tan desoladas como las lejanas colinas montañosas y las alturas de los montes, y serán como las abandonadas ciudades de los amorreos, desiertas desde que los israelitas se acercaron a ellos hace tanto tiempo.


Pero antes que lancen el ataque y mientras estén madurando sus planes como uvas, él los cortará como con podadora. Podará los zarcillos que se extienden.


Mas para los pobres, oh Señor, tú eres como refugio ante la tormenta, sombra contra el calor, amparo contra los hombres crueles que son como tenaz aguacero capaz de deshacer un muro de tierra.


Confíen siempre en el Señor Dios, porque en el Señor hay fortaleza eterna.


Pero el pueblo de Dios entonará un cántico de solemne gozo, como los que se entonan de noche en las fiestas sagradas. A su pueblo se le alegrará el corazón como cuando un flautista guía al grupo de peregrinos que se dirigen a Jerusalén, al monte del Señor, la Roca de Israel.


¡Pero a nosotros, oh Señor, muéstranos misericordia, porque en ti hemos confiado! Sé nuestra fuerza cada día y nuestro auxilio cuando sobrevenga la tribulación.


No tengan ningún temor. ¿Acaso no he proclamado yo desde épocas antiguas que los salvaría? Ustedes son mis testigos. ¿Hay acaso algún otro Dios? ¡No! ¡Ninguno que yo sepa! ¡No hay ninguna otra Roca!


Y sin embargo, te has olvidado de tu Creador, del que extendió los cielos e hizo la tierra. No le teman al que con furia quiere destruirlos. Ante mí, su furia desparece de inmediato.


Dice el profeta: ¡Dejen que les cuente la felicidad que Dios me ha dado! Me ha cubierto con vestiduras de salvación y me ha puesto un manto de justicia. Soy como novio vestido para celebrar la boda o como una novia enjoyada para el desposorio.


Miren, el Señor ha enviado sus mensajeros a todas las naciones y ha dicho: Digan a mi pueblo: Yo, el Señor, Dios de ustedes, vengo a salvarlos, yo les daré la libertad.


Mi pueblo sembró trigo y cosechó espinos; trabajaron afanosamente, pero sin provecho. Tendrán cosecha tan raquítica que se avergonzarán de ella, y es que sobre ellos pesa la tremenda cólera del Señor.


¡Oh Señor, esperanza de Israel, todos cuantos de ti se apartan serán deshonrados y avergonzados! Su futuro es muy mediocre, sólo cosas terrenales, porque han abandonado al Señor, quien es como una fuente de aguas dadoras de vida.


¿Cómo pueden desconocer así a su Dios? ¿Podrá una muchacha olvidar arreglarse linda? ¿Qué novia tratará de ocultar lo más lindo de su ajuar? ¡Pero por largos años mi pueblo se ha olvidado de mí, del más precioso de sus tesoros!


En lo alto de los montes que el viento azota oigo voces que gritan a todo pulmón. Son los hijos de Israel que le dieron la espalda al Señor su Dios y se alejaron.


Asesinos a sueldo, usureros y extorsionistas se encuentran en todas partes. Ni siquiera piensan en mí y mis instrucciones, dice el Señor Dios.


»”Por cuanto te has olvidado de mí y me has dado la espalda, deberás soportar las consecuencias de toda tu maldad”.


Mi pueblo es destruido porque no me conoce a mí, perece por no seguir mis instrucciones, y es todo por culpa de ustedes, sacerdotes, pues ustedes mismos han rehusado conocerme; por lo tanto, yo rehúso reconocerlos como mis sacerdotes. Siendo que han olvidado mis instrucciones, yo me olvidaré de bendecir a tus hijos.


»Israel ha edificado grandes palacios; Judá ha construido grandes fortalezas de defensa para sus ciudades, pero se ha olvidado de su Hacedor. Por lo tanto, yo enviaré fuego sobre esos palacios y quemaré esas fortalezas».


La semilla se pudre en el suelo; los pajares y graneros están vacíos porque la cosecha se perdió.


esto es lo que les haré: Los castigaré con terrores repentinos, con tuberculosis y otras enfermedades, les arderán los ojos y la vida se les consumirá. Sembrarán en vano, porque sus enemigos se comerán sus cosechas.


Gastarán sus fuerzas en vano, porque la tierra no producirá, ni sus árboles darán fruto.


¡Cómo oprimen ustedes a los pobres y los obligan a entregarles parte de sus cosechas! Por eso serán castigados, de modo que no vivirán en las hermosas casas de piedra que están construyendo, ni tampoco beberán el vino de las abundantes viñas que están plantando.


yo me regocijaré en el Señor y me alegraré en el Dios que nos salva.


Estos mismos verán cómo sus riquezas cambian de dueño, verán cómo sus casas son destruidas. No tendrán jamás la oportunidad de vivir en las casas nuevas que edificaron. No podrán beber el fruto de los viñedos que plantaron.


»Tomarás mujer y otro dormirá con ella; edificarás casa y otro la habitará; plantarás viñas y otro comerá su fruto.


»Pronto Israel estuvo saciado, engordó y dio coces; entonces, en la abundancia se olvidaron de su Dios y despreciaron a la Roca de su salvación.


Se olvidaron de la Roca que los había hecho, olvidando que era Dios quien les había dado el ser.


Pero la roca de otras naciones no es como nuestra Roca. Aun sus enemigos lo reconocen.


Dios es la Roca. Perfecta es su obra. Todo lo que hace es justo y bueno. Dios es fiel, no practica la injusticia.


no olvides jamás que el Señor te sacó de Egipto, tierra de esclavitud.


»¡No olvides al Señor tu Dios, y no dejes de obedecer todos sus mandamientos!


caigas en el orgullo y te olvides del Señor tu Dios que te sacó de la esclavitud en la tierra de Egipto. Por eso, ten mucho cuidado, ¡no te olvides del Señor tu Dios,


»Ten por cierto que si te olvidas del Señor tu Dios y adoras en su lugar a otros dioses, si te desvías por malos caminos, ciertamente perecerás


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