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Hechos 12:23 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

23 En aquel mismo instante un ángel del Señor lo hirió con una enfermedad tan terrible que Herodes murió comido por los gusanos. ¡Todo por no darle la gloria a Dios!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

23 Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios; y expiró comido de gusanos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Al instante, un ángel del Señor hirió a Herodes con una enfermedad, porque él aceptó la adoración de la gente en lugar de darle la gloria a Dios. Así que murió carcomido por gusanos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Pero de repente lo hirió el ángel del Señor por no haber devuelto a Dios el honor, y empezó a llenarse de gusanos que lo comían, hasta que murió.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Y al instante (porque no dio la gloria a Dios) un ángel del Señor lo hirió y expiró comido de gusanos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Pero en aquel mismo instante lo hirió un ángel del Señor, por no haber dado gloria a Dios; y, comido de gusanos, expiró.

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Hechos 12:23
30 Referans Kwoze  

Aquella misma noche, el ángel del Señor dio muerte a ciento ochenta y cinco mil soldados del ejército asirio. A la mañana siguiente, el campo estaba lleno de cadáveres.


y el Señor les envió un ángel que destruyó al ejército asirio con todos sus oficiales y generales. Senaquerib regresó a su tierra profundamente avergonzado. Cuando entró al templo de su dios, sus propios hijos lo mataron allí.


¡Y sé que después que este cuerpo se haya descompuesto, con este cuerpo veré a Dios!


Tengo el cuerpo cubierto de gusanos y de costras. La carne se me revienta y brota el pus.


La gloria, Señor, no es para nosotros, sino para ti; por causa de tu gran amor y tu fidelidad.


Moisés y Aarón pidieron otra audiencia al faraón y le dijeron: ―El Señor, Dios de los hebreos, pregunta: “¿Hasta cuando te negarás a someterte a mí? Deja que mi pueblo vaya y me adore.


»Esa noche yo pasaré por la tierra de Egipto, y daré muerte a todos los primogénitos de los hombres y de los animales de Egipto, y así ejecutaré mi juicio sobre todos los dioses de Egipto; porque yo soy el Señor.


El Señor pasará por Egipto y dará muerte a los egipcios; pero cuando vea la sangre sobre el travesaño de la puerta y sobre los dos postes, pasará de largo y no permitirá que el destructor entre a matar a sus hijos.


A medianoche, el Señor dio muerte a los primogénitos de Egipto, desde el hijo mayor del faraón hasta el hijo mayor del cautivo que estaba en el calabozo. Además, dio muerte a toda primera cría de animal.


Dile que si es que se cree muy grande como para atreverse a desafiar mi poder y a negarle a mi pueblo el permiso para salir.


Al hombre lo alaban según su sabiduría, pero al de corazón perverso lo desprecian.


Se esfumaron tu grandeza y poder; contigo quedan enterrados. Cesó toda dulce música en tu palacio; ahora tu sábana son larvas y tu frazada, gusanos.


¿De quién te has burlado y mofado tú? ¿A quién has injuriado? ¿Contra quién enfilaste tu violencia y orgullo? ¡Fue contra el Santo de Israel!


Porque la polilla los consumirá como a vestiduras, el gusano se los comerá como a lana, pero mi justicia y misericordia serán para siempre, y mi salvación para toda su descendencia.


Y saldrán y mirarán los cadáveres de los que se rebelaron contra mí, porque el gusano de ellos no morirá jamás, el fuego de ellos no se apagará, y serán un repulsivo espectáculo para toda la humanidad.


«Hombre mortal, di al príncipe de Tiro: Dios el Señor dice: ¡Eres tan orgulloso que te crees dios, sentado sobre el trono de un dios en tu hogar en la isla en medio de los mares! Pero sólo eres un hombre, y no un dios, aunque te jactas de ser como dios.


En aquel entonces ¿te jactarás como si fueras un dios? ¡Por lo menos para esos invasores no serás ningún dios, sino meramente un hombre! ¡Las heridas que te hagan las espadas te lo mostrarán con toda claridad!


La gente gritaba: «¡Ha hablado un dios, no un hombre!».


Pero un ángel del Señor abrió de noche las puertas de la cárcel y los sacó de allí.


Él se opone y se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto. Este hombre hasta se atreverá a ir y sentarse en el Templo de Dios y hacerse pasar por Dios.


y Nabal tuvo un ataque que lo dejó paralizado por diez días. Luego murió porque el Señor lo hirió, y Nabal murió.


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