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Hechos 16:35 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

35 A la siguiente mañana se presentaron ante el carcelero varios alguaciles: ―Dicen los magistrados que sueltes a esos hombres —le ordenaron.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

35 Cuando fue de día, los magistrados enviaron alguaciles a decir: Suelta a aquellos hombres.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 A la mañana siguiente, los funcionarios de la ciudad mandaron a la policía para que le dijera al carcelero: «¡Suelta a esos hombres!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 Por la mañana los magistrados enviaron a unos oficiales con esta orden: 'Deja en libertad a esos hombres.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 Cuando se hizo de día, los magistrados enviaron a los alguaciles, diciendo: Suelta a aquellos hombres.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 Llegada la mañana, enviaron los pretores a los lictores para que le dijeran: 'Suelta a esos hombres'.

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Hechos 16:35
9 Referans Kwoze  

La enemistad de los hombres sólo hace que tu gloria se note más; porque tú la usas como espada de juicio.


¿No me tienen respeto alguno?, pregunta el Señor Dios. ¿Cómo es que ni siquiera tiemblan en mi presencia? Mi poder es tan grande que yo fui quien establecí sus límites a los mares del mundo y ellos por más que se embravezcan y rujan, no podrán traspasarlos. ¿No es de ser temido y respetado un Dios así de poderoso?


»Cuando los lleven a las sinagogas y ante los gobernantes y las autoridades, no se preocupen por lo que tengan que decir o de cómo vayan a defenderse,


Después prepararon un banquete y el carcelero rebosaba de gozo, al igual que sus familiares, porque ya todos creían en Dios.


El carcelero corrió a notificarle a Pablo que estaba en libertad.


Los alguaciles transmitieron a los magistrados estas palabras y estos, muertos de miedo al enterarse de que Pablo y Silas eran ciudadanos romanos,


Entonces los volvieron a amenazar, pero luego los soltaron. No hallaban la manera de castigarlos, ya que no había quien no estuviera alabando a Dios por el milagro ocurrido.


El concilio aceptó la recomendación, llamó a los apóstoles y, después de azotarlos, les exigieron que no volvieran a hablar en el nombre de Jesús. Finalmente, los pusieron en libertad.


Entonces, Josué dio la orden,


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